Hacía tiempo que un libro no me atrapaba tanto como éste de David Rensin, publicado en castellano por la editorial Thefishboneproject. A diferencia de títulos que compras y nunca acabas, o prestas a alguien con la esperanza de que nunca más te los devuelva, o sirven para calzar la librería ‘Billy’ de Ikea que tienes en el salón, ‘Todo por un puñado de olas perfectas’ es una de esas obras que, en cuanto empiezas a leerla, sabes inmediatamente que se va a convertir en una pieza fundamental en tu biblioteca; y que cuando por el devenir del tiempo se te vaya borrando de tu mente, volverás a ella para releerla y recordarla o sorprenderte descubriendo cosas que se te habían escapado.
Leyendo esta biografía de Miki Dora he reído y he llorado con una de esas figuras que resultan fundamentales para comprender los últimos 60 años de la historia del surf y entender el punto de inflexión en el que el surfing pasó de ser una actividad de un grupúsculo de outsiders californianos al deporte de masas que es hoy en día.
La palabra que mejor define esta biografía es una: Credibilidad. Mientras otras obras similares sobre íconos del surf o de cualquier otro deporte caen en el enardecimiento o la desacreditación, a través de la profusión descarada de elogios o de críticas mordaces, Rensin busca un equilibrio perfecto entre ambas, recopilando narraciones positivas y negativas de las personas que mejor conocieron a Dora de primera mano. Gentes tan influyentes como Greg Noll, Johnny Fain, Corki Carroll, Mickey Muñoz, John Milius, entre otros, se pasean por sus páginas para revivir la polémica figura de Da Cat a través de las más variadas anécdotas y tejer su historia. Esa es la auténtica fuerza de la obra, que no intenta ni poner a Miki en los altares ni bajarle de ellos, se limita a ayudar a comprender primero a la persona y luego a la leyenda. Entender mejor el origen de su localismo, de su compleja personalidad, de su comportamiento contradictorio y de su huida por el mundo. Una humanización del mito que no desilusionará a sus fanáticos, y que posiblemente moderara a sus detractores. Y que a otros muchos les hará descubrir que el pabellón de hombres ilustres del surf va más allá de la página de la ASP.
Por desgracia, este libro sirve para certificar que Dora murió víctima del cáncer en 2002, acabando de raíz con esa leyenda urbana que circulaba por ahí, y que muchos queríamos creer, que aseguraba que seguía surfeando, riéndose de todos nosotros, en algún rincón remoto del planeta. Y es que Dora es para el surf lo que Elvis, Jim Morrison para la música, una leyenda de tal dimensión que no podemos concebir que muera, al menos corpóreamente; porque su recuerdo sigue muy vivo en el mítico muro de Malibú, en su incomparable e inmortal estilo (guardado para los posteridad en los escasos vídeos que de Da Cat circulan por Internet) o en las memorias de sus muchos seguidores.
Resulta sorprendente que una vida como la de Miki Dora no se haya llevado al cine. A lo largo del libro hay quien compara su historia a la del escurridizo protagonista de la cinta de Steven Spilberg ‘Atrápame si puedes’. Hasta que alguien se decida a llevarla a la pantalla, aquí tenemos ‘Un puñado de olas perfectas’. Una biografía creíble de una vida de película.
Yo e leido este libro que es una joya y para mi miki dora es unico ya que decidio llegar asta la ultima consecuencia en su estilo de vida decia que si travajas no puedes acer surf claro que estamos en esta sociedad travajamos de lunes a viernes 40 h semanal y rezamos para quel fin de semana el mar nos regale unas cuantas olas perfectas
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