Que los surfistas aman el mar es una afirmación evidente y completamente innecesaria; pero, realmente, si echamos un vistazo a la lista de materiales de composición de una de nuestras tablas, trajes de neopreno o camisetas, ¿podemos repetir esa declaración de amor pura sin sonrojarnos o bajar la cabeza la próxima vez que entremos en el océano? Duda que aumenta, en el interior de uno, con la irrupción de ‘El Proyecto Kun_tiqi’, en el panorama surfero cántabro; una tienda que se encuentra en la carretera Loredo-Langre y que habla de otro modo de hacer las cosas, y de una filosofía que, compartida o no, desde luego, es más consecuente y honesta con el sentimiento de amar el líquido elemento, pues amar no es sólo palabrería, ni un tatuaje, ni un eslogan publicitario; y requiere acciones congruentes, como nos demuestra con su ejemplo Stefan, alma mater de Kun_tiqi.
Un proyecto que, a parte de ser un negocio, posee una ética perfectamente definida:
“Ofrecer a los surfistas productos más respetuosos con el medio ambiente, más ecológicos”. Una ideología que tiene su origen en los inicios de Stefan en el mundo del shape y concretamente con lo acontecido en 2005 con el gran fabricante mundial Clark Foam, que cerró sorprendentemente, se cree que ante el acoso de agencias reguladoras medioambientales de Washington.
“A raíz de aquello, me di cuenta que las tablas de surf son tóxicas, hechas con materiales tóxicos, que dañan mucho la salud de las personas que trabajan en su fabricación y busqué alternativas y me di cuenta que no las había, y que cuando surfeas lo haces con materiales tóxicos y contribuyes a dañar el medio ambiente; algo que va en contra de lo que quiere un surfista, que es conservarlo y disfrutar de la naturaleza”.
La alternativa
En un viaje a Ecuador, Stefan conoce a unos shapers que hacen tablas de maderas y se produce un auténtico flechazo. “En ecuador me enamoré de las tablas de madera de balsa. Primero, por el aspecto, son muy bonitas, y luego por el proceso de fabricación que es increíble. Son tablas con alma, en cuyo proceso de creación a parte de tiempo se invierte pasión”.
El proceso de construcción de una tabla de madera de balsa es “mucho más laborioso” que el de una de foam con fibra de vidrio. “El blank lo hacemos hueco, esto significa que es sólo madera con aire por dentro. Elaborarlo es un proceso de unas quince horas. El proceso de shapeado está hecho a mano totalmente, en contraposición al de una tabla convencional, donde las máquinas y los ordenadores, con programas en 3-D, juegan un papel cada día más importante”.
A juicio del fabricante, la peculiaridad del material también influye en su comportamiento en el agua, con una forma de deslizamiento única y muy especial. “Son mucho más estables en el agua, te dan más control y absorben mucho mejor los baches que las de Epoxy, que tienen mucha vibración, sobre todo, en olas no muy limpias”.
La filosofía ecológica de Kun_tiqi no se limita a las tablas, pues el resto de productos que comercializa, desde las pastillas de parafina, hasta la ropa, pasando por las fundas, están hechos con materiales respetuosos con el medio ambiente y mediante procesos no agresivos con la naturaleza. Algunos, como es el caso de los inventos, creados a partir del reciclado de los viejos. “Todo lo que tenemos aquí es más ecológico. Las tablas, a parte de estar hechas con madera de balsa (proveniente de una plantación), tienen una resina ecológica con un 55% de aceite vegetal. La ropa es de algodón ecológico, proveniente de comercio justo, porque no sólo es importante tener cuidado con el medio ambiente, también que la gente que produce los productos pueda vivir bien y salir adelante”.
Lamentablemente, vivimos en una época de gran incertidumbre y de replantearnos muchas cosas, sobre todo esa falsa invocación al progreso, que nos ha llevado a un retroceso sin precedentes. Kun_tiqi tal vez no sea la solución global y definitiva en un mundo donde la demanda de tablas, grips, neoprenos… y la exigencia de precios más bajos son cada vez mayores, sin que nadie se pregunte los procesos de creación ni los costes medioambientales, sociales; pero es una alternativa consecuente para un surfista que ama (pero también cuida y respeta) la playa y el medio ambiente.
Para saber más visitar: http://kuntiqi.com//
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