domingo, 21 de diciembre de 2014

Cuanta más gente hay el pico, más quiero a mi perro



Que detrás de un gran surfista siempre ha habido un perro acompañándole es una frase que a parte de ocurrente puede tener su razón de ser. Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en el gran Miki Dora con su Cavalier King Charles, llamado Scooter Boy. Ejemplar que le acompañaba como equipaje de mano en muchos vuelos (incluso llegó a decir que era su perro lazarillo, de ahí que Dora en sus  últimos años siempre apareciese con unas Ray-Ban Wayfarer) y que, por desgracia, tuvo un final muy trágico (para saber más se puede leer ‘Todo por un puñado de olas perfectas’ de la Editorial Fishboneproject). A nivel nacional, la adoración que algunos surfers sienten por sus cánidos ha llegado a tales extremos que incluso  quedó impresa para la posteridad en el nombre de uno de los fabricantes de tablas más importantes a nivel nacional y europeo, Full&Cas, pues Full fue el nombre de un perro de Hugo López-Asiaín, shaper y propietario de la marca.


Tampoco tenemos que irnos tan lejos para darnos cuenta de esta profunda conexión que existe entre perros y surfistas. No hay más que darse una vuelta por la playa y ver cómo muchos perros corretean por la orilla, o permanecen sentados, mientras esperan a que su amo decida dar por concluido el baño. Es más, ¿quién no ha salido alguna vez del agua y ha visto cómo uno de estos fieles animales se ha puesto a ladrarle y agitar el rabo, al confundirle con su dueño? Para los pobres, todos con nuestros trajes de neopreno, oliendo a salitre, debemos de resultar parecidos. Pese a ello, inmediatamente se percatan del error y reanudan su incondicional espera, muchas veces contra viento, marea, frío y toda clase de inclemencias meteorológicas. El surfista puede estar tranquilo porque por mucho que alargue la sesión allí le estará esperando su amigo, sin una cara de reproche ni enfado.

 Estoy seguro que, en el cien por cien de los casos, este sentimiento de lealtad, amor incondicional es recíproco. El perro aguarda, cuida a su amo, y el surfista hace lo mismo por su perro; pero hay una última barrera, un último escalón en esta relación de amistad máxima que no sé si todos los humanos estaríamos dispuestos a cruzar, como todos los perros lo hacen sin ni siquiera planteárselo dos segundos.  Si al perro no le importa lo más mínimo –y podemos estar seguros de ello-,  los estragos que el tiempo hace en nuestro cuerpo; si para ellos vamos a seguir siendo su mejor amigo ya seamos flacos, engordemos 30 kilos, nos quedemos calvos… Incluso si una quilla surcase nuestra cara y nos dejase una terrible cicatriz, él seguiría viniendo solícito a nuestro silbido con la misma alegría…  Si no nos va abandonar ya  vivamos en un loft neoyorquino o debajo de un puente de la autovía (el cenizo que inventó la frase “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana’, jamás conoció ni sintió el amor que un perro profesa por su amo),  ¿por qué nosotros nos resistimos a pasar esta ultima barrera a la hora de elegirlos a ellos? ¿Tanto daño nos ha hecho la sociedad de consumo, que nos hace adquirir marcas, y primar la imagen por encima de valores más intangibles, pero más auténticos y duraderos, que empleamos también estos baremos superficiales para elegir también a un compañero, para seleccionar un ser vivo como si fuera un complemento?
No lo permitamos. No nos convirtamos en seres tan frívolos. Es Navidad. Muchos pensarán en regalar una mascota. Labradores, golden retriever, border collie… Pero también existen muchos perros mestizos y de raza en algunas de las perreras y protectoras diseminadas en este país que tiene el triste récord de la Unión Europea en cuanto a número de abandonos. En belleza no sé si saldrán perdiendo o ganando, pero su capacidad de amor permanece intacta y está por desarrollar. Y ese es el único pedigrí que importa en un amigo.


sábado, 13 de diciembre de 2014

Batalla perdida



 Desde hace años tengo en mi poder la autobiografía de Mickey Muñoz , editada por Patagonia, No bad waves, título que condensa a la perfección la filosofía surfera de este mito: “There are no bad waves, only a poor choice of equipment and a lousy attitude”.

Una frase que por venir de quien viene, uno de los pioneros en olas grandes, el segundo en surfear en Waimea, cuando apenas era un crío, y por su dilatada trayectoria, invita a la reflexión. Eso que rara vez hacemos en aspectos importantes en nuestra vida, en los que parecemos muchas veces engullidos por poderosas e invisibles corrientes externas ajenas a nosotros mismos;  y en los que el surf, por lo que veo, no es una excepción.
 Cada vez que voy a la playa, me sorprende la tremenda popularidad del Thruster, tabla corta, o como se llame. Un tipo de tabla cuya génesis y posterior consolidación está íntimamente ligada al surf de competición y al circuito mundial. Concretamente a Simon Anderson, que en los inicios de 1980 consiguió victorias aplastantes en Bell’s, Sydney, etc… Provocando, primero, que todos sus rivales, el resto de surfistas profesionales, abandonasen los singles, twins; y, posteriormente, que todo el mundo surfero los siguiera. Durante una buena temporada, el resto de tablas desaparecieron del mapa, y esto tuvo unas consecuencias dramáticas. Si aprender a surfear ya de por sí es difícil, el que aprendió a surfear a mediados de los ochenta y principio de los noventa, tuvo un mérito doble, pues tuvo que aprender con tablas que estaban concebidas para la competición.  Otros muchos que se iniciaron en aquella década directamente abandonaron o se pasaron al incipiente paipo, y estoy seguro que algunos de ellos volvieron al surf después de una o dos décadas, cuando el abanico de tablas volvió a abrirse, y lo primero que dijeron fue: ¡Coño, no es tan difícil cómo lo recordaba!
 También resulta llamativo ver cómo el parque móvil de una determinada marca de tablas aumenta exponencialmente en el pico en función de si el campeón mundial de turno la emplea. Al igual que cierto año que a un pro le dio por usar cuatro quillas, en lugar de tres, en los talleres locales se dispararon las demandas de esa disposición de timones. Seguramente, sin ni siquiera plantearse la implicación que esto tendría en el deslizamiento en el agua. Es como si existiese la idea demencial de que un modelo concreto, de una determinada marca confiriese unos superpoderes. Muchas veces, vemos los errores del prójimo, pero somos incapaces de ver los propios con la misma claridad. Así que hablaré de otros deportes, a ver si tengo más éxito. Esto es como si nos gustase el baloncesto y pensásemos que comprando las Nike Air Jordan nuestro nivel baloncestístico aumentase hasta cotas inimaginables. O pensando en negativo, como si creyésemos que si Jordan hubiese calzado unas Reebok Pump, Converse o  Adidas de la competencia, en lugar de sus inseparables Nike,  no hubiese ganado seis anillos ni hubiese enchufado aquel canastón en los segundos finales en Utah en 1.998, tras robar el balón a Karl Malone.

 Desde mi humilde punto de vista, el thruster es la tabla más sincera que existe y a la vez más tramposa. Válgame la paradoja. Cuando en el agua vemos a alguien hacer evoluciones increíbles con esta tabla, darle velocidad, encadenar sección tras sección, hacer maniobras y retomar el curso de la ola sin perder dinamismo, es porque este surfista tiene un nivel técnico de la leche y se merece toda nuestra admiración y respeto. Y si con esa tabla es capaz de tener ese dominio, posiblemente sea capaz de surfear bien con cualquier tabla y marca, sin que su nivel se resienta. De ahí que extrapolar que lo que funciona con un buen surfista va a funcionar con nosotros o con el común de los mortales me parece cuanto menos engañoso. También es una tabla tramposa, por esa creencia generalizada e implícita que hay creada en torno a ella, pues se le dota de unas virtudes de las que carece. Y aquí vuelvo a sacar una frase de otro mito del surf, este patrio, Manel Fiochi: ““Con olas buenas cualquier tabla, grande o pequeña vale para ir con velocidad, que es lo que hay que conseguir”. Ahora volvamos a los pros, dotados de un nivel técnico estratosférico, a los que vemos siempre en olas increíbles, muy poco parecidas a las que frecuentamos, ¿qué importancia podemos entonces dar a sus tablas en su surfing?
A veces viendo el thruster en días pequeños, o desordenados, o con marea alta y en condiciones donde si no llevas mucho volumen o te  matas a remar, la ola simplemente no te lleva, es como si viese a Fernando Alonso en su monoplaza en un atasco en la M-30. Otras veces, cuando hay excelentes condiciones, olas potentes y cañeras, y veo un thruster en manos o pies poco hábiles es como si viera a Steve Urkel con unas Nike Jordan jugando un “uno contra uno” en una cancha de Venice Beach contra Tracy McGrady.
En conclusión, ¿hay tablas que hacen que alguien malo parezca mejor o que un día de olas malas o mediocres saques petróleo? La respuesta es sí, pero no es un thruster. Y el que quiera que reflexione.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Manel Fiochi, un 'Ilustrado' de las olas



Ahora que celebrar el Dos de Mayo y las recreaciones de las batallas de la guerra de Independencia están tan de moda, es un buen momento para hacer un examen maduro y sensato de las relaciones estrechas que siempre ha habido entre España y Francia. Como es lógico desde una óptica surfera.  Revisando los testimonios de algunos de los surfistas cántabros más significativos, el nombre del país vecino es casi una constante en las primeras páginas de sus biografías playeras. Los hermanos Fiochi recuerdan cómo las primeras tablas vinieron de Bayona, concretamente del taller de Barland, fabricante de cabecera de los pioneros cántabros. Igualmente, el origen de algo tan cotidiano como el leash, ‘el invento’, hay que situarlo en un campeonato en Hossegor, en el que surfistas cántabros se lo vieron a unos tahitianos.
Pero no sólo material venía del otro lado de los Pirineos. Si importantes, en un primer momento, fueron las tablas, no menos crucial resultó la importación de las ideas, los conceptos, el estilo, en una comunidad surfera incipiente en la que reinaba el desconocimiento más absoluto y en la que todos partían de cero. En una sociedad donde no existía Internet ni había vídeos con los que aprender, las revistas, con sus fotografías fijas, poco valor pedagógico tenían a la hora de saber cómo incorporarse sobre la tabla, darle velocidad, realizar maniobras o adoptar uno u otro estilo de la época (Noseriding Vs. Total Involvement). Tal y como explica el pionero ManelFiochi,  en esta ausencia de referentes y ante la imposibilidad de aprender por ciencia infusa o “revelación del espíritu santo” dos eran los factores que favorecieron el desarrollo rápido de la práctica del surfing en España: “Los viajes y los escasos surfistas extranjeros que arribaban a España con sus tablas y su conocimiento más avanzado sobre cómo deslizarse sobre las olas”. Para acabar rematando: “Copiamos a los que están más adelantados y tienen el conocimiento. Hay que fijarse en los que saben más, no en los que saben menos”.
 En este aspecto, los pioneros ya recuerdan, en sus entrevistas y biografías, la importancia de estos ingleses, franceses, americanos (una generación entera en diáspora por Europa, huyendo de las oficinas de reclutamiento para la Guerra de Vietnam) y australianos para comprarles material, pero pocos hacen mención  de lo importante que fue verles en el agua, en pura acción, para empaparse de su estilo, de sus maniobras, y luego imitarlas.
 Regresando a Francia, su cercanía siempre ha tenido un papel fundamental en la historia de nuestro país, que muchas veces, reaccionariamente, intentaba protegerse de las ideas avanzadas de la nación vecina, blindando sus fronteras, con un cordón sanitario. A finales del siglo XVIII y a lo largo de todo el XIX de Francia vinieron las grandes ideas ilustradas y enciclopedistas, ideas de libertad, de separación de poderes, de soberanía popular, de una sociedad laica y aconfesional, de igualdad jurídica, el germen de la sociedad moderna y el fin del Antiguo Régimen con sus privilegios y prebendas. En la segunda mitad del XX, muchos españoles iban en tropel a Francia desde para ver películas aquí censuradas, hasta para disfrutar de una sociedad menos encorsetada. El surf tampoco escapó de esta influencia y durante sus inicios el país vecino también tuvo un papel determinante. En aquella época para un surfer español ir un mes a Francia, con el pretexto de aprender el idioma, suponía un curso intensivo de surfing. A la vuelta, seguías prácticamente con el mismo nivel de francés, pero surfeabas con mayor fluidez y soltura. De igual forma, el que regresaba era como una especie de evangelista que traía un nuevo mensaje, una buena nueva que compartir con el resto.
 Manel Fiochi recuerda aquellos ‘maravillosos años’ como una época de “vagabundeo constante” por las playas de Biarritz, en la que se gastaba “todo el dinero” que le daban sus padres en comprar “alguna tabla” o material técnico que no encontraba en Cantabria.
M. Fiochi: "Siempre fui un ilustrado, un afrancesado del surf"
 “Yo tuve la oportunidad de vivir el surf en Biarritz en verano en una época clave. Mis padres querían que practicará el idioma y yo me pasaba allí la vida solo con la tabla y la ola de La Chambre D'amour, que era como El Sardinero Beach (risas). Y luego esto se notó en mi estilo y en la efectividad. De ellos hemos copiado hasta el plan general contable”, explica, entusiasmado, a la hora de recordar sus estancias juveniles en suelo francés, que, por lo general, se extendían durante un mes todos los veranos.
 Pero ¿qué es exactamente lo que importaron los pioneros de Francia? Qué idea revolucionaria se trajo del país galo. Manel lo explica así:  
 “Intentaba imitar a Francoise Lartigau, a Joel De Rosnay, los mejores en Francia y los mejores surfistas que había en Europa. Gente que había estado mucho en Australia, Estados Unidos, en alguna de las colonias francesas diseminadas por el Pacífico... Recuerdo especialmente al australiano Keith Paul, un fenómeno, con un estilo muy rápido. Gente a la que admiraba y tuve la oportunidad de empezar a surfear con ellos y aprender. Lo más importante en el surfing es la velocidad. Con velocidad puedes hacer cualquier cosa, los bottom turn,  los cut back, cualquier maniobra. Ellos de inicio se ponían lateralmente, no como nosotros que bajábamos casi hasta el seno de la ola y casi nos quedábamos parados. Esas eran  el tipo de cosas que yo les intentaba emular”.
 Nuevas ideas y tablas más pequeñas para favorecer un surf moderno, germen del contemporáneo, del que hacen los pros y del que vemos mayoritariamente hoy en día en la playa. Manel recuerda cómo la revolución de que las tablas se acortasen unos 30 centímetros le pilló en una de sus estancias anuales en Biarritz.
 “Estando yo un mes en verano en Biarritz, llegaron los campeonatos y vinieron californianos, australianos... Ellos empezaron a traer tablas más pequeñas y Barland, que era el fabricante local, empezó a hacerlas. Me traje la primera tabla más corta, que no era tan corta, si las comparas con las de ahora, a Santander, y Zalo (Campa) y todos éstos decían que había venido con un nuevo estilo, pero lo que pasaba es que había traído una nueva tabla y se notaba mucho”.
 Sobre la influencia decisiva que tuvo Francia en la rápida evolución que el surf experimentó en España entre 1965-1970, Manel Fiochi se muestra igualmente seguro: “Sin Francia el surf en España hubiese evolucionado, pero hubiésemos tardado mucho más. Tal vez lo que conseguimos en un par de años hubiésemos tardado diez. Francia nos aceleró el viaje, al menos en los inicios”, sentencia.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Un cántabro en la Scope Miami

Obras que serán expuestas en Miami
No sé si esta noticia la encontraremos en alguno de los medios masivos de la región, sólo sé que me gustaría equivocarme y que un día antes del 2 de Diciembre, fecha de la inauguración de la exposición en Miami, al abrir un periódico o encender una radio/televión, o entrar en alguna página de Internet, me la encontrase. Si no, el agravio comparativo sería tremendo, pues a menudo nos topamos con acontecimientos culturales sin mucha trascendencia (en cuanto a la relevancia del lugar que alberga la muestra artística o el propio nivel del artista y su obra) con una profusión de espacio, columnas, despliegue gráfico desproporcionado. No voy a entrar aquí a valorar el origen de este fenómeno tan real como arbitrario. Sólo diré que ahora mismo no se me ocurren el nombre de muchos artistas cántabros con presencia tan internacional y tan activos como Antonio Gómez Bueno... Y tampoco que sufran tan poca atención por parte de sus paisanos. Poca gente ha hecho tanto por llevar el nombre de su tierra por el mundo. Al menos de forma gratuita. Cantantes, futbolistas lo hicieron, pero con un contrato instutucional por medio. Hacer Marca Cantabria y del Racing (del que es un gran aficionado, mientras el resto caemos en la bipolaridad de esa guerra fría Madrid-Barcelona), por el mundo, por amor al arte (nunca mejor dicho) y con la que está cayendo tiene un mérito innegable.
 Su proyecto Utopía, con el que pretendía decorar con un inmenso mural la pared oeste del Palacio de Festivales, supuso la mejor, más internacional y más barata campaña publicitaria para el mencionado edificio y para la ciudad, que fue conocida en Los Ángeles, por mucha gente que hasta ese momento jamás habían oído hablar ni de la capital de Cantabria ni por supuesto del edificio de Francisco Javier Sáenz de Oiza, de la historia. La exposición 'A toda vela', sus murales temporales en los casetones de acceso a los parkings subterráneos de Las Cachavas o Castelar, que tuvo que cofinanciar, sirvieron para poner a Santander por unos días en el punto de mira del mundo del arte a un nivel extraregional, en lugar del meramente local, que es a lo que estamos acostumbrados y resignados.
 De igual forma resulta descorazonador que ahora que Santander, empujada por las limitaciones de un plan económico basado en el turismo de sol y playa (en una ciudad donde uno de cada dos días está nublado) y por el convencimiento de que  la burbuja inmobiliaria no se volverá a inflar, apuesta decididamente y porque no tiene más remedio por la cultura y el arte con proyección internacional no se acuerde de uno de sus artistas más internacionales. ¿Es caro, está muy lejos? Que se lo pregunten a los asturianos, que durante tres¡Tres años! disfrutaron de una obra de Gómez Bueno para anunciar el Festival de Salinas. Una de las cuales, más tarde, acabó en las paredes de todos los restaurantes de una importante franquicia de hamburgueserías de temática surfera de la Coste Oeste norteamericana. Lo cual relaciono con que el gestor de la Plaza de toros de Santander tuvo un cartel de Gómez Bueno como propuesta para una de las ferias. ¿Adivinan el resultado?

A continuación adjunto la invitación que el artista hace para que el que pueda se pase. Indudablemente, muy pocos  estaremos en Miami esos días; pero en la era de la virtualidad y de las nuevas tecnologías la presencia no se limita a lo meramente corpóreo y un poco de Cantabria y de España de todos nosotros estará en Miami, está en Los Angeles y donde sea que exponga Gómez Bueno.

Dear Friends,

On December 2nd will start the art fair Scope Miami, I will have these three paintings at the Copro´s gallery booth (B 19). If you are in the area, please stop by and say hello!
They all are oil on canvas, 74" x 54" (188 x 137 cms) 2014.

Queridos Amigos,

El próximo 2 de Diciembre se inaugurará la feria de arte Scope Miami. Mostraré estos tres cuadros en el stand de la Copro gallery (B 19). Si tienen la ocasión por favor pasen a saludar!!
Todos son óleo sobre tela, 188 x 137 cms, 2014.

All the best,

gomez bueno

Pautas básicas para prevenir lesiones en el surf. Entrevista Luis Morales




Quién más o quién menos ha sufrido alguna vez molestias físicas derivadas de la práctica del surf. Por fortuna, la evolución y la madurez de nuestro deporte han ido de la mano del surgimiento de una generación de profesionales especializados en el tratamiento de las lesiones derivadas de su práctica, así como de su prevención. Uno de estos especialistas es Luis Morales Rodríguez-Parets (Santander.1984), fisioterapeuta de la Selección Española de Vela en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Coordinador en el Area de Fisioterapia y preparación física de la Federación Española de Surf, y por cuya consulta de Health&Sport, en Santander, pasan a diario todo tipo de deportistas, tanto profesionales como amateurs. Miembro de una legendaria estirpe de surfistas, Luis sigue haciendo hincapié en la importancia de un buen calentamiento pre-baño para evitar lesiones, pero va más allá y pone especial énfasis en un entrenamiento y la combinación de otras actividades físicas como la natación o el remo como método de prevención más eficaz para posibles sobrecargas o descompensaciones.
Luis aplica sus conocimientos de surf en su trabajo.

-¿El surfing es un deporte muy erosivo para el cuerpo?
-Al  no ser un deporte de impacto no es tan erosivo como puede ser el running o el rugby; pero sí que se ven lesiones por sobrecarga debidas a la cantidad de horas que el surfista se puede pasar en el agua al cabo de una semana o un mes, entrenando o cogiendo olas. Además resulta curioso que un surfista profesional o un surfista amateur al final meten las mismas horas en el agua. Una persona que le encanta coger olas a lo mejor se da todos los días un baño. Esto es una peculiaridad que diferencia al surf del resto de deportes. Por ejemplo, un corredor profesional corre todos los días tres o cuatro horas; pero un corredor amateur corre tres días a la semana treinta minutos. Por eso, las lesiones que se producen en el surf son más de sobrecarga, de tendinitis, lesiones articulares; a diferencia de otros deportes de contacto, como el rugby, el fútbol, que son más roturas agudas, roturas de fibras musculares, roturas óseas…
 -Has hablado de tendinitis… ¿Puedes especificarnos cuáles son las lesiones que te encuentras más habitualmente en surfistas?
-Las que más vemos son lesiones de hombro y lesiones de espalda.  La lesión más frecuente es la tendinopatía del manguito rotador, tendones que estabilizan el hombro y trabajan  durante la remada y puesta en pie del surfista. Como lesión más grave, la hernia discal, que es una degeneración del disco intervertebral que puede mantenernos fuera del agua durante varios meses. Tiene referencia con el surf por la curvatura exagerada de la zona lumbar durante la acción de la remada, que, sin un buen trabajo muscular de la faja abdominal, acaba produciendo sobrecarga mecánica sobre el disco y las articulaciones cercanas. El origen de todas estas lesiones se encuentra en los desequilibrios musculares que los surfistas tenemos, porque todavía no tenemos el chip de entrenar para prepararnos para las horas de surf.
Desempeñando su función en la Selección Española de Surf.

-En ese sentido, el calentamiento previo es básico…
-Es importantísimo para no lesionarnos durante la sesión de surf que vamos a realizar, pero yo me refiero más al entrenamiento en el gimnasio, al ejercicio que hacemos fuera del agua para evitar sobrecargas o esas descompensaciones.
-En referencia a ese entrenamiento específico, te voy a dar un perfil de surfista: Surfista de fin de semana que de lunes a viernes no hace ningún ejercicio y que la actividad de coger olas es su única actividad física… ¿Qué le recomendarías?
-Algo muy sencillo y que creo que está al alcance de todos: Que se apunte a un gimnasio y que vaya a la piscina 20 minutos dos días a la semana y que lo complemente con otros 10 ó 15 minutos de remo otros dos días a la semana.
-¿Te encuentras mucho ese perfil de surfista que no hace otra actividad física?
-Tiempo atrás sí que me encontraba con gente que sólo cogía olas. Actualmente, se ve más la figura del deportista más completo. En verano, coge olas y, en invierno, lo compagina con la montaña, otros deportes acuáticos, como puede ser el kite o el windsurf. O incluso ahora mismo está más, en la cabeza de la gente, el entrenar físicamente fuera del agua, en piscina, gimnasio, haciendo crossfit, o un entrenador personal específico para cada deporte.
-Hemos hablado un poco del entrenamiento a lo largo de la semana para prevenir lesiones, posibles sobrecargas o descompensaciones, pero cuando éstas ya se han producido, ¿a los surfistas nos cuesta parar? ¿Vemos que hay olas, o que la previsión es buena, y nos metemos pese al dolor?
-Yo por la experiencia que tengo el surfista que tiene dolor de hombro y ese día hay buenas olas, se va al agua. En cambio, un corredor que tiene dolor de rodilla deja de correr hasta que se le soluciona el problema de la rodilla. Todavía nos puede ese ansia de meternos al agua el día que hay buenas olas, y  nos importa un comino si tenemos una lesión, un dolor; a no ser que sea una lesión aguda que nos impida coger olas por el propio dolor. Además, la lesión en el surfista es una lesión tendinosa que te molesta en frío, y una vez que calientas, te deja de doler. Luego, sales del agua y te vuelve el dolor, pero mientras estás cogiendo olas, te respeta la lesión. 

-¿Entonces se puede decir que las lesiones, en el surf, se dan más a largo plazo? ¿Que cuando un surfista lleve ya digamos 20 años notará el desgaste en sus articulaciones, espalda…?
-Yo estoy seguro que el surfista que no hace una serie de ejercicios de compensación a la larga lo nota. Resulta crucial el trabajo de aquellos músculos antagonistas a los que se activan en el surf. Por ejemplo, en el caso del hombro, existe una mayor demanda del pectoral (en la remada y puesta en pie) a diferencia de la musculatura posterior del hombro. Esto si no lo reequilibramos fuera del agua, produce alteraciones en la biomecánica del hombro con el consecuente riesgo que esto conlleva.  Para entendernos, es como si sólo trabajamos bíceps en el gimnasio y nunca hiciéramos tríceps. A la larga, seguramente tendríamos problemas en el codo o en el hombro por descompensaciones musculares entre la musculatura anterior y posterior del brazo.
-¿El hecho de que hagas surf te ayuda a entender mejor a tus pacientes y tratar sus dolencias?
-Mogollón. Yo creo que la figura del fisioterapeuta deportivo tiene que entender perfectamente el deporte para desarrollar su profesión mucho mejor y para indicar al paciente qué es lo que tiene y lo que no tiene que hacer, dependiendo de cada actividad deportiva. El hecho de que yo surfee me sirve por ejemplo para indicar a alguien que vuelve al agua después de una rehabilitación qué tipo de tabla debe utilizar, pues no es lo mismo surfear con un ocho pies, que empezar a surfear con una tabla corta. Yo te podría indicar esa progresión porque conozco ese deporte.

-Háblanos de tu biografía surfera…
-Yo empecé desde muy pequeño a coger olas. En mi familia, todo el mundo surfeaba. Mi padre, mi tío, Pedro Rodríguez-Parets, que tenían el club de surf en El Sardinero, muy cerca de donde tengo la consulta (En Joaquín Costa). Mi padre era muy amigo de Hugo y Dani García y me llevaba con ellos. Luego, tuve una época en la que dejé de surfear porque me dediqué a jugar al fútbol y al tenis. Hasta que con quince años me hice íntimo de Lope Carral, que ahora mismo está en Costa Rica con su empresa de tablas, All Ocean. Ahí me volví a enganchar. Empecé a viajar, primero por Cantabria, luego por Asturias, Rodiles, País Vasco, Mundaka. Más tarde Francia. Después Maldivas, Costa Rica…
Con la windsurfista Marina Alabau, medalla de oro en Londres.

-A nivel profesional, has tenido la oportunidad de ir a unas Olimpiadas (Londres 2012) con el Equipo Español de Vela, eres coordinador del área de fisioterapia y preparación física de la Federación Española de Surf... Unas experiencias iniguanables, supongo...

-Yo he tenido la suerte de trabajar, de hecho sigo trabajando, con la Federación Española de Vela desde el año 2009. Después de las Olimpiadas de China, el ciclo olímpico de Londres lo hicimos juntos y ahora estamos preparando Brasil 2016. A la vez, lo compagino con el trabajo aquí en la clínica de Santander, pasando consulta. Y además está mi labor en la Federación Española de Surf, que va al campeonato de Europa una vez al año; se va intercalando el Júnior con el Open, cada año lo van cambiando. El año pasado fue en Azores, en campeonato Open; y este año ha sido el Júnior. El año que viene es, en Marruecos, el campeonato Open y yo voy a ir con ellos y hago la figura de preparador físico y fisioterapeuta. Hago los calentamientos, les cuido la hidratación, la nutrición, los estiramientos, los ejercicios regenerativos…


-Por último, has hablado de la nutrición, ¿los surfistas debemos de cuidar mejor nuestra alimentación?
-No te voy a dar grandes pautas, porque esas las darían mejor un dietista o un nutricionista, pero tenemos la suerte de vivir en España con la Dieta Mediterránea. A diferencia de otros países como Australia y Estados Unidos donde comer bien es mucho más difícil y mucho más costoso. Tenemos accesibles las verduras y los hidratos de carbono sencillos como la pasta. Tenemos buenas carnes, buenos pescados. El secreto: Tener un equilibrio entre todos los alimentos sin excedernos en ninguno. Eso nos va a hacer que funcionemos bastante mejor en el agua y en cualquier medio en el que nos desenvolvamos.
 



















sábado, 8 de noviembre de 2014

El surf hecho arte de Esteban Bojorquez



Ahora que el Thyssen Bornesmiza de Madrid anuncia que expondrá los mejores vestidos de Givenchy (elevando de esta forma a la alta costura a la categoría de arte -cosa bastante discutible-, como anteriormente hizo el Guggenheim de Bilbao con las motos, en su exposición de 1999-2000), me pregunto si algún día veremos, en alguno de los museos internacionales, una retrospectiva sobre el surfing, pero no sobre obras pictóricas, escultóricas inspiradas en el mar, las olas o personajes o íconos varios del mundillo (éstas ya se han hecho), sino en el surfing como tal. La sagrada trinidad formada entre un hombre, su tabla y la ola. Sobre las composición armónica que un sujeto es capaz de improvisar sobre la marcha sobre una creación de la naturaleza efímera y en movimiento. Sobre lo bello que tiene contemplar a ciertos elegidos o tocados por la gracia divina ir encadenando distintas maniobras, sección tras sección de la ola, para conformar una perfecta sinfonía, en la que nada sobra y nada falta. El surfing no como arte, sino como bella arte, sin otro fin que la pura y dura estética, sin importar la técnica, la capacidad física o la dificultad y, por supuesto, sin un baremo con el que establecer una puntuación como ocurre en el surf competitivo. El hacer por hacer sin un para qué predeterminado.
No son tantos los surfistas que podrían formar parte de esa hipotética exposición. Pero, sin duda, uno de estos sería Esteban Bojorquez (Santa Mónica California.1949), también conocido como Steven Krajewski. En el plano biográfico, se puede decir que Esteban o Steven estuvo en el lugar adecuado en el momento idóneo. Fue uno de esos chicos del valle que llegaron a la costa, con el gran boom de los sesenta. Surfeó en Malibú, Rincón, Hollister Ranch… Allí se empapó del estilo de los mejores, y por supuesto de Miki Dora. En una entrevista Kira Putnam llega a decir que “el estilo de Miki estaba al alcance de muy pocos”. Steve era uno de estos elegidos. Por no decir: ‘El Elegido’. Si Dora era El Rey de Malibú, Steven era El Príncipe.
  Más adelante, con el desarrollo del concepto hull dispacements, Bojorquez evolucionó y cogió su propia dirección, adquiriendo un estilo personalísimo y deslumbrante. Encontró su propia forma de expresión de su yo surfero. Durante años, trabajó codo con codo como probador oficial o piloto de pruebas de Greg Liddle. Como vemos fue testigo de acontecimientos cruciales como el diseño de la quilla flexible, por parte de Greenough, que la concibió inspirándose en la morfología de los atunes… Esteban Bojorquez estuvo en el epicentro,  los vivió en primera persona y  resultó un personaje clave para entender el proceso de evolución de la morfología en las tablas, de su acortamiento radical,  y también de la repercusión que esto tuvo en el agua, en el estilo de los surfistas, que de repente vieron cómo la variedad de maniobras que podían ejecutar en una ola se les abría como un abanico, e incluso podían hacer algunas que unos meses antes y con las anteriores tablas simplemente resultaban impensables. Bojorquez imaginó  muchas de estas maniobras, concibió un estilo, iluminó formas y modificaciones en las tablas que ayudan a entender el presente de este desmemoriado deporte.
 Esteban Bojorquez es uno de esos surfistas, que se cuentan con los dedos de una mano, que ha cogido el surfing y de una actividad física lo ha elevado a la categoría de arte. Que merecen que una de las escasas grabaciones que circulan de él surfeando tenga que ser custodiada para las generaciones futuras en un museo de Arte.

domingo, 19 de octubre de 2014

Entrevista: 'Chasing Manel Fiochi' Revista 3sesenta nº173

Hace exactamente un año conocí personalmente a Manel Fiochi. Anteriormente, le conocía, aunque fuera sólo de oídas. Lo recuerdo porque fue el mismo sábado que fui a una velada de boxeo en Renedo de Piélagos y conocí o vi (mejor dicho) en vivo y en directo al ex-campeón del mundo de boxeo Sergio 'Maravilla' Martínez, pero no boxeando, sino en su labor de manager del denominado Maravilla Team. Fue por tanto un día en el que conocí a dos Maravillas; uno en el agua y otro en el cuadrilátero.
365 días más tarde aparece, en el número 173 de la revista de surf 3sesenta,  una entrevista de cuatro páginas de Manel 'Maravilla' Fiochi, en la que, a través de los recuerdos de Gómez Bueno, se intenta reivindicar algo tan intangible como el estilo de Manel, pues su acreditación en las páginas de la Historia del Surfing en España estaba más que asegurada con su papel de codescubridor para el surf de la playa de Somo, de Los Locos, del spot de Santa Marina, su subcampeonato de España, y tantos y tantos méritos.
Por desgracia, en España, no existen grabaciones de aquellas épocas, como ocurre en Estados Unidos con muchos mitos de la era dorada del surf californiano. A golpe de 'click', podemos deleitarnos en youtube con el estilismo de auténticos artistas sobre las olas como Miki Dora, Johnny Fain, en Topanga Beach, por ejemplo...
Este importante hándicap a la hora de reinvindicar algo tan plástico y visual como el estilo, a una generación que no lo vio y que encima se ha criado en la era audiviosual y tecnológica, se logra contrarrestar con los recuerdos de otro maravilla, éste de los lienzos, Antonio Gómez Bueno. Gómez Bueno sabe utilizar los adjetivos acertados y precisos, para que aquellos que no vimos surfear a Manel Fiochi, lo veamos deslizarse de nuevo por la derecha de Santa Marina, por las olas caprichosas de El Sardinero, en Liencres, o en los muchos escenarios donde Manel dejó, para la posteridad, las pinceladas de su infinito talento y elegante estilo, para que otros que vinieron y vendrán detrás tomen el testigo. Espero que alguien lo lea y lo vea.

viernes, 10 de octubre de 2014

EL MANIFIESTO NORMCORE DEL SURF



De todos los fenómenos vinculados al boom del surf ninguno es equiparable, en cuanto a dimensión, al de la ropa. Las grandes marcas han sabido ver hábilmente la necesidad de desencasillarse y vender sus productos más allá de un público exclusivamente surfero, lo cual se ha traducido en unos mayores ingresos. Ante esta suplantación, apropiación indebida de sus señas externas de identidad, de adopción de su estilo por todo bicho viviente… ¿Qué ha hecho el surfista de pro? ¿Se ha plantado? ¿Se ha rebelado? Todo lo contrario, se ha reafirmado y, afectado por una especie de síndrome de Estocolmo, adquiere una y otra vez una línea de producto que cada vez más se aleja de la filosofía del beach style.
Pero, en el  propio pecado, está la penitencia. La propia necesidad imperiosa de querer hacer sabedor al mundo de que somos surfistas nos condena a ser esclavos de la moda, de las tendencias, a ser marionetas de las grandes marcas que se hacen de oro ante esa idea tan generalizada de que cuanta más de su ropa nos pongamos, seremos más y mejores surfistas... Sobre todo a ojos de los demás. Como si nosotros mismos no supiéramos o no nos bastase con saber lo surfistas que somos.
Ante esta proliferación de surfers fashion victims, resultaría conveniente preguntarnos si el Normcore (En cristiano: tendencia que consiste en huir de las tendencias), que tanto está pegando entre los fashionistas, llegará también al mundo de las olas. De esta forma, los hipsters de la playa, los que cuando los dictados de la moda mandan ponerse barba, ellos se dejan barba, y cuando las gafas tienen que tener la lente polarizada, ellos se compran la gafa con la lente polarizada, tendrán los días contados. El futuro de la moda en el surf será no ir de surfista ni parecerlo remotamente. Ir a la playa en un coche normal sin pegatinas de marcas surferas o en una furgoneta de reparto. Desfilar por esas pasarelas del ‘postureo’ en las que se han convertido los aparcamientos de las playas con un pantalón vaquero clásico, camisetas básicas y sin logos y zapatillas de running y no de skater. En coger lo primero que pillemos en el armario sin importarnos si es de ésta o de tres temporadas anteriores.
Ese será, sin duda, un día muy peligroso, pues descubriremos que se puede surfear sin ir por el mundo disfrazados, que las olas que bordeamos alimentan exactamente igual nuestras almas,  y que el ser surfista responde más a una convicción íntima, personal e infalsificable que a una cuestión social y de apariencia.

martes, 16 de septiembre de 2014

Surf y Literatura: Todo por un puñado de olas perfectas



Hacía tiempo que un libro no me atrapaba tanto como éste de David Rensin, publicado en castellano por la editorial Thefishboneproject. A diferencia de títulos  que compras y nunca acabas, o prestas a alguien con la esperanza de que nunca más te los devuelva, o sirven para calzar la librería ‘Billy’ de Ikea que tienes en el salón, ‘Todo por un puñado de olas perfectas’ es una de esas obras que, en cuanto empiezas a leerla, sabes inmediatamente que se va a convertir en una pieza fundamental en tu biblioteca; y que cuando por el devenir del tiempo se te vaya borrando de tu mente, volverás a ella para releerla y recordarla o sorprenderte descubriendo cosas que se te habían escapado.
 Leyendo esta biografía de Miki Dora he reído y he llorado con una de esas figuras que resultan fundamentales para comprender los últimos 60 años de la historia del surf y entender el punto de inflexión en el que el surfing pasó de ser una actividad de un grupúsculo de outsiders californianos al deporte de masas que es hoy en día.

http://www.surfcantabria.com/07/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=103&Itemid=67 La palabra que mejor define esta biografía es una: Credibilidad. Mientras otras obras similares sobre íconos del surf o de cualquier otro deporte caen en el enardecimiento o la desacreditación, a través de la profusión descarada de elogios o de críticas mordaces, Rensin busca un equilibrio perfecto entre ambas, recopilando narraciones positivas y negativas de las personas que mejor conocieron a Dora de primera mano. Gentes tan influyentes como Greg Noll, Johnny Fain, Corki Carroll, Mickey Muñoz, John Milius, entre otros, se pasean por sus páginas para revivir la polémica figura de Da Cat a través de las más variadas anécdotas y tejer su historia. Esa es la auténtica fuerza de la obra, que no intenta ni poner a Miki en los altares ni bajarle de ellos,  se limita a ayudar a comprender primero a la persona y luego a la leyenda. Entender mejor el origen de su localismo, de su compleja personalidad, de su comportamiento contradictorio y de su huida por el mundo. Una humanización del mito que no desilusionará  a sus fanáticos, y que posiblemente moderara a sus detractores. Y que a otros muchos les hará descubrir que el pabellón de hombres ilustres del surf va más allá de la página de la ASP.
Por desgracia, este libro sirve para certificar que Dora murió víctima del cáncer en 2002, acabando de raíz con esa leyenda urbana que circulaba por ahí, y que muchos queríamos creer, que aseguraba que seguía surfeando, riéndose de todos nosotros, en algún rincón remoto del planeta. Y es que Dora es para el surf lo que Elvis, Jim Morrison para la música, una leyenda de tal dimensión que no podemos concebir que muera, al menos corpóreamente; porque su recuerdo sigue muy vivo en el mítico muro de Malibú, en su incomparable e inmortal estilo (guardado para los posteridad en los escasos vídeos que de Da Cat circulan por Internet)  o en las memorias de sus muchos seguidores.
 Resulta sorprendente que una vida como la de Miki Dora no se haya llevado al cine. A lo largo del libro hay quien compara su historia a la del escurridizo protagonista de la cinta de Steven Spilberg ‘Atrápame si puedes’. Hasta que alguien se decida a llevarla a la pantalla, aquí tenemos ‘Un puñado de olas perfectas’.  Una biografía creíble de una vida de película.

domingo, 24 de agosto de 2014

Quien ríe el último, surfea mejor



Hoy en día, cuando vemos la aplastante hegemonía del thruster o del foam y la fibra de vidrio, sobre cualquier otro tipo de tabla o de materiales, podemos llegar a la errónea conclusión de que su éxito fue instantáneo y que nada más aparecer, en el mercado, los surfistas de la época, seguros de sus ventajas, corrieron a abrazarlos; nada más lejos de la realidad. El camino que separa la aparición de un invento de su uso masivo por parte del gran público no es necesariamente recto y a  menudo  está lleno de obstáculos tales como el inmovilismo y la cerrazón de La Mayoría, muy poca abierta a los cambios.
H.C.S. Editorial Evergreen (Taschen) 1997 De lo mejor en castellano.

La tabla hueca de Tom Blake, mucho más ligera y con mayor flotabilidad que sus contemporáneas, en un principio, recibió las burlas del resto de  surfistas, que se mofaban de la creación del genial socorrista y de forma peyorativa la bautizaron con el apelativo de ‘cigarro’. Más adelante, cuando, en una demostración práctica, Blake les dejó atrás remando a todos, tuvieron que reconocer que aquel diseño tenía sus ventajas.  La importancia de Blake fue más allá de su revolucionario tablón, pues el shaper demostró que los rígidos cánones de los modelos de las tablas, heredados de los hawaianos, podían modificarse. Hasta ese momento el shape consistía en copiar modelos ancestrales. A partir de entonces, un sinfín de seguidores de Blake, desperdigados por las costas norteamericanas, comenzaron a introducir sus propias modificaciones en las medidas de las tablas, con sorprendentes resultados en el agua.
 En este grupo de jóvenes influidos por Blake, se encuentran John Kelly, Fran Heath y Wally Froiseth, que tuvieron, una tarde de 1934, una de las ocurrencias más decisivas en la historia del surf. Cansados de que sus tablas de cola cuadrada derrapasen y no se fijaran a la pared de las potentes olas hawaianas, ni cortos ni perezosos, optaron por ponerlas sobre unos caballetes y serrarlas hasta dar a sus tails una forma de V. Sin proponérselo habían creado un pin tail, lo que permitió coger olas mucho más grandes y fijarse a la pared, facilitando el arte de entubar. Lo que para la mayoría hubiese supuesto una laceración, una mutilación, fue un gran acierto, del que todavía hoy nos beneficiamos.
Contraportada del libro. Blake y Duke.
Tras la segunda guerra mundial, Robert Wilson ‘Bob’ Simmons  aplicó principios de hidrodinámica al diseño de tablas de surf, y también materiales que se habían utilizado en la industria militar, como la resina de poliéster y la fibra de vidrio. Esto revolucionó completamente la morfología de las tablas y su peso, pues Simmons consiguió tablas de tan sólo seis kilos. Las tablas de Simmons reunían  tres características fundamentales: maniobrabilidad, ligereza y agarre. Las innovaciones de Simmons, en un principio, fueron recibidas con incredulidad y burlas por parte de los ortodoxos, que dudaban que sus invenciones pudiesen llegar a funcionar. Por fortuna para todos nosotros, Simmons no les hizo ningún caso y prosiguió con sus experimentos.

 En la década de los cincuenta, Hobie Alter montó un taller en el garaje de su casa para hacer tablas de madera de balsa y fibra de vidrio, siguiendo las enseñanzas de W. Hoffman. Su padre, harto de la suciedad y el trasiego de gente, le echó y Hobie creó su propia tienda en Dana Point entre las risas generalizadas del resto de surfistas, que le preguntaban que qué haría cuando hubiese vendido una tabla a todos los surfers de la zona. Alter ha pasado a la historia como uno de los shapers más importantes y como el gran impulsor de las tablas de foam y de resina de poliéster.
 Estos son sólo algunos ejemplos que demuestran las dificultades que se encontraron muchos de los materiales y modelos de tablas que hoy empleamos. Dificultades que posiblemente también se encuentran y se encontrarán los shapers innovadores de hoy en día y sus mejoras, por parte de una mayoría muy poco abierta y resistente a los cambios, pero, que, curiosamente, luego, cuando se producen, es la que más se beneficia de ellos.

jueves, 24 de julio de 2014

Pequeño tributo a los shapers



La última edición del Cosmic Children ha estado dedicada a los shapers. Todo un acierto. Recordar a estas alturas la importancia de los shapers y su contribución al desarrollo del surfing a lo largo de la historia puede resultar redundante, pero, en este mundo, donde el sentido común es, muchas veces, el menos común de los sentidos, es de lo más oportuno y necesario.
El surf se ha convertido en una industria, en un fenómeno de masas; los surfers del circuito mundial son rutilantes estrellas cuyos resultados y vidas son seguidas por legiones que se toman sus victorias y fracasos como propios, exactamente igual que pasa con los astros del fútbol.  En toda esta vorágine, ¿dónde queda el shaper? ¿Qué importancia se le da en el mundillo tanto a él como a la obra cumbre de su trabajo, la surfboard?
En talleres artesanales como éste (Flying Surfboards) se gestan nuestras tablas.

 Sin camisetas, sin bermudas, sin playeras, sin sudaderas, sin gafas de sol, incluso sin neoprenos, podríamos seguir surfeando. ¡Bueno!, sin estos últimos un poco más jodidos. También sin cámaras subacuáticas y sin tener la parte trasera del vehículo cosida a pegatinas de las marcas surferas más cool del momento; de igual manera si la figura más determinante en el WCT de los últimos años decidiera jubilarse me atrevo a decir que el mundo seguiría girando, las mareas subiendo y bajando y las borrascas entrando fieles a sus ciclos naturales. El mejor ejemplo de todo ello, lo tenemos en los pioneros, que sin todas estas cosas, surfeaban. Con su homenaje, los organizadores del Cosmic Children quieren devolver al Shaper el lugar que le corresponde, que recuperemos un poco la perspectiva y reflexionemos a la hora de darle su justo valor. 

 Sin shapers no hubiese habido democratización del surf. El primer gran boom del surf se produjo en 1959, con el estreno de la película Gidget, pero si un año antes Hobie Alter no hubiera empezado a fabricar tablas de espuma, de foam, en sustitución de la madera de balsa, habría sido muy difícil por no decir casi imposible cubrir toda la demanda. El propio Hobie Alter reconoce que “si la película se hubiera estrenado antes no hubiera sido posible cubrir todos los pedidos”. Trasladando ese ejemplo a casa, igual podríamos decir de los Beraza, Merodio, Zalo Campa, que ayudaron a la primera generación a introducirse en este deporte, sin necesidad de cruzar los Pirineos o remover  Roma con Santiago para obtener una tabla. Invita a la reflexión escuchar cómo surfistas como Alejo Solar o David García ‘Capi’ recuerdan que sus primeras tablas fueron Xpeedin´ o Jerónimo de segunda o tercera mano. Más adelante, cruciales resultaron y resultan figuras locales claves como Hugo López-Asiain con Full&Cas, Gaspar Bezanilla de Goldbeach o Neptu de Jalaika. La historia de cada surfista está sin duda vinculada a un shaper y su taller, del que han ido de la mano en este incierto y apasionante camino de ser un surfista.
¿Un amplio fondo de armario o un quiver completo? Surfista, tú eliges.

 Un shaper es algo más que una persona que hace de forma más o menos artesanal una tabla; un shaper es un ingeniero, un inventor de nuevos modelos y formas. De la mente de los shapers salieron diseños que respondieron a una determinada necesidad o que se adaptaron mejor a un tipo de condición. Los shapers nos han ayudado a que aprender no resulte tan difícil, imaginando modelos con más volumen o estabilidad para los principiantes. Gracias a ellos, también podemos meternos a hacer surf con condiciones mínimas, y también en condiciones extremas, donde la hidrodinámica es crucial. Bob Simmons, George Greenough, Bob McTavish, Dick Brewer, Simon Anderson…contribuyeron con sus creaciones a dar unas dentelladas de varias pulgadas para que la mastodóntica tabla hueca del visionario Tom Blake de unos cinco metros de longitud y 20 kilos de peso, de la década de los 20 del siglo pasado, llegase a las minimalistas actuales.
 En estos tiempos de deslocalizaciones, para los talleres de shape y para los shapers locales no corren tiempos fáciles, como para casi nadie. En la última década, uno de los runrunes más extendidos es que con las tablas y con los shapers ocurrirá lo mismo que con los trajes a medida y los sastres. Pero hoy más que nunca la figura de los shapers, tal y como recuerdan los organizadores del Cosmic Children, es necesaria y 100% reivindicable. Las tablas continuarán en su constante evolución hasta el fin de los tiempos, y como hemos visto, a lo largo de la historia del surf, estos avances no surgieron en las grandes multinacionales ni en el sudeste asiático, donde no crean nada, más bien se limitan a copiarlo. Surgieron en pequeños talleres, como el de Hobie Alter; de espíritus creativos e inquietos, observadores, que no prosperan en las cadenas de producción. De los pocos rescoldos de autenticidad en un mundo donde no tienes más que quitarte la camiseta que tienes puesta y leer en su etiqueta hecho en Turquía, India, Vietnam, Indonesia… Si bien, algunos grandes fabricantes ya han sucumbido a estos cantos de sirena y aplican a sus tablas la misma filosofía impersonalizadora.

 En este sentido, no hay mejor tributo a los shapers, que visitar sus talleres, confiar en su saber, su experiencia y sus productos. Su futuro y su supervivencia es la nuestra. ¡Larga vida a nuestros shapers!

sábado, 28 de junio de 2014

Loredo celebrará la segunda edición del mercadillo surfero de segunda mano el sábado 5 de julio



El próximo sábado 5 de julio tendrá lugar, en Loredo, el segundo "Mercadillo de surf de material de segunda mano". Al igual que  la primera edición se celebrará en el taller de surf de tablas ecológicas de madera de balsa Kun-tiqi, en la carretera que une Loredo y Langre. Se iniciará a las once de la mañana y se extenderá por espacio de cuatro horas, hasta las tres de la tarde.
Una cita indispensable para esa gente que está empezando en el surf y quiere adquirir parte del equipo (traje, tabla, fundas, escarpines) y no quiere gastarse mucho dinero en el mercado de primera mano. O para esos surfistas que tienen material que ya no usan, ocupando un valioso espacio en el garaje, en la terraza o en un trastero, pues aquí tendrán la oportunidad de venderlo. También es una cita ineludible para los buscadores de tablas raras, artículos vintage, pues el año pasado, entre las tablas que se pusieron a la venta, hubo auténticos ‘incunables’.

Taller de kun-tiqi, en la localidad cántabra de Loredo (España).
 Como en la anterior edición, las personas que deseen vender sus cosas no tendrán que pagar absolutamente nada, pues el espacio físico que ocupen con su material usado es completamente gratuito. También están invitados todos aquellos artesanos o artistas (pintores, fotógrafos, ilustradores, etc…) cuyas obras estén relacionadas con el surf.  Aquí podrán exponerlas y ponerlas a la venta.
El mercadillo de segunda mano nació con la idea de dar una alternativa a las pautas actuales de consumo basadas en el estrenar y en el usar y tirar, proponiendo el reutilizar y reciclar, como una opción y un hábito de vida. La primera convocatoria tuvo una notable acogida, por lo que, por parte de la organización, se espera que para esta segunda edición se aumente tanto el número de vendedores como de visitantes, con el fin de que el mercadillo pueda consolidarse, progresar y convertirse en un aliciente más dentro de la amplia oferta surfera que Ribamontán al Mar tiene en verano.
 Cualquier persona interesada en recibir información o más detalles sobre el mercadillo de surf puede ponerse en contacto con los organizadores a través del siguiente correo: stefan@kuntiqi.com