domingo, 28 de enero de 2024

Surfistas y racinguistas: Manel Fiochi, el santanderino que jubiló la tabla larga en España

 

Manel Fiochi, genio y figura del surf de Cantabria y España.

  

  Se puede decir que las vidas del Racing y de Manel Fiochi (Santander, 1.950) tienen cierto paralelismo. Importantes los dos en las historias de sus respectivos deportes, nunca se les ha brindado la atención ni la importancia suficientes, ni la que se merecían. Si el Racing ha sido pionero en un sinfín de acontecimientos (fundador de la  Primera División Española, primer equipo en ser televisado junto al Real Madrid, primero en tener publicidad en su camiseta…), Manel no le va a la zaga en cuanto a ser  propulsor de innovaciones en el surfing. Si bien una inoportuna lesión de brazo, le impidió ser de esa primera hornada de surfistas cántabros comandada por su hermano Jesús, se supo resarcir con creces cuando allá por 1967 trajo la primera tabla corta a España junto a un surfing radical y vertiginoso, que nada tenía que ver con el cadencioso de tablón que se practicaba hasta entonces.  Manel, el importador de la New School y el aplicador de un ERE al tablón, dotado de un espíritu aventurero e inquieto, y tal vez en ocasiones de cierta alma de kamikaze, también fue el codescubridor, junto a sus amigos José Manuel Merodio, Carlos Bereza y Novo, de la potente  ola de Santa Marina. Un hallazgo sin precedentes y el pistoletazo de salida del surf de olas grandes en Cantabria y España. Racing y Manel, dos vidas paralelas, pero que en ocasiones, como por arte de magia, han tenido puntos de tangencia. Como cuando la condición de su padre de directivo del club santanderino propició que, en su autobús,  llegase la primera tabla de surf a la península. Fue un tablón rojo encargado por su hermano Jesús al taller de Barland en Bayona. Allá por 1963. 61 años después las vidas del Racing y de Manel confluyen en esta entrevista.

-El Racing ha estado muy vinculado a tu familia, ¿qué recuerdas de cuando tu padre estuvo en la directiva?

-He de confesar que yo no he sido nunca demasiado aficionado al fútbol. Recuerdo haber ido bastantes domingos con él a los antiguos Campos de Sport de El Sardinero para ver partidos, desde un lugar del estadio privilegiado. El palco.  Fueron tardes inolvidables. También me gustaba acompañarle al club cuando tenía alguna reunión importante en la que se decidían fichajes o cuestiones económicas, le esperaba en el coche y me entretenía jugando con el volante, con la radio…

-¿Algún recuerdo de jugadores?

-Pues de aquella época, en la que mi padre era directivo, no, porque era muy pequeño, pero posteriormente  conocí en Navarra por motivos profesionales (teníamos negocios allí familiares) a Benito Ballent. Un muy buen delantero que se caracterizaba por su efectividad. Recuerdo que tuvo una despedida agridulce con el Racing. Se lesionó la primera jornada de la liga 92-93, la del ascenso, contra el Badajoz. Fue su último partido con el club, pero se marchó haciendo lo que mejor sabía, con un gol. Un broche de oro a su trayectoria como racinguista.

-Cuéntanos esa anécdota en la que tu hermano Jesús aprovecha que tu padre era directivo del Racing para que le trajeran,  en el autobús del equipo,  la primera tabla de surf que hubo en España…

-Recuerdo de repente ver a mi hermano Jesús con una tabla muy bonita de color rojo. Era la primera tabla de surfing que veíamos.  Aunque decía que la había traído de Hawaii o de Australia, se conoce que quería la exclusividad y la patente de corso en el agua, la había comprado en Bayona. Se compró en Francia, la metieron en el autobús del Racing y para Santander. Gracias a aquel partido del Racing se trajo la tabla. Esa fue la realidad. Yo sabía que no la habían traído de Hawaii porque un día estaba con Merodio y Carlos Beraza en casa, rascamos un poco la parafina de la tabla y descubrimos que la marca era Barland y que su origen era Bayona. Fue todo un descubrimiento, porque  a partir de entonces ya sabíamos dónde adquirirlas. Si bien por aquel entonces, por los coches y las carreteras que había,  Francia no estaba cerca, mejor allí que en Australia (lanza una carcajada).

-En los sesenta, sobre todo al principio, Barland era el shaper de cabecera. Cuéntanos tu apuesta por una tabla corta cuando todo el mundo usaba tablas largas de mínimo nueve pies…

-Solía veranear en Biarritz, bueno más bien mi padre me mandaba allí para aprender francés. El caso es que, en mis horas libres, visitaba el taller de Barland y un día vi que estaban fabricando otro tipo de tablas que nada tenían que ver con los tablones que hasta entonces usábamos. Eran  mucho más cortas y ligeras. Sin dudarlo, encargué una de esas tablas novedosas y vine para Santander con ella. Aquí todo el mundo seguía con los tablones. Además, en Biarritz, tuve la ocasión de observar a un gran campeón francés como François Lartigau y a surfistas australianos. Hacían un surfing distinto, aprovechando la velocidad de la ola y situando, desde el principio, la tabla en paralelo a la orilla de la playa y no bajando al seno de la ola, que es lo que nosotros hacíamos. Eso me permitió hacer con esta tabla corta maniobras, giros novedosos…  Zalo Campa se fijó y decía que “hacía un surfing distinto, nuevo”.  Entonces la gente fue entrando en el mundillo de las tablas cortas y dejando la tabla larga para ocasiones muy puntuales, como días de verano, olas pequeñas…


 

Manel, surfing cargado de velocidad y radicalismo.

-A parte de traer el surf moderno, también fuiste el codescubridor y  de los primeros en meterte en esa ola mítica que es  Santa Marina…

-Ah, bueno,  sí. Es verdad. Un día estaba en Somo con Beraza y Merodio y estaba demasiado grande, pasado,  para poder coger olas. Entonces fuimos andando con las tablas por la playa hasta situarnos enfrente de la Magdalena para ver si podíamos coger algo allí, pero seguía estando muy grande. Entonces no sé quién observó que rompía una ola en Santa Marina. A la vez siguiente que fuimos allí, en condiciones bastante similares, fuimos directamente a Santa Marina. Allí cogimos las primeras olas. Recuerdo que cuando venía una serie, me decía Merodio: “cógela, cógela”, porque él  quería coger la mejor, que venía detrás. Entonces, yo le decía: “cógela tú”. Recuerdo haber cogido una ola, a media marea, con una sensación de miedo al ver las rocas bastante cerca. Luego, aprendimos la forma de surfearla y no sólo íbamos allí, sino que mi hermano Jesús se encargaba de alquilar, previa recaudación entre todos, una de las lanchas de Somo para ir directamente al pico sin tener que remar desde la orilla. Desde la barca se podían sacar también unas buenas fotos, unos buenos vídeos… Esa es la historia de  Santa Marina. Una ola cuya fama ha traspasado las fronteras, pues no sólo la surfean los cántabros, sino también los extranjeros.

-El Racing ha tenido una contribución al surf en España decisiva, trayendo esa primera tabla… ¿Crees que se merecería una estrella en el paseo de la fama que hay en Somo?

-Lo de las estrellas de Somo me parece una muy buena idea. El hecho de poder dejar allí constancia de la aportación que el Racing tuvo al surf en Cantabria  y en España para las generaciones futuras sería muy importante para un club que en los últimos años no lo ha pasado bien.  

-¿Cómo ves la actualidad del Racing?

-Ahora parece que está yendo para arriba por el trabajo de su entrenador y de sus jugadores y a base de ganar partidos. Me gustaría mucho que llegará a Primera División, como estuvo tanto tiempo. Se lo merece.  ¡Aúpa el Racing!

 

miércoles, 24 de enero de 2024

Surfistas y racinguistas: Roberto Flores, el gran comunicador del surf en España

 

  El surf y la comunicación son las dos grandes pasiones de Roberto Flores (Santander, 1.966). Dos motivaciones que en el año 2001, cuando Internet tan sólo empezaba a asomar y  a insinuar tímidamente  el grado de influencia que tendría en un futuro en nuestras vidas, pudo  unir creando de forma visionaria la página web Surfcantabria (https://www.surfcantabria.com/). Desde entonces, son más de 20 años, en la brecha, poniendo al día puntualmente a la comunidad surfera de la región. La faceta comunicadora de Roberto no acaba en la red, continúa con el programa radiofónico Hemisferio Surf, desde donde primero por las ondas y posteriormente por internet, disecciona la actualidad y entrevista a personalidades del deporte de las olas. Más de quince años, cientos de horas de emisión a sus espaldas y 680 programas. Casi nada. Más recientemente, ha saltado a la televisión con los programas #conexionsurfing y #flashsurfing, que se emiten en Surfchannel. Donde ha realizado y realiza tanto tareas de presentación como de redacción de guiones. Dos formatos de éxito y con aceptación, pues ya van por la sexta temporada. El gran comunicador y el rostro y la voz del surf en España tiene una tercera pasión, tal vez no tan conocida, pero muy importante. Roberto se confiesa seguidor del Racing de Santander, un conjunto muy vinculado a su vida, por cuestiones familiares, y al surfing.

Roberto Flores, media vida vinculada a la comunicación.

  -Creo que tu afición por el Racing te viene de familia...

-Correcto, de mi padre, Ricardo Flores, conocido como ‘Timimi’ y que jugó con el Racing a finales de la década de los 40. Me acuerdo que cuando no tenía colegio me llevaba a los viejos campos de sport, salía al césped, me subía a las gradas y entraba a los vestuarios.  El era amigo de Terio, el mítico utillero. Vi muchos partidos del Racing en esos viejos campos, al Madrid, Barcelona, los duelos con el Athletic Club y toda la gente que venía de Bilbao... Grandes gestas, descensos y ascensos, una época dorada de fútbol auténtico.

-¿Nunca te tiró practicar fútbol? ¿Cómo se tomaron en casa que te decantaras por el surfing?

-Jugué desde muy pequeño, en la playa, con mi padre y otros ex jugadores del Racing, en la zona del Chiqui, tengo grandes recuerdos. Jugué desde benjamines en fútbol playero y posteriormente en fútbol campo con el Cervantes, equipo vinculado al Colegio Salesianos, donde estudiaba.  Mi puesto habitual era extremo izquierdo. No se me daba mal; tenía buena zurda. Respecto al surf, llegó a mi vida a los 16 años, en 1982, y entró en vena rápidamente; dejé de jugar al fútbol e incluso dejé de ir a ver al Racing los domingos;  las olas comenzaron a ser mi prioridad. Mi padre no le dio importancia, es más, una vez jubilado, me decía cada día cómo estaban las condiciones de mar cuando volvía del Camello de jugar a las palas y darse un cole en el mar. 

-¿Cómo has vivido la última década de tempestad del Racing?

  Desde la más absoluta decepción, aunque nunca he perdido el pulso a su actualidad y la esperanza. Lo de la Segunda B ha sido muy duro. Por fortuna, parece que ahora remontamos, pero el paso por el desierto ha sido largo...

- Si los elementos en forma de olas y el calendario de la LFP coinciden,  ¿por qué optas? ¿Olas en el Sardinero o partidito en los Campos de Sport?

 -Lo tengo claro, ahora las olas pueden esperar.  Llevo unos años acudiendo a los campos con mis hijos, ellos juegan al fútbol y es una sensación especial cómo lo han vivido desde que nacieron, conociendo ellos ahora la historia de su abuelo y viendo las fotos en la pared de la casa de mis padres con los equipos de su vida, el Rayo Cantabria, el Racing y el Club Deportivo Logroñés.

- ¿Quién ha sido para ti el Kelly Slater del Racing?

 -Mi padre me hablaba de Alsúa, Oscar...  Pero yo vi jugar muchos años a Quique Setién, nuestro 10, por su estilo y elegancia con el balón en los pies, era ‘El Maestro’.


 

Un surfista y un racinguista de pro.

 

- El Racing es un equipo muy vinculado al Surf en España…  En su autobús, vía Francia, llegó la primera tabla... Da la sensación que, como otras muchas cosas, no hemos sabido venderlo.

 -Esa es una bonita historia, curiosa como poco, una anécdota más de nuestro surfing, y firmo por esa estrella en el paseo del surf en Somo. En la temporada pasada, hizo el saque de honor en los Campos de Sport, Nano Riego, surfista cántabro ganador de la Vaca Gigante.  Me hizo mucha ilusión verle en el césped:  un surfista recibiendo un merecido reconocimiento por la afición, quién lo iba a decir.

  - Por último, la pregunta que hago siempre al selecto grupo de surfistas y racinguistas, ¿volveremos?

  -No tengo la más mínima duda. Aúpa Racing.

  

 

 

domingo, 7 de enero de 2024

Injusticia monumental en Santander

 

El legendario Cioli no perdonó un solo día su visita a la playa.

 

  Después de mi efímera semilucha, saldada con una relampagueante derrota, para que pongan una estrella al Racing en el paseo del surf de Somo, me he acordado del inolvidable y querídisimo Don José Sanz Tejera (Santander, 1922-Santander, 2011), más conocido como  Cioli. Responsable de salvar, y mira que se dice pronto, a más de 140 personas de morir ahogadas en las peligrosas y traicioneras aguas del Cantábrico.

 En esta época de alarmante indigencia espiritual, de desorientación vital,  de epidemias de crisis existenciales, de picarescos coaches y  gurús, de libros de autoayuda, de Paulos Coelhos de Mercadona, de filosofías  low cost y frases prefabricadas del Ikea que establecen que todos somos seres de luz, guerreros de la luz (esta gente parece que tiene acciones en Iberdrola), de consumo récord de antidepresivos y ansiolíticos… Cioli nos regaló, durante lustros, con total naturalidad,  de forma completamente gratuita y humilde y patentó la fórmula más sencilla para estar en paz con uno mismo y poder a llegar a ser felices en esta vida: “Haz bien y no mires a quien”. Además, sin ser surfista ni de familia de multimillonarios, consiguió cumplir con  gran éxito el objetivo máximo de cualquier amante de las olas que se precie: se pasó todos los días de su vida en la playa. Si a este pequeño gran hombre no se le ha dedicado una estatua 13 años después de su muerte, ¿a quién se la van a dedicar?

Un antiquísimo y sapientísimo proverbio hebreo, extraído del Talmud, establece que “Quien salva una vida, salva al mundo entero”. ¿Qué podemos decir entonces de alguien que, en el único recuerdo físico que hay de él, en su ciudad, en una desactualizada  placa instalada en la entrada de su playa de la Magdalena,  en el lejano 1983, pone: “El ayuntamiento de Santander, a Cioli, salvador de cien vidas”. Cuanto menos que a alguien así, que salvó a la humanidad entera y a varias civilizaciones alienígenas, 14 años después de su muerte, se le habría rendido ya tributo en forma de estatua. Efectivamente, en cualquier lugar del mundo, así habría sido, sin duda alguna. En cualquier lugar del mundo, menos en uno, en  el que nació, vivió y murió este héroe real y local que te reconciliaba al instante con la especie humana.  41 años después seguimos con la misma mencionada placa, minúscula y obsoleta, pues  desde que fue descubierta hasta que murió Cioli tuvo tiempo de salvar a 40 personas más.

  A estos políticos seguidores de la máxima del despotismo ilustrado de todo para el pueblo pero sin el pueblo y a sus incomprensibles  secuaces que les siguen el juego y combaten, con fiereza hooliganesca, cualquier crítica vertida por sus semejantes, a sus amados líderes y formaciones, con la elaborada y elevada técnica dialéctica del "y tú más", les diré una cosa: Ya no hace ninguna falta que a Cioli le levanten una estatua después de 14 años de su muerte, ni que le den alguna ultrabreve calle sin salida, fruto de la más voraz burbuja y especulación inmobiliarias, en la periferia más recóndita de la ciudad, donde seguramente no llegaría ni la brisa de su querido mar… Cioli tiene dedicada la principal, la más amplia, arbolada y señorial de las avenidas y la más ciclópea y monumental de las estatuas, en  un sitio, en el que ustedes, al menos de momento y miren que lo están intentando, no pueden entrar a legislar. Cioli tiene un monumento y una calle en las mentes y en los corazones de cada cántabro y santanderino de bien.

  Para  los que aún no han perdido la esperanza y aún creen que el bautizo de calles, plazas o construcción de elementos  esculturales conmemorativos responden a la expresión de la voluntad popular y no a un criterio personalista, partidista, injusto, caprichoso, arbitrario e incongruente les dejó el enlace de una  iniciativa que lucha contra la monumental injusticia de que Cioli no tenga una estatua en Santander.

https://www.change.org/p/presidente-de-cant%C3%A1bria-jos%C3%A9-sanz-tejera-cioli-se-merece-una-estatua-en-santander-por-las-vidas-que-salvo

 

 

 

 


domingo, 17 de diciembre de 2023

Una estrella del surf en Somo para el Racing

 

Un paseo de las estrellas que nunca será completo sin una para el Real Racing Club de Santander.

 



 Mientras digiero con sal de frutas, bicarbonato  y protector estomacal la enésima pifia del Racing de Santander, que se deja remontar un 0-3 en apenas diez minutos, me acuerdo de la célebre frase de Otto von Bismarck en relación a España. "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido". Estoy seguro que si  Otto hubiese  nacido sólo unos pocos  años después y hubiese sido futbolero, seguramente hubiese dicho lo mismo del Racing. Después de ser malvendido supuestamente por dirigentes y políticos que buscaban el bien del club a gentes, por decir algo, a la que yo no hubiese vendido un traje de neopreno con agujeros  o una tabla amarillenta flexada por la mitad, de estar en múltiples ocasiones al borde de la disolución... siempre, al menos de momento, ha conseguido levantarse, convirtiéndose en algo así como El indestructible del fútbol mundial.

En un mundo asolado por las guerras, la hambruna, el cambio climático, la extinción masiva de especies, la subida del nivel de los océanos… hablar de la desaparición de un club de fútbol suena frívolo y anecdótico, pues sin él la tierra seguirá girando, las olas llegarán puntuales a nuestras costas y los ciclos naturales no se verán interrumpidos… Pero el  Racing, al menos para los surfistas en España, no es o  no debería ser un club cualquiera. Tal y como recuerda el periodista y prolífico escritor, Fran Díez: “En el autobús del Racing viajó a Santander la primera tabla de surf comprada por un español en 1963. Una Barland. Desde entonces este deporte y el club de fútbol santanderino han mantenido cierta relación unidos por El Sardinero. Jesús Fiochi, considerado el primer surfista español, unió al Racing con el surf gracias a aquel encargo, un tablón rojo de casi tres metros y unos 18 kilos. Su padre fue directivo de la entidad racinguista y el fabricante acercó el "pedido" a Irún aprovechando que el equipo cántabro jugaba en San Sebastián”.

Por tanto, el autobús del Real Racing Club de Santander fue algo así el caballo de troya, el organismo huésped por el que se introdujo o por el que se inoculó el virus del surfing en España. Un acontecimiento, un hito, un antes y después y un punto de inflexión que no tiene su conmemoración física en forma de placa, estatua en ningún punto de la geografía cántabra, pero que periodistas y divulgadores del racinguismo como el mencionado  Fran Díez han recopilado en obras, como su trilogía de 100  anécdotas del Racing  (https://www.racinguismo.com/2023/04/racing-santander-surfing-historia.html).

Una carencia y una injusticia históricas de proporciones de Jaws o Mavericks que me duele por partida triple, por santanderino, por surfista y por  racinguista. Y no necesariamente por este orden. Parte de esta deuda histórica de los surfistas  españoles con el Racing podría saldarse otorgando al equipo montañés una estrella en el bautizado de forma un tanto rimbombante como boulevard/paseo de las estrellas del surf en Somo. Una constelación que, a mi juicio, jamás será completa ni brillará lo suficiente sin una estrella al indestructible del fútbol español, el Racing, el de verdad, el histórico, el Racing de Santander.

martes, 12 de diciembre de 2023

Estas Navidades regala la mejor literatura surfera

 

Surf or die... Of Laughter VI. Remando contra las olas






Surf or die... Of Laughter V. Esta es la buena



Surf or die... Of Laughter IV. Jon Satrústegui lives




 Información y pedidos: Surfordieoflaughter@gmail.com






domingo, 3 de diciembre de 2023

Pesadilla surferil antes de navidad

 



 Navidad. Época entrañable como pocas. Dos semanas al año en las que los seres humanos sacamos lo mejor de nosotros mismos. Amor fraterno, generosidad, perdón, solidaridad… Reuniones con nuestros seres queridos, vuelta al hogar de la familia pródiga, enterramiento del hacha de guerra con esos sujetos con los que no nos llevamos tan bien durante el resto del año.  Abracitos, buenos deseos, villancicos, aguinaldos, el insufrible especial de Raphael, polvorones, turrón de Suchard…

 Paparruchas. Mientras el común de los mortales ve esto, para el surfer de bien,  para el de toda la vida, para el que peina ya canas o ni tan siquiera eso, para el que surfeaba ya en tiempos de Felipe González o cuando la bendita Quinta del  Buitre imponía su dictadura en los campos de fútbol de España,  para el que ha sido catalogado recientemente por los antropólogos como una nueva especie, Homo Localensis chungensis que te cagas, la Navidad se ha convertido en una época maldita, de marcar en rojo sangre en los calendarios. Y es que, queridos amigos, desde hace años la Navidad para un surfista, como para el Grinch o Jack Skellington, es  una auténtica pesadilla. Una penosa enfermedad, una colonoscopia, una revisión de la ITV con una furgoneta con modificaciones, que hay que pasar de la mejor forma posible.

El grinch intenta convencer a una niña para que no pida una tabla.


 En Navidades, un surfer ve  a niños y niñas subirse en las inflamadas piernas de los reyes  magos o  de Papá Noel de cualquiera de los muchos  Corte Inglés, Carrefour, Toys r Us diseminados por la piel de toro de este bendito país,  y tras preguntarles  si han sido buenos, responder , con una sonrisa más inquietante que la de Chucky, Anabelle ,  Pennywise o Pedro Sánchez, al  oído:  “Este año quiero una tabla de surf y un traje de neopreno”.  Contempla a hordas de padres y de madres  entrar en la sección de surf de Decathlon, como la estampida mortal que acabó con el padre de Simba, ante la mirada de terror y las suplicas de un empleado con chaleco azul,  y tras  aplastarle brutalmente, llevarse trajes de neopreno Olaia y tablas de surf de corchopán como si no hubiera un mañana, como si el covid hubiese vuelto a nuestras vidas, realizando una mortal simbiosis con el ébola, o amenazantes naves nodrizas alienígenas se hubiesen instalado encima de cada capital europea.  Visualiza  a miles de individuos colapsando las páginas webs de cualquier escuela de surf reservando cursos de iniciación o de perfeccionamiento para el 2024 como si los regalasen, como si no costasen dinero, como si un monitor de surf no cobrase la hora más cara que un estibador del puerto en festivo o una escort  de lujo en un congreso médico. Imagina a ojerosos shapers, en sus talleres, bebiendo red bulls para poder seguir operativos por tercera noche seguida,  respondiendo por enésima vez, por teléfono, a un padre chapas: “Sí, señor,  la tabla de su p… hijo, tal y como le aseguré ayer y antes de ayer estará lista para nochebuena”…  Ve a decenas de individuos que, tras degustar la última uva de Nochevieja, prometen en alto para que lo sepan todos: “De este año no pasa, pruebo a hacer surf, ¡me apunto en un surfcamp!”… El día de reyes se tortura con la estampa de millones de niños, niñas y niñes madrugando y entrando en un salón de portada de la revista Nuevo Diseño, encontrándose, bajo un frondoso árbol de Navidad, equipos completos para deslizarse sobre las olas, donde antaño había barbies, balones de fútbol o educativas videoconsolas.

 

Por todo ello, recuerda si eres surfista no regales nunca tablas ni trajes de neopreno ni tan siquiera unos tristes escarpines.  Piensa que todas estas personas que reciben estos presentes en Navidad serán los que colapsen tu pico, tu playa en la primavera y el verano que viene. ¡Felices Fiestas a todos!

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

Stefan Weckert , 16 años en busca de la tabla perfecta y 100% ecológica

   

Stefan Weckert, una vida dedicada al shape y a la ecología.

   El conformismo no va con el shaper Stefan Weckert (Alemania, 1979). En 2007, creó su taller de tablas artesanales de madera, Kun_tiqi. Primero en su Alemania natal, para un año después trasladarse a la localidad cántabra de Loredo. En estos 16 años, Stefan no ha parado de investigar y ha convertido la búsqueda de tablas más eficientes en el agua y más respetuosas con el medio ambiente su objetivo máximo. Recientemente, sus experimentaciones han dado sus frutos y Kun_tiqi ha lanzado al mercado tablas de madera que no necesitan una capa de fibra de vidrio para conseguir estanqueidad. Algo que se traduce, desde el punto de vista hidrodinámico, en tablas más ligeras, rápidas y con mayor flotabilidad; a parte de las numerosas ventajas medioambientales. Pese a este logro, Stefan confiesa que continúa investigando, pues el proceso de mejora en la fabricación de tablas de surf “es un camino que no acaba nunca”. Espuma de madera, materiales reciclados, impresión 3-D… Kun_tiqi está atento a las últimas novedades del mercado del shape para “mejorar la calidad, el impacto y la funcionalidad” de sus tablas ecológicas. 


-Tablas de surf de madera sin fibra de vidrio, visto desde fuera, suena a ciencia ficción. Explícanos en qué consiste… 

-Desde hace unos años hemos cambiado la madera de balsa por otra procedente de Japón, pero que ya tiene plantaciones en España, por lo que se puede considerar materia prima local, aunque la especie no sea de Europa. Esto es mucho más sostenible que la madera de balsa, por el tema del transporte. La madera de balsa sólo se produce en latino América o Asia. Es mucho camino traerlo y el impacto medioambiental es bastante alto. Esta madera que usamos ahora, madera de paulownia, tiene la característica de no absorber agua, o muy poca. Es bastante resistente. No se pudre, y es por ello que hemos sido capaces de quitar la fibra de vidrio. 


-¿Y qué ventajas tienen estas tablas en el agua respecto a las de fibra? 

-Hemos conseguido reducir el peso de las tablas considerablemente. Esto se traduce en unas mayores maniobrabilidad y flotabilidad. 


-¿Cómo ha sido ese proceso de cambiar las maderas con las que trabajas y posteriormente la técnica de fabricación?

-La paulownia ya se usaba en la fabricación de tablas, pero en la mayoría de los casos se hacían laminadas, también con fibra de vidrio y resina. Había también técnicas de fabricación sin utilizar fibra de vidrio, pero el resultado final era que eran tablas bastante pesadas, al menos las que he visto yo. Me puse a investigar para conseguir hacer tablas más ligeras. Me ayudó la experiencia que ya tenía de fabricar las de madera de balsa, y quería adaptar esta técnica a las de paulownia sin fibra. Buscaba la fórmula de hacerlas impermeables, porque estas tablas siguen siendo huecas. La dificultad es sellar la madera y toda la construcción para que no entrase agua por ningún poro. Hemos tardado dos años en investigar, hacer pruebas y dar con la fórmula exacta. 


-Entonces, actualmente, Kun_tiqi, ¿sólo fabrica tablas de madera de paulownia o seguís también trabajando con balsa? 

-No, madera de balsa ya no fabricamos. 


-Desde 2007, que creaste tu taller se puede decir que tus dos grandes obsesiones han sido diseñar cada vez tablas que tengan un mejor comportamiento en el agua y que sean más respetuosas con la naturaleza. En estos 16 años, ¿cómo dirías que ha sido tu evolución como shaper con inquietudes ecologistas? 

-Sí, esta evolución ha existido. En la técnica de dar forma a las tablas ha habido una evolución mía que te la da la experiencia y que se adquiere tabla a tabla. Luego, también ha habido una mejora continua en la fabricación. En esto, hemos investigado sobre todo los últimos 3 años bastante. Esto es lo que más me gusta. Probar nuevas cosas, poner en práctica las ideas que tengo. En el día a día, en la vida de un pequeño taller, muchas veces esto no se puede hacer, porque tienes que sacar tablas y no hay tiempo para investigar. Esto requiere tiempo y dinero. Es una inversión. 


-Por lo que veo tienes en tu taller un apartado de I+D bastante importante… Vamos que Kun_tiqi va más allá que fabricar simplemente tablas y busca mejoras continuas en procesos productivos, materias primas, diseños…

-Como somos una empresa pequeña no tenemos un departamento que se dedique exclusivamente a la investigación. Para poder hacer esto tengo que quitar tiempo a mi trabajo de fabricación. 

La construcción de una tabla de madera, una labor ardua.


-Ahora acabas de sacar la tabla de madera sin fibra de vidrio, pero supongo que la investigación es continúa. ¿Hacia dónde van tus pasos como shaper? 

-Estoy abierto a todo lo que viene. Estamos siempre pendientes de nuevos materiales que salen al mercado. Ya existe espuma de madera. Es todavía muy pesada y no sirve para las tablas de surf. Va a haber más métodos. Va a existir la impresión 3-D, con espuma de madera, con materiales reciclados. Siempre tengo los ojos abiertos, veo lo que hay y las posibilidades que se me abren para ir aplicándolas en el taller. Es un camino que nunca acaba. Cuando saco algo no pienso que es lo último que voy a sacar y no va a haber más. Las evoluciones las aplico siempre que pienso que va a mejorar la calidad, el impacto y la funcionalidad de nuestras tablas. 


-Llevas desde 2007 con tu taller, ¿has notado también cierta evolución en el mercado? Como pasa con los coches híbridos, eléctricos o la ropa realizada con materiales reutilizados, ¿se venden ahora más tablas ecológicas entre los surfistas que antes? 

-Desde que empecé te diría que sí, que vendemos más y que hay más demanda por parte de surfistas concienciados con el medioambiente. Diría que hay más número de surfistas, pero no un mayor porcentaje. En los últimos años el surfing ha crecido mucho, pero hay más tablas de corcho en el agua que de madera ecológica. 


-Ahora que hablas de las tablas de corchopán. ¿No resulta frustrante estar metido en una cruzada medioambiental, ser un shaper que investiga para que las tablas sean cada vez mejores en el agua e ir a la playa y ver que cada vez más gente opta por estas tablas? 

-Pues sí. Son tablas baratas y de usar y tirar. Tienen poca vida. Hay cosas en el mercado del surf que son frustrantes para mí como luchador que intenta mitigar el impacto en el medioambiente. La industria del surf manipula a las masas con el marketing. Hace diez años ningún surfista que se pudiera poner de pie encima de una tabla y bordear un poco surfeaba con una tabla de corcho, porque le daba vergüenza que le vieran. La industria pone a un surfista pro en Pipeline con un corcho haciendo un tubo y de repente, como por arte de magia, ya tiene aceptación e incluso buenos surfistas surfean con tablas de corcho habitualmente. Para la Industria es interesante que se acepten porque son muy fáciles de fabricar y de vender. 


-¿Los productos sostenibles y ecológicos sustituirán a los contaminantes, o únicamente serán una alternativa para una minoría más o menos numerosa? 

-Yo creo que los materiales sí van a cambiar. Cada vez se utilizarán más materiales reciclados. Va a haber más investigación en este sentido. Van a salir tablas más ecológicas. Dentro de poco, si no utilizamos material reutilizado, se acabará con el material virgen. Lo vamos a hacer más por una obligación que por un deseo. 


-Llevas desde 2008 en Cantabria, ¿cómo ves el tema del clima? ¿Notas que ha cambiado desde que llegaste? 

-El cambio climático es una realidad obviamente. El verano es más largo, cada vez llueve menos y nieva menos en invierno. En los dos últimos años ha habido un par de nevadas al principio y luego cielo azul durante dos meses. 


-Y en tu país natal Alemania, ¿se percibe también? 

-Mucho. Es que en Alemania hay sequía. En Hamburgo, que es más húmedo y frío, han estado a 40 grados durante semanas. Esto no se había dado antes. Hay cambio climático.

Kun_tiqi, precisión al mínimo detalle.