domingo, 17 de diciembre de 2023

Una estrella del surf en Somo para el Racing

 

Un paseo de las estrellas que nunca será completo sin una para el Real Racing Club de Santander.

 



 Mientras digiero con sal de frutas, bicarbonato  y protector estomacal la enésima pifia del Racing de Santander, que se deja remontar un 0-3 en apenas diez minutos, me acuerdo de la célebre frase de Otto von Bismarck en relación a España. "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido". Estoy seguro que si  Otto hubiese  nacido sólo unos pocos  años después y hubiese sido futbolero, seguramente hubiese dicho lo mismo del Racing. Después de ser malvendido supuestamente por dirigentes y políticos que buscaban el bien del club a gentes, por decir algo, a la que yo no hubiese vendido un traje de neopreno con agujeros  o una tabla amarillenta flexada por la mitad, de estar en múltiples ocasiones al borde de la disolución... siempre, al menos de momento, ha conseguido levantarse, convirtiéndose en algo así como El indestructible del fútbol mundial.

En un mundo asolado por las guerras, la hambruna, el cambio climático, la extinción masiva de especies, la subida del nivel de los océanos… hablar de la desaparición de un club de fútbol suena frívolo y anecdótico, pues sin él la tierra seguirá girando, las olas llegarán puntuales a nuestras costas y los ciclos naturales no se verán interrumpidos… Pero el  Racing, al menos para los surfistas en España, no es o  no debería ser un club cualquiera. Tal y como recuerda el periodista y prolífico escritor, Fran Díez: “En el autobús del Racing viajó a Santander la primera tabla de surf comprada por un español en 1963. Una Barland. Desde entonces este deporte y el club de fútbol santanderino han mantenido cierta relación unidos por El Sardinero. Jesús Fiochi, considerado el primer surfista español, unió al Racing con el surf gracias a aquel encargo, un tablón rojo de casi tres metros y unos 18 kilos. Su padre fue directivo de la entidad racinguista y el fabricante acercó el "pedido" a Irún aprovechando que el equipo cántabro jugaba en San Sebastián”.

Por tanto, el autobús del Real Racing Club de Santander fue algo así el caballo de troya, el organismo huésped por el que se introdujo o por el que se inoculó el virus del surfing en España. Un acontecimiento, un hito, un antes y después y un punto de inflexión que no tiene su conmemoración física en forma de placa, estatua en ningún punto de la geografía cántabra, pero que periodistas y divulgadores del racinguismo como el mencionado  Fran Díez han recopilado en obras, como su trilogía de 100  anécdotas del Racing  (https://www.racinguismo.com/2023/04/racing-santander-surfing-historia.html).

Una carencia y una injusticia históricas de proporciones de Jaws o Mavericks que me duele por partida triple, por santanderino, por surfista y por  racinguista. Y no necesariamente por este orden. Parte de esta deuda histórica de los surfistas  españoles con el Racing podría saldarse otorgando al equipo montañés una estrella en el bautizado de forma un tanto rimbombante como boulevard/paseo de las estrellas del surf en Somo. Una constelación que, a mi juicio, jamás será completa ni brillará lo suficiente sin una estrella al indestructible del fútbol español, el Racing, el de verdad, el histórico, el Racing de Santander.

martes, 12 de diciembre de 2023

Estas Navidades regala la mejor literatura surfera

 

Surf or die... Of Laughter VI. Remando contra las olas






Surf or die... Of Laughter V. Esta es la buena



Surf or die... Of Laughter IV. Jon Satrústegui lives




 Información y pedidos: Surfordieoflaughter@gmail.com






domingo, 3 de diciembre de 2023

Pesadilla surferil antes de navidad

 



 Navidad. Época entrañable como pocas. Dos semanas al año en las que los seres humanos sacamos lo mejor de nosotros mismos. Amor fraterno, generosidad, perdón, solidaridad… Reuniones con nuestros seres queridos, vuelta al hogar de la familia pródiga, enterramiento del hacha de guerra con esos sujetos con los que no nos llevamos tan bien durante el resto del año.  Abracitos, buenos deseos, villancicos, aguinaldos, el insufrible especial de Raphael, polvorones, turrón de Suchard…

 Paparruchas. Mientras el común de los mortales ve esto, para el surfer de bien,  para el de toda la vida, para el que peina ya canas o ni tan siquiera eso, para el que surfeaba ya en tiempos de Felipe González o cuando la bendita Quinta del  Buitre imponía su dictadura en los campos de fútbol de España,  para el que ha sido catalogado recientemente por los antropólogos como una nueva especie, Homo Localensis chungensis que te cagas, la Navidad se ha convertido en una época maldita, de marcar en rojo sangre en los calendarios. Y es que, queridos amigos, desde hace años la Navidad para un surfista, como para el Grinch o Jack Skellington, es  una auténtica pesadilla. Una penosa enfermedad, una colonoscopia, una revisión de la ITV con una furgoneta con modificaciones, que hay que pasar de la mejor forma posible.

El grinch intenta convencer a una niña para que no pida una tabla.


 En Navidades, un surfer ve  a niños y niñas subirse en las inflamadas piernas de los reyes  magos o  de Papá Noel de cualquiera de los muchos  Corte Inglés, Carrefour, Toys r Us diseminados por la piel de toro de este bendito país,  y tras preguntarles  si han sido buenos, responder , con una sonrisa más inquietante que la de Chucky, Anabelle ,  Pennywise o Pedro Sánchez, al  oído:  “Este año quiero una tabla de surf y un traje de neopreno”.  Contempla a hordas de padres y de madres  entrar en la sección de surf de Decathlon, como la estampida mortal que acabó con el padre de Simba, ante la mirada de terror y las suplicas de un empleado con chaleco azul,  y tras  aplastarle brutalmente, llevarse trajes de neopreno Olaia y tablas de surf de corchopán como si no hubiera un mañana, como si el covid hubiese vuelto a nuestras vidas, realizando una mortal simbiosis con el ébola, o amenazantes naves nodrizas alienígenas se hubiesen instalado encima de cada capital europea.  Visualiza  a miles de individuos colapsando las páginas webs de cualquier escuela de surf reservando cursos de iniciación o de perfeccionamiento para el 2024 como si los regalasen, como si no costasen dinero, como si un monitor de surf no cobrase la hora más cara que un estibador del puerto en festivo o una escort  de lujo en un congreso médico. Imagina a ojerosos shapers, en sus talleres, bebiendo red bulls para poder seguir operativos por tercera noche seguida,  respondiendo por enésima vez, por teléfono, a un padre chapas: “Sí, señor,  la tabla de su p… hijo, tal y como le aseguré ayer y antes de ayer estará lista para nochebuena”…  Ve a decenas de individuos que, tras degustar la última uva de Nochevieja, prometen en alto para que lo sepan todos: “De este año no pasa, pruebo a hacer surf, ¡me apunto en un surfcamp!”… El día de reyes se tortura con la estampa de millones de niños, niñas y niñes madrugando y entrando en un salón de portada de la revista Nuevo Diseño, encontrándose, bajo un frondoso árbol de Navidad, equipos completos para deslizarse sobre las olas, donde antaño había barbies, balones de fútbol o educativas videoconsolas.

 

Por todo ello, recuerda si eres surfista no regales nunca tablas ni trajes de neopreno ni tan siquiera unos tristes escarpines.  Piensa que todas estas personas que reciben estos presentes en Navidad serán los que colapsen tu pico, tu playa en la primavera y el verano que viene. ¡Felices Fiestas a todos!

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

Stefan Weckert , 16 años en busca de la tabla perfecta y 100% ecológica

   

Stefan Weckert, una vida dedicada al shape y a la ecología.

   El conformismo no va con el shaper Stefan Weckert (Alemania, 1979). En 2007, creó su taller de tablas artesanales de madera, Kun_tiqi. Primero en su Alemania natal, para un año después trasladarse a la localidad cántabra de Loredo. En estos 16 años, Stefan no ha parado de investigar y ha convertido la búsqueda de tablas más eficientes en el agua y más respetuosas con el medio ambiente su objetivo máximo. Recientemente, sus experimentaciones han dado sus frutos y Kun_tiqi ha lanzado al mercado tablas de madera que no necesitan una capa de fibra de vidrio para conseguir estanqueidad. Algo que se traduce, desde el punto de vista hidrodinámico, en tablas más ligeras, rápidas y con mayor flotabilidad; a parte de las numerosas ventajas medioambientales. Pese a este logro, Stefan confiesa que continúa investigando, pues el proceso de mejora en la fabricación de tablas de surf “es un camino que no acaba nunca”. Espuma de madera, materiales reciclados, impresión 3-D… Kun_tiqi está atento a las últimas novedades del mercado del shape para “mejorar la calidad, el impacto y la funcionalidad” de sus tablas ecológicas. 


-Tablas de surf de madera sin fibra de vidrio, visto desde fuera, suena a ciencia ficción. Explícanos en qué consiste… 

-Desde hace unos años hemos cambiado la madera de balsa por otra procedente de Japón, pero que ya tiene plantaciones en España, por lo que se puede considerar materia prima local, aunque la especie no sea de Europa. Esto es mucho más sostenible que la madera de balsa, por el tema del transporte. La madera de balsa sólo se produce en latino América o Asia. Es mucho camino traerlo y el impacto medioambiental es bastante alto. Esta madera que usamos ahora, madera de paulownia, tiene la característica de no absorber agua, o muy poca. Es bastante resistente. No se pudre, y es por ello que hemos sido capaces de quitar la fibra de vidrio. 


-¿Y qué ventajas tienen estas tablas en el agua respecto a las de fibra? 

-Hemos conseguido reducir el peso de las tablas considerablemente. Esto se traduce en unas mayores maniobrabilidad y flotabilidad. 


-¿Cómo ha sido ese proceso de cambiar las maderas con las que trabajas y posteriormente la técnica de fabricación?

-La paulownia ya se usaba en la fabricación de tablas, pero en la mayoría de los casos se hacían laminadas, también con fibra de vidrio y resina. Había también técnicas de fabricación sin utilizar fibra de vidrio, pero el resultado final era que eran tablas bastante pesadas, al menos las que he visto yo. Me puse a investigar para conseguir hacer tablas más ligeras. Me ayudó la experiencia que ya tenía de fabricar las de madera de balsa, y quería adaptar esta técnica a las de paulownia sin fibra. Buscaba la fórmula de hacerlas impermeables, porque estas tablas siguen siendo huecas. La dificultad es sellar la madera y toda la construcción para que no entrase agua por ningún poro. Hemos tardado dos años en investigar, hacer pruebas y dar con la fórmula exacta. 


-Entonces, actualmente, Kun_tiqi, ¿sólo fabrica tablas de madera de paulownia o seguís también trabajando con balsa? 

-No, madera de balsa ya no fabricamos. 


-Desde 2007, que creaste tu taller se puede decir que tus dos grandes obsesiones han sido diseñar cada vez tablas que tengan un mejor comportamiento en el agua y que sean más respetuosas con la naturaleza. En estos 16 años, ¿cómo dirías que ha sido tu evolución como shaper con inquietudes ecologistas? 

-Sí, esta evolución ha existido. En la técnica de dar forma a las tablas ha habido una evolución mía que te la da la experiencia y que se adquiere tabla a tabla. Luego, también ha habido una mejora continua en la fabricación. En esto, hemos investigado sobre todo los últimos 3 años bastante. Esto es lo que más me gusta. Probar nuevas cosas, poner en práctica las ideas que tengo. En el día a día, en la vida de un pequeño taller, muchas veces esto no se puede hacer, porque tienes que sacar tablas y no hay tiempo para investigar. Esto requiere tiempo y dinero. Es una inversión. 


-Por lo que veo tienes en tu taller un apartado de I+D bastante importante… Vamos que Kun_tiqi va más allá que fabricar simplemente tablas y busca mejoras continuas en procesos productivos, materias primas, diseños…

-Como somos una empresa pequeña no tenemos un departamento que se dedique exclusivamente a la investigación. Para poder hacer esto tengo que quitar tiempo a mi trabajo de fabricación. 

La construcción de una tabla de madera, una labor ardua.


-Ahora acabas de sacar la tabla de madera sin fibra de vidrio, pero supongo que la investigación es continúa. ¿Hacia dónde van tus pasos como shaper? 

-Estoy abierto a todo lo que viene. Estamos siempre pendientes de nuevos materiales que salen al mercado. Ya existe espuma de madera. Es todavía muy pesada y no sirve para las tablas de surf. Va a haber más métodos. Va a existir la impresión 3-D, con espuma de madera, con materiales reciclados. Siempre tengo los ojos abiertos, veo lo que hay y las posibilidades que se me abren para ir aplicándolas en el taller. Es un camino que nunca acaba. Cuando saco algo no pienso que es lo último que voy a sacar y no va a haber más. Las evoluciones las aplico siempre que pienso que va a mejorar la calidad, el impacto y la funcionalidad de nuestras tablas. 


-Llevas desde 2007 con tu taller, ¿has notado también cierta evolución en el mercado? Como pasa con los coches híbridos, eléctricos o la ropa realizada con materiales reutilizados, ¿se venden ahora más tablas ecológicas entre los surfistas que antes? 

-Desde que empecé te diría que sí, que vendemos más y que hay más demanda por parte de surfistas concienciados con el medioambiente. Diría que hay más número de surfistas, pero no un mayor porcentaje. En los últimos años el surfing ha crecido mucho, pero hay más tablas de corcho en el agua que de madera ecológica. 


-Ahora que hablas de las tablas de corchopán. ¿No resulta frustrante estar metido en una cruzada medioambiental, ser un shaper que investiga para que las tablas sean cada vez mejores en el agua e ir a la playa y ver que cada vez más gente opta por estas tablas? 

-Pues sí. Son tablas baratas y de usar y tirar. Tienen poca vida. Hay cosas en el mercado del surf que son frustrantes para mí como luchador que intenta mitigar el impacto en el medioambiente. La industria del surf manipula a las masas con el marketing. Hace diez años ningún surfista que se pudiera poner de pie encima de una tabla y bordear un poco surfeaba con una tabla de corcho, porque le daba vergüenza que le vieran. La industria pone a un surfista pro en Pipeline con un corcho haciendo un tubo y de repente, como por arte de magia, ya tiene aceptación e incluso buenos surfistas surfean con tablas de corcho habitualmente. Para la Industria es interesante que se acepten porque son muy fáciles de fabricar y de vender. 


-¿Los productos sostenibles y ecológicos sustituirán a los contaminantes, o únicamente serán una alternativa para una minoría más o menos numerosa? 

-Yo creo que los materiales sí van a cambiar. Cada vez se utilizarán más materiales reciclados. Va a haber más investigación en este sentido. Van a salir tablas más ecológicas. Dentro de poco, si no utilizamos material reutilizado, se acabará con el material virgen. Lo vamos a hacer más por una obligación que por un deseo. 


-Llevas desde 2008 en Cantabria, ¿cómo ves el tema del clima? ¿Notas que ha cambiado desde que llegaste? 

-El cambio climático es una realidad obviamente. El verano es más largo, cada vez llueve menos y nieva menos en invierno. En los dos últimos años ha habido un par de nevadas al principio y luego cielo azul durante dos meses. 


-Y en tu país natal Alemania, ¿se percibe también? 

-Mucho. Es que en Alemania hay sequía. En Hamburgo, que es más húmedo y frío, han estado a 40 grados durante semanas. Esto no se había dado antes. Hay cambio climático.

Kun_tiqi, precisión al mínimo detalle.


domingo, 3 de septiembre de 2023

Surfistas y racinguistas. David García, 'Capi'. El pionero que montó la primera escuela de surf en España con el premio de una quiniela

 

 

David García, 'Capi', se confiesa "futbolero y racinguista".


Existe el prejuicio un tanto extendido y generalizado de que los surfistas sólo hablamos de olas. Craso error. David García 'Capi', el santanderino que montó la primera escuela de surf en España, allá por 1991, cuando nadie ni de lejos atisbaba el negocio en el que iba a convertirse el surf en el siglo XXI, y particularmente los centros dedicados a impartir su enseñanza, habla con soltura de actualidad política, económica, de cine, de literatura, pero entre todos los temas hay uno por el que destaca: el fútbol. Capi se confiesa “futbolero” y por encima de todas las cosas acérrimo seguidor del Racing de Santander, del que sigue con preocupación y a veces con alegría su día a día.  No obstante, la historia de las escuelas de surf en España y el fútbol están íntimamente ligados, pues Capi montó la primera que hubo en nuestro país con el dinero proveniente de una quiniela premiada.

-¿Desde cuándo se remonta tu afición por el Racing?

-La afición por el fútbol en general me viene desde pequeño, porque mi padre jugaba muy bien al fútbol y por parte de mi abuelo, que me llevaba a ver al Racing. Me llevaba a los antiguos Campos de Sport de El Sardinero a la parte que había detrás de la portería norte.


-¿Cuál es el recuerdo más grato que atesoras como seguidor del Racing?

-Yo me vi el 5-0 que le metimos al Barcelona.  La verdad es que lo recuerdo como si fuese ayer. Ese partido me flipó. Luego también recuerdo especialmente un partido que vi contra el Cádiz, en el campo viejo, en el que jugaba Mágico González. Buenísimo. Era un jugador alucinante, de lo mejor que he visto en un campo de fútbol. Los volvía locos. Esos son los dos mejores recuerdos que tengo.


-Para ti quién ha sido ese Kelly Slater del Racing… Ese jugador que se  ha vestido la camisa verdiblanca al que has tenido auténtica veneración…

-Me parecía muy bien Jonathan Valle. Podía haber sido un fuera de serie y haber llegado más lejos, si hubiera sido un poquito más constante. No sé lo que pasó en su caso. Y luego, en el fútbol, de siempre me ha gustado mucho el que lucha, el que muestra trabajo, el que es un profesional. Un ejemplo de este tipo de jugador es Pedro Munitis.


-Viajas mucho por el mundo en busca de olas, cuando estás fuera de casa, ¿cómo te las ingenias para seguir al Racing?

-Hasta el punto que me gusta seguir todos los partidos en general. Me gusta hacer quinielas. Ahí tengo una hecha –señala una mesa del salón su casa-. Precisamente, hago quinielas, porque con 16 años, hice una y me tocaron 58.000 pesetas de las de entonces y con eso fue con lo que monté la escuela de surf (se refiere a la Escuela Cántabra de Surf, localizada en Somo, fundada en 1991 y pionera en España).


-Vaya, pues parece que en tu caso, el surf y el fútbol están íntimamente ligados…

-En mi caso rotundamente sí. Las quinielas las empecé a hacer con mi abuelo y he continuado con la tradición. Hago una quiniela sencilla, pero no me la salto ni una semana. Esté donde esté.  La mando por Internet al sitio donde la sello habitualmente. Da igual que esté en Australia, en Nueva Zelanda…


-¿Qué prefieres una buena tarde de olas o un partido del Racing?

-(Risas) Prefiero un buen día de olas. Ahí no tengo dudas…


-¿Y si se juega el Racing algo importante?

-Cuando se ha jugado algo importante, con el Racing a muerte. A mí me gusta el fútbol, soy futbolero…


-Por la Escuela Cántabra de Surf han pasado y siguen pasando muchas personas… ¿Ha pasado en todo este tiempo algún futbolista?

-Vino una vez toda la plantilla del Racing a hacer un curso de surf de un día. Vino Colsa, Munitis… un montón de jugadores. No sé si vinieron todos, pero eran casi toda la plantilla. De otros equipos, hemos tenido a un par de jugadores del Valladolid. Santamaría. De segunda seguro que alguno también. Un día vino a hacer paddle surf Carvajal, el del Real Madrid.


-¿Volveremos?

- Estoy seguro de que el Racing volverá a primera división. Lo que no tiene que hacer es volver a bajar al infierno de Segunda B. No nos lo podemos permitir. Ojalá que vuelva a primera y sea este año. Creo que nos falta un 9. Si hacemos  una primera vuelta, hasta diciembre, sensiblemente mejor que la del año pasado, y la segunda es como la del año pasado, estaríamos peleando por subir. Eso decía el otro día un seguidor en el campo y tenía bastante sentido…


   


   

 

domingo, 27 de agosto de 2023

Surfistas y racinguistas. Antonio Gómez Bueno, racinguismo a 9.500 kilómetros de El Sardinero

  El surf y el Real Racing Club de Santander siempre han tenido una relación muy estrecha. La primera tabla de surf llegó a España, vía Francia, en el autobús del Racing. Fue un 31 de marzo de 1963, el conjunto montañés venía de empatar con la Real Sociedad (2-2) y el mencionado vehículo hizo una parada técnica en Irún para realizar tan insólito encargo. El destinatario final de la tabla no fue otro que el pionero y legendario surfista santanderino Jesús Fiochi, cuyo padre era directivo de la entidad deportiva. Sin saberlo, el autobús del Racing fue el organismo huésped gracias al cual el virus del surfing se inoculó en la península ibérica. Estas y otras interesantes anécdotas pueden ser consultadas en la brillante trilogía del periodista y escritor Fran Díez “Cien anécdotas del Racing”.

   

Portada de la tercera entrega de anécdotas.

 En la actualidad, Racing y surf mantienen caminos más bien paralelos, desconociendo la mayoría de surfistas y organismos de este deporte (federaciones, escuelas) el peso crucial que tuvo el histórico club de fútbol en el inicio y desarrollo del surfing en España. Algo, por otro lado, nada extraño en un país tan desmemoriado y con tanta tendencia  a desconocer su propia historia, e incluso adulterarla. Por fortuna, existe un grupo de practicantes del deporte de las olas que mantiene viva su afición y son apasionados del conjunto verdiblanco. Comenzamos esta serie  de surfistas y racinguistas con el pintor cántabro afincado en California, Antonio Gómez Bueno,  que mantiene su relación de amor a los colores verdiblancos intacta  desde la distancia, concretamente desde  9.500 kilómetros, que no son en absoluto óbice para seguir la actualidad y las vicisitudes de un equipo que en la última década no vive sus mejores momentos.

   

Gómez Bueno con una de sus creaciones de fondo. 

-¿Qué supone para un cántabro afincado en California el Racing?

 -El Racing es la ventana por la que miras a Cantabria.


 -Te fuiste en 1988, en todo este tiempo, ¿qué partido o qué momento recuerdas especialmente?

  -(sin dudarlo) 1995. El 5-0 al Barsa de Johan Cruyff.


  -Eso en cuanto a lo positivo, y en cuánto a noticias negativas. ¿Cómo has vivido desde la lejanía la inestabilidad institucional del equipo en la última década?

 -Incredulidad. Desesperación.


 -Como surfista, ¿Quién ha sido el Kelly Slater del Racing?

 -Setién, Amavisca, Radchenko, Zigic, Munitis, Jonatan Valle…

 

-En EE.UU, el fútbol europeo, lo que llaman el soccer, ¿sigue siendo la séptima u octava opción detrás del beisbol, Fútbol Americano, Baloncesto, Hockey, automovilismo…  o ya ha escalado en la lista de deportes favoritos de los estadounidenses?

 -No te puedo decir. No le dedico nada de tiempo al soccer, con La Liga y el Racing ya tengo bastante…

 

-Son ya 35 años allí, ¿te has contaminado de algún hábito americano? ¿Ves la superbowl, las series mundiales de beisbol, los play off de la nba? ¿Eres seguidor de algún equipo? ¿Vas asiduamente a algún evento deportivo?

 -Veo las series mundiales, pero no es una afición nueva. Jugué con Patrulleros Béisbol Club y ganamos la liga Cántabra en 1979. Solía ir a ver a los Dodgers, últimamente voy más a ver los Angels q ahora me quedan más cerca. La Superbowl la suelo ver todos los años, pero lo que realmente me interesan son los anuncios. Además del béisbol, de vez en cuando voy a algún campeonato de surf (longboard o sup) y a alguna velada de boxeo.

 

-Como artista que ha intervenido haciendo murales en grandes estructuras como en naves, silos, el diseño de la terminal de graneles sólidos del puerto de Santander… Los campos de sport de El Sardinero no están en muy buen estado de conservación, ¿qué actuación artística emprendería Gómez Bueno si los responsables del Racing le llamasen?

 -Buena propuesta, puedes ir moviéndolo porque  tengo una idea excelente. De momento sólo puedo adelantar q es un diseño verdi-blanco o tal vez verdi-negro…

 

-Si entra mar, ¿partido de fútbol o tarde de olas?

 -Hombre, si el Racing está jugando el play-off de ascenso, o una semifinal de Copa del Rey, por muchas olas que haya es imposible que me pierda ese partido. Por la diferencia horaria normalmente veo los partidos en diferido por la noche, así que no suele haber conflicto.

 

- Por último, ¿volveremos?

 -Sin duda. Una afición que ha sufrido lo que hemos sufrido nosotros y aún seguimos ahí, es signo inequívoco de que ya estamos volviendo.  ¡Aúpa Racing!

 

 

Gómez Bueno está siendo el protagonista del verano artístico en Cantabria con su exposición “Zemog Surf Labs”, propuesta creativa consistente en recoger la génesis, auge y caída de una marca de surf  ficticia, pero que gracias a los carteles, pósters, campañas publicitarias, riders esponsorizados, merchandising, portadas de revistas creados por el artista cántabro cobra vida hasta el punto que el público no sabe dónde empieza la realidad y acaba la ficción de esta marca consistente en poner al revés el apellido del prolífico autor.

  
Cartel de la imprescindible exposición.



  La exposición “Zemog Surf Labs” puede visitarse hasta el próximo 1 de octubre en la nave Sotoliva, situada en la calle Carlos Haya, 24,  en horario de martes a viernes: de 18:00 a 21:00 horas ; sábados: de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas. ; domingos: de 12:00 a 14:00 horas.

jueves, 3 de agosto de 2023

¡¡SURF OR DIE... OF LAUGHTER 6; REMANDO CONTRA LAS SERIES!!

    Olas de calor, pavorosos incendios, truculentos asesinatos, romances, elecciones generales... ¡Y una mierda! Si el verano de 2023 pasará a la historia será sin duda por la publicación de Surf or die... Of Laughter VI.  Once nuevos e impactantes relatos con los que el mítico y legendario Jon Satrústegui ajusta de una vez por todas las cuentas pendientes que tiene con un deporte que le ha dado todo, pero al que el éxito y popularidad ha cambiado hasta el punto de hacerlo irreconocible para sus más viejos seguidores.

   Relatos:   Una verdad incomodísima - Español para surfistas - Surfing Kid VI - Calma total - Juego de  sillines - La playuca - Papá, no quiero ser surfista - Papá, quiero ser surfista - Surfer a los cuarenta -  Sin locales no hay paraíso - Magasurf 

  

   Fue el poeta y hombre de armas Jorge Manrique quien dijo hace ya más de 500 años aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”.  Recientes investigaciones han descubierto que la mente se aferra a los buenos recuerdos, dejando atrás los malos, como mecanismo para resistir y mantener una actitud positiva ante la vida. En el mundo del surf, ni clásico de la poesía universal ni ardid psicológico ni leches, CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR  es una verdad incontestable, un dogma de fe incuestionable, aquí o en Bali, en Hawaii o en Australia, en California o la Conchinchina. No dejes que te cuenten milongas de tablas más accesibles y mejores, revolución tecnológica y de materiales, surfaris más asequibles. Ni los vuelos low cost más tirados de precio, ni una tabla con motor que te ahorre remar para llegar al pico, nada absolutamente nada compensa la masificación ni la popularización del surf actuales. Esto lo saben bien Jon Satrústegui, El Oso y Armando Leza, que alternan su masoquista rutina de surfing  en las sobreexplotadas y pobladas playas del siglo XXI con el recuerdo nostálgico y dañino de un pasado glorioso de picos solitarios y olas para ellos solos que por desgracia nunca volverá. ¿Resistirán como los últimos miembros de una heroica resistencia de surfistas locales o finalmente claudicarán ante el empuje de las nazarenas oleadas de nuevos practicantes, decidiendo colgar la tabla y el traje de neopreno para siempre? La respuesta la encontrarás entre estas páginas que describen una realidad del surf completamente alejada de la almibarada, como un episodio de Los vigilantes de la playa, que intentan vendernos,  solo apta  para los que ya practicaban el surfing  antes de que la promoción y la sobreexposición  indiscriminadas lo estropeasen todo.

  
La fotografía de la portada es obra del surfista y fotógrafo Sergio García.


   

   Eduardo Illarregui Gárate se escapa de la espuma de los tópicos surferos y eso es de agradecer. No hay melenita rubia al viento ni postureo playero con la tabla clavada en la arena. Su mirada crítica desde la ola nos deja maniobras potentes y mordaces con reflexiones interesantes y alguna salpicadura de humor. Huye de ese surf de anuncio que lo mismo sirve para vender un coche o unos cereales. No hay bikinis ni puestas de sol, sino el áspero día a día de la gente de a pie que disfruta/sufre esta pasión. Para Eduardo lo importante es el placer de subirse en la tabla y eso lo ha hecho durante mucho tiempo, para captar esa esencia plástica de una actividad que es mucho más que un deporte.

 

  Eduardo Illarregui fue un pionero en escribir libros sobre surf en español, algo en lo que los anglosajones nos llevan décadas de ventaja y reconocimientos. Su extensa saga de Surf or Die… of laughter ha hecho del personaje de Jon Satrústegui, algo así como su alter ego, un gurú del surfing y la cultura de playa que nos está dejando el siglo XXI, no siempre tan festiva y con su cara B.

Fran Díez Gutiérrez. Periodista y escritor


Título: Surf or die... Of laughter 6

          Subtítulo: Remando contra las series

          Páginas: 147

          Autor: Un servidor

          Autor de la portada: Sergio García González 

           Puntos de venta: Los habituales


viernes, 17 de marzo de 2023

19 de diciembre de 2022. El día que el surf perdió definitivamente los papeles

 

 

Broche de oro a 35 años de historia.


“Han sido más de tres décadas relatando en papel impreso lo que ha ocurrido en la escena surfera desde que la revista Tres60 llegase a los kioscos por primera vez en 1987. Y ahora el papel ha tocado a su fin”. Con este escueto comunicado el mítico magazine surfero 3sesenta, o como preferíamos algunos, Tres60, ponía punto y final a más de 35 años de trayectoria y a su cita puntual con los quioscos. Atrás quedan 209 números, miles de páginas, de artículos, reportajes, entrevistas y fotografías. Una publicación que, cuando internet no era más que un invento secreto del Pentágono, era el auténtico influencer de los surfistas españoles, pues lo que salía en sus páginas era al instante trending topic en la playa. Abrir a finales de los ochenta y noventa una 3sesenta era descubrir olas exóticas, spots misteriosos o simplemente enterarte de quién era el nuevo campeón del mundo. En sus páginas vivimos las guerras encarnizadas entre Tom Carroll y Tom Curren, descubrimos a aquel chaval que apuntaba alto, un tal Kelly Slater, o vimos por primera vez a Laird Hamilton usar el hydrofoil, o nos enteramos de qué era aquello del Tow-in o el SUP.   Javier Amézaga (Bilbao, 1959) es uno de los cofundadores de la revista y ha estado durante todos estos años trabajando muy duro para que los números pudiesen llegar puntualmente a los lectores. Como epílogo a estos más de 30 años de historia ha publicado el libro ‘La historia del surf a través de Tres60’ un laborioso y brillante resumen que gustará tanto a los surfistas veteranos, pues les ayudará a rememorar viejos tiempos, como a las nuevas generaciones, que descubrirán una época pasada que no debería ser olvidada. La tres60 pierde su papel de cronista de la actualidad del surfing, pero entra por derecho propio y por la puerta grande en la misma historia que durante 35 años ha ayudado a registrar.

 

 -El 19 de diciembre de 2022 en un breve comunicado en vuestra página web anunciabais “y ahora el papel ha tocado a su fin”. ¿Fue difícil tomar la decisión?

 

-No. Ha sido un proceso natural. Llevábamos tiempo editando revistas sin tener ingresos suficientes más allá de pagar los costes de edición y poco más. Sabíamos que no podíamos seguir así mucho más tiempo.

 

-La publicación del libro del que eres autor ‘La historia del surf a través de tres60’, ¿es de alguna forma el epílogo o el colofón a la propia existencia de la revista? ¿Cuándo lo escribiste lo hiciste pensando en que sería el broche final o han sido los acontecimientos los que así lo han hecho?

 

-En 2016 edité mi primer libro, ‘Surfing The Basque Country’, y fue una experiencia muy positiva para mí, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo, sobre la escena y la historia del surf vasco, y además se vendió muy bien, lo que me demostró que contrariamente a lo que ocurre con las revistas, los libros pueden tener buena acogida y ser financieramente viables. Cuando vi que a la revista ya no le quedaba mucho recorrido por delante, me puse a trabajar en el proyecto de ‘La historia del surf a través de tres60’, como algo muy personal, mis experiencias en el mundo del surfing a lo largo de todos estos años vividos desde la óptica de la revista. Sí. Lo pensé como un broche final.

 

-Hace no muchos años, creo que hablando sobre los 30 años de la revista, apuntabas que con el papel pasaría como con los vinilos, que siempre habría un público fiel y que conviviría con otros soportes. Ahora pasados unos años, ¿crees que pecaste de optimista?

 

-No. Sigo pensando que hay espacio para editar una revista. Los franceses de Surf Session lo siguen haciendo, y también otros como Surfers Journal. Pero con un concepto diferente, para un público específico, con una cadencia más espaciada en el tiempo y unos contenidos más atemporales y combinados con un potente apoyo online. Aún sigo recibiendo propuestas de algunas marcas que no saben que ya no editamos print, pidiéndonos presupuesto para acciones en la revista impresa, porque dan valor a tener su imagen impresa; aunque las tiradas ya no sean las de antes. Tiene su caché y lo seguirá teniendo. Pero nosotros ya estamos viejos para emprender nuevos proyectos. Hace falta juventud y ganas.  

 

-¿Cuál fue la época dorada de la revista? En los ochenta y noventa la gente para saber qué pasaba en el mundo del surf tenía que leer la revista. ¡Lo que sacabais era trending topic!

 

-Sin duda el momento en que salimos por primera vez fue un bombazo. Verano del 87 y el año 88. Cualquier surfista daba un dedo de su mano por que apareciese su foto en la revista. Después de la crisis del 92 las revistas que estábamos en el mercado (hablo también de Surfer Rule) vivimos la expansión de la industria del surf, más compradores, más clientes, más profesionalismo, más movida, pero se fue perdiendo la magia de los primeros años en que íbamos improvisando según aprendíamos.

 

-Cuéntanos alguna curiosidad. ¿Cuál era la sección favorita de los lectores?

 

-Yo diría que la de ‘Tres60 Historias’, que ha perdurado desde el primer número hasta el último año. En la que tú también has participado. Obviamente, ha habido reportajes sueltos de los que se ha hablado más, como los primeros reportajes a Tapia de Casariego, a Rodiles o a Lanzarote –de los que posteriormente salieron sus respectivos Tres60 Historias,  años más tarde-. Como anécdota te contaré que en aquel primer viaje que hice a Lanzarote con los Gandarias y Escudero en 1983, bautizamos nosotros la ola de ‘El Quemao’ y la surfeamos por primera vez, que se sepa. También tengo un recuerdo especial de algunos reportajes internacionales como el que publicamos de la primera sesión de olas gigantes en Cortes Bank y otros por el estilo.

 

-En la revista has hecho de todo, has fotografiado, has escrito, has dirigido, has sido encargado de contenidos, temas de publicidad. ¿En qué faceta te has sentido más cómodo?

 

-Cuando empezamos, mi pasión era la fotografía acuática, fui pionero en esta disciplina, disfrutaba tanto como surfeando, y además constituía un desafío porque era un momento en que se estaban desarrollando nuevas tecnologías en este campo. Vi que me publicaban fotografías y reportajes en revistas de todo el mundo, y eso me motivaba aún más. Los primeros años publiqué mis fotos y artículos en revistas de USA, Brasil, Francia, Inglaterra, Alemania y Japón. Además de algunas para publicidades a nivel internacional. Me siento orgulloso de todo ello. Con el tiempo fui dejando la fotografía poco a poco y metiéndome más a fondo con los textos. Actualmente disfruto más escribiendo y editando. Tal vez, el trabajo menos agradable es el de la publicidad, y he tenido que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. Pero es de lo que comemos.

 

-No resulta algo paradójico independientemente del uso de internet, y de formatos más digitales, que las revistas de surf  hayan cerrado cuando precisamente el surf goza de más salud. Es un deporte de moda que cada vez practica más y más gente…

 

-Pero el fenómeno de cierre de revistas no tiene que ver con el surf, es un fenómeno común a la prensa escrita de todo tipo, periódicos y revistas. Se debe a los cambios en los medios de comunicación, y el surfing es muy sensible en este sentido dada la importancia de la imagen visual y la facilidad y calidad con que se reproduce en los medios online.

 

-Resulta muy difícil no hablar de la historia de la revista y no sacar el nombre de Kelly Slater, el cual sigue compitiendo. ¿Ha sido el nombre que ha marcado a una generación y a la revista? Antes, cuando no había internet, la única forma de enterarnos quién ganaba el campeonato del mundo era comprando la Tres60.

 

-Bueno, en alguna forma es así. Slater ha marcado varias décadas y eso ha tenido su repercusión en la revista al igual que en todos los medios de la época. Pero cuando empezamos aún no se conocía a Slater. Carroll y Curren marcaban la pauta. Eran los verdaderos héroes cuando se acercaban al sur de Francia y a Mundaka. Y los resultados de los campeonatos aparecían publicados un mes después de celebrarse, en el mejor de los casos. Eso hoy sería impensable.

 

-Se puede decir que fuisteis los primeros en llegar y habéis sido los últimos en iros. Desapareció Surfing magazine, luego Surfer magazine y todavía seguíais al pie del cañón…

 

-Tenemos el honor de ser la primera revista de surf del mundo en español. Desde 1987. Y si nos hemos mantenido durante todo este tiempo es gracias a haber sabido mantener una estructura reducida.

 

-¿Hay algún número, portada o noticia con los que te quedes especialmente?

 

Yo personalmente no sabría elegir una portada o artículo concreto. Hay muchos con los que me quedaría, en particular los que he publicado en el libro.

 

-Como cronista de excepción del surf durante más de 30 años, ¿qué crees que ha perdido el surf actual y qué crees que ha ganado?

 

-Al hacerse tan popular ha perdido algo de su magia. A comienzos de los años ochenta, la celebración de un campeonato de surf en cualquier punto de la costa cantábrica (Gros, Sopelana, Tapia, Pantín…) era la excusa perfecta para reunir a todas las tribus del Cantábrico. Todos nos conocíamos y había una relación maravillosa, una gran amistad. En muchos casos nos dura hasta hoy. Y los spots no estaban masificados, a veces quedábamos para no entrar solos al agua. Lo mejor del surf actual es el acceso al material y la calidad del mismo.

 

-Habéis sido cantera de muchos fotógrafos, redactores y de gente que luego ha tenido proyección internacional…

 

-Al principio teníamos que producir casi todo el material por nuestros propios medios porque no había colaboradores de calidad en España. Pero hicimos muy buena amistad con algunos ilustres fotógrafos internacionales con los que hemos mantenido relación hasta ahora, como es el caso del australiano Peter Wilson ‘Joli’ (aún en activo) o el californiano Jon Foster, ambos grandes amigos míos. El sector se fue profesionalizando progresivamente, cada vez había más revistas en el mercado internacional solicitando fotos y reportajes de nuestras olas; también las marcas tenían necesidad de producir imagen de acción de sus riders y así salieron buenos fotógrafos y redactores locales, que se buscaban la vida de este modo. Algunos aún funcionan hoy en día, como Pacotwo o Edu Bartolomé, y otros se han introducido en el sector recientemente a través del mundo del video, que es el que mejor funciona actualmente.

 

-¿Se puede decir que Internet ha sido un tsunami que ha barrido las revistas impresas?

 

-Sí. Sin duda.

 

-Como generador y administrador de contenidos, ¿qué valoración haces del fenómeno actual de los influencers? Resulta muy sintomático que vídeos, reportajes, artículos que llevan detrás horas de trabajo cosechen apenas cientos de visualizaciones y otros casi improvisados en los que alguien se pone delante de un móvil a dar una opinión tengan millones…

 

-Es un mundo que yo no entiendo muy bien y tampoco me interesa. Pero sí diferenciaría entre dos tipos de influencers: los auténticos y los intrusos. Actualmente,  las marcas presionan a sus riders a que sean activos en redes sociales y consigan muchos seguidores. Publican fotos, reportajes y videos cañeros, saben de lo que hablan y buscan el apoyo de cámaras profesionales para que les filmen sus sesiones. Son los auténticos y respeto lo que hacen porque ofrecen calidad. Lo que no entiendo es el interés que puede despertar un tío o una tía que se graba un video calzándose unas zapatillas o pisando la arena de la playa diciendo que es una experiencia súper y tenga miles de seguidores… He tenido la ocasión de conocer un par de ellos, que además tienden a tener un ego bastante elevado, y me han parecido de una superficialidad asombrosa. Y generalmente pierden el interés con la misma rapidez que lo consiguen. Creo que son nocivos para el surfing. Hay que acabar con ellos.

 

-¿Seguiréis manteniéndoos activos en las redes sociales, en vuestra página, y organizando el torneo de olas grandes de Punta Galea?

 

-Seguimos activos. Y continuaremos. Al menos por un tiempo, no hay que olvidar que estamos al borde de la jubilación.

 

-¿Es un adiós definitivo?

 

-En cuanto a la revista impresa sí.


Borja Peñeñori, Jakue Andikoetxea, Paloma Vega y Javier Amézaga. Los cuatro evangelistas de la Tres60 todos estos años. 


lunes, 13 de marzo de 2023

Reportaje Macho Fins en Cantabria Económica. Macho fins, una inspiración para la España vaciada

 

 

Gonzalo Macho, enseñando una de sus creaciones. 


En los últimos tiempos, se ha puesto tristemente de moda el término ‘España vaciada’, para definir aquellos territorios de nuestro país que progresivamente se han ido quedando sin población en beneficio de las ciudades. Un fenómeno el de la despoblación rural que no es en absoluto nuevo, pues se inició en la segunda mitad del siglo pasado, pero que hoy en día con la sociedad tecnológica y digital ha alcanzado cotas realmente preocupantes. Precisamente, la misma tecnología que ha propiciado esta brecha entre el mundo urbano y rural puede ser el mejor aliado de los pueblos,   pues herramientas como internet posibilitan el teletrabajo y una serie de oportunidades que hasta hace unos años eran impensables. Macho fins, con sus dos instalaciones de fabricación de quillas de surf en Campoo (Fontibre y Matamorosa), va contracorriente y es toda una inspiración  y un motivo de esperanza para esta España vaciada. En un mercado donde imperan el traslado de las cadenas de producción en masa  al sudeste asiático y la elección de materiales de bajo coste como el plástico, Macho Fins apuesta por la fabricación de quillas prémium con una filosofía que versa que todo lo que salga de su taller debe ser “lo mejor de lo mejor”. Un producto de gran calidad y una página web que funciona como el mejor de los escaparates para colocarlo en cualquier punto del planeta son el binomio perfecto para explicar cómo un taller de quillas de surf puede estar situado a más de cien kilómetros de la playa más cercana. Gonzalo Macho (Santander, 1974) habla con pasión de este proyecto empresarial familiar que cree en “dar empleo a la gente local” e intenta demostrar que “los pequeños polígonos rurales pueden tener proyectos para fabricar cosas distintas y no sólo ser almacenes o estar medio vacíos”

-¿Cómo surgió la idea de fundar una empresa dedicada a la fabricación de quillas para tablas de surf?

-Todo empezó con cuatro hermanos que desde hace tiempo buscábamos un proyecto interesante para hacer juntos que utilizara todos nuestros conocimientos como ingenieros y creativos, fuera de nuestros trabajos habituales.  Desde hace unos años hago longboard (surf clásico en una tabla de más de nueve pies), y un amigo surfista necesitaba unas quillas para sus tablas; así que, en nuestra inocencia, pensamos, “¿por qué no? ¡Eso suena fácil!”  Bueno, ahí empezó el camino.  La verdad es que de fácil no ha tenido nada, pero el viaje ha sido muy interesante, desarrollando procesos, conociendo a gente, viajando por toda Europa y lo más importante, trabajando juntos.

-¿Qué filosofía hay detrás de Macho Fins y de sus quillas?

-Nuestra filosofía es hacer quillas de calidad prémium, 100% hechas por nosotros de principio a fin en nuestro taller familiar aquí en Campoo.  Eso en sí nos destaca de la mayoría de las quillas en el mercado, que suelen estar fabricadas en masa en grandes fábricas fuera de Europa.  Cada quilla es importante para nosotros, no pretendemos hacer quillas en grandes cantidades, de cualquier manera y calidad.  Intentamos que todo lo que sale de nuestro taller sea lo mejor de lo mejor, muestra de esto es que estamos teniendo cada vez una mayor reputación a nivel mundial por la calidad de nuestras quillas.  Estamos muy orgullosos del punto en el que estamos y de todo el trabajo que hay detrás que nos ha hecho llegar hasta aquí. 


  Para seguir leyendo la entrevista adquirir la revista Cantabria Económica del mes de Marzo o pinchar aquí...



domingo, 8 de enero de 2023

Durmiendo con el enemigo

 Había comenzado el año con el firme propósito de no intervenir más en temas relacionados con el surf, para ver si así me libraba del encasillamiento y síndrome monotemático que me viene afectando desde hace un par de décadas, pero ni por esas, la lectura en Surfcantabria del artículo sobre el impacto de la construcción de los espigones del Chiqui (https://www.surfcantabria.com/noticias-enlace/item/4185-impacto-del-proyecto-de-espigones-en-el-muro-del-chiqui-en-santander.html) me ha hecho saltarme esta casi autoprescripción médica.

  Lo que más me sorprende del artículo es que ahora en 2023 todavía haya gente que le llame la atención que ocurran este tipo de cosas. ¿A alguien le puede sorprender a estas alturas de la película que los mismos políticos que piden que se salve del derribo el chiringuito del Rema para construir un “centro de interpretación del surf” aboguen ahora por la construcción de un espigón que a buen seguro destrozará una de las olas más míticas y legendarias para los surfistas de Cantabria, la cantera de muchos de los bodyboarders más famosos de la región? ¿Cómo se puede construir un museo o un centro del surf cuando por otro lado se destruye el único patrimonio realmente valioso para un surfista? ¿Qué clase de playa sería aquella que tiene un museo del surf y que no tiene olas? Y no tiene olas, no porque la naturaleza no se las haya dado, sino porque el hombre con sus acciones se las ha arrebatado… 

  


  La carta continúa con la denuncia de otros proyectos similares que ponen en peligro otras olas de Cantabria, como el de un espigón en Suances que pondría en peligro la ola de la playa de la Concha y se invoca a la condición de Reserva del surf de Suances, como si fuera un salvoconducto o una figura jurídica similar a la de parque nacional, reserva de la biosfera, etc… que actuase como paraguas o escudo protector. Desde mi punto de vista y para el de muchos surfistas locales, la creación de esta figura de reserva del surf no es más que un reclamo turístico para promocionar las playas y que venga más gente, al igual que las banderas azules. La ola en sí poco importa, porque si importase también se intentaría defenderla de otra de las amenazas que se cierne sobre ellas: la masificación indiscrimanda. Ahora que vayan los surfistas, las escuelas del lugar a un juez y que intenten paralizar la construcción del espigón invocando esta figura de “reserva del surf”, que ya te digo yo a dónde las mandan. 

  Luego, en la misiva se omite otra auténtica puñalada trapera a los surfistas de Cantabria, que se realizó con nocturnidad, alevosía y premeditación y que aceptamos sin más como mansos corderitos sin decir esta boca es mía. Esta ignominia para la tribu surfera no fue otra que la implantación en la localidad de Ribamontán al Mar, de la red de limitación o control de los aparcamientos durante los meses de verano. Toda otra reserva del surf, con un plan de dinamización del surf, con vistosos y llamativos carteles a la entrada y salida del municipio de “surf a toda costa”, e implanta unos parquímetros que precisamente perjudican más a los que tanto dicen defender y para los que se autoproclama “paraíso en Europa”. En este sentido, los políticos no sólo no resuelven los problemas ya existentes, sino que se encargan de crear otros nuevos para poner medidas que no hacen más que perjudicar a los que les han votado. Tal vez, si no se hubiesen dedicado a implantar un modelo de dinamización del surf puramente cuantitativo e insostenible, un Magaluf o Benidorm del surf, no habría el problema de aparcamiento que tenemos ahora. 

  Me resultaría muy fácil y ventajista decir aquello de “a disfrutar de lo votado”, pero prefiero hacer algo más constructivo y reflexionar sobre el mencionado fenómeno que como digo no es nuevo, pues se remonta al ya lejano 2008. ¿Y qué pasó en 2008?, se estarán preguntando.  La respuesta es bien sencilla y estoy seguro que a muchos les habrá llegado instantáneamente a la cabeza. La crisis de la construcción. Tras una década de edificaciones masivas e indiscriminadas en la costa, que cambió y afeó de modo irreversible su fisonomía, el modelo especulativo y lucrativo llegó a su fin y los ayuntamientos costeros tuvieron que lanzarse a buscar otras formas de financiarse y de obtener beneficio. Les tocaba buscarse la vida. Entonces se giraron a fórmulas de negocio incipientes, que empezaban a abrirse tímidamente camino, con dedicación, esfuerzo, mucho trabajo y sudor y lo más importante: sin injerencias públicas. Una de estas baritas mágicas o bote salvavidas fue el surfing. En condiciones normales, el surf jamás les hubiese interesado, pero, tal y como digo, eran momentos de urgencia, de emergencia. Los ayuntamientos y gobiernos autonómicos son estructuras sobredimensionadas y requieren de ingentes cantidades de ingresos para mantenerse. A lo largo de estos quince años, los ayuntamientos han aplicado al surf las mismas fórmulas de desarrollo insostenible que aplicaron con anterioridad en la construcción, en el desarrollo urbanístico y el resultado es del todo conocido por cualquiera con dos dedos de frente. La foto fija actual de cualquier municipio surfero de Cantabria después de quince años de especulación y de burbuja inmobiliaria surfera es similar a la instantánea arquitectónica o mapa urbano de cualquier localidad costera. Caos. Anarquía. Todo vale.

  ¿Cómo hemos permitido que ocurra esto? Yo la respuesta la tengo clara y aquí es donde practico la autocrítica y entono el mea culpa. Pasividad. Inmovilismo. Dejadez. Para explicarlo utilizaré el tristemente célebre poema de Martin Niemöller, Héroe de la Resistencia alemana: «Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio,ya que no era comunista/ Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, ya que no era socialdemócrata/ Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, ya que no era sindicalista/ Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, ya que no era judío/ Y cuando vinieron por mí, ya no quedaba nadie que alzara la voz para defenderme”. La cronología en el surf también la tengo muy clara. Primero toda esta promoción del surf institucional, pública e indiscriminada afectó a los más débiles, a los surfistas locales, pero como los surfistas locales es un número irrisorio, ridículo y sin rédito electoral a nadie le importó. Estoy harto de ver a gente que surfea desde hace décadas decir que lo ha dejado (y no precisamente por la edad, o una lesión crónica), o que se mete en playas de segunda o tercera fila con olas de ínfima calidad para disfrutar de un poco de tranquilidad, otros simplemente han renunciado a hacer surf de mayo a octubre o durante la semana santa… Luego esta especulación y desarrollo insostenible afectó a las propias escuelas originarias y gestionadas por surfistas de toda la vida (sí leen bien, las propias Escuelas se ven afectadas por este fenómeno, y cada vez se verán más y más afectadas: impuestos, tasas, requisitos burocráticos inasumibles, competencia desleal entre ellas). A la cabeza me viene el caso que destapó Surfcantabria en el que uno de los co-pioneros de los escuelas de surf en España, el que abrió el camino a los demás, el que supo ver hace más de 30 años este negocio, todo un mítico y una leyenda viviente de la comunidad surfera local se quedó sin licencia porque incumplía no sé qué criterios o requerimientos arbitrarios promulgados por la administración. Esta auténtica injustica importó poco, porque solo afectaba a una persona. 
  
 Ahora al final del proceso, las medidas nos empiezan a influir a todos, porque afectan a las olas y parece que por fin despertamos, pero, tal y como digo, los surfistas llevamos muchos años, demasiados, durmiendo con el enemigo. Solo espero que no se cumpla lo que dice otra de las traducciones de los inmortales versos de Niemoller: “Cuando vinieron a por mí, ya era demasiado tarde”.