sábado, 21 de abril de 2012

Surf y Música: Supertubos

 En el campo de la música, el grado de impacto del surf en una generación de californianos  fue tan brutal que más allá de inspirar una canción, el nombre de un grupo, etc… inspiró un subgénero musical entero, bautizado desde entonces como Música Surf, honor que no tiene ninguna otra modalidad deportiva, ni tan siquiera el todopoderoso Fútbol. No obstante, esta  música instrumental cayó en el olvido durante lustros hasta que Tarantino la extrajo del baúl de los objetos perdidos para reivindicarla por todo lo alto en la magistral Pulp Fiction.  Al instrumentista John Blair se le atribuye la siguiente definición tan sencilla como precisa de lo que estos músicos trataban de conseguir con su arte: “lisa y llanamente se intentaba de transmitir qué sientes cuando te deslizas sobre una ola encima de una tabla”.  En Cantabria, podemos sentirnos afortunados pues disponemos de dos buenos grupos de música surf: Los Derrumbes y Supertubos. Estos últimos de enhorabuena, pues han sacado recientemente su nuevo disco, La Fórmula de Papini.
 
 Los Derrumbes son de sobra conocidos, pues han tocado en innumerables eventos surferos (Cosmic Children, inauguración de alguna edición del Santander Surf Film Classic). Los benjamines, Supertubos (fundados en el año 2006), son originarios de Reinosa, un dato pintoresco, si se tiene en cuenta que  la playa más cercana la tienen ni más ni menos que a unos 90 kilómetros aproximadamente. Pero esto no ha supuesto ningún obstáculo insalvable para los de Campoo, que con un estilo fresco, alegre y cierto toque gamberro consiguen, en sus imprescindibles y lamentablemente escasos conciertos, que sus seguidores se suban y bordeen esa Jeffreyesca ola a la que Blair hacía mención.
 Todo gran grupo de música surf que se preste se ha caracterizado por tener siempre un gran éxito por el que pasa a la historia. The Surfaris tenían Wipe out; Dick Dale, Misirlou; The Chantays, Pipeline; The Ventures, Hawai Five-0 y The Lively Ones, Surf Rider.  Supertubos, además de tener entre sus temas una pequeña joya del género como  Insolación en Mogro (una canción con tintes autobiográficos, tal y como ellos mismos cuentan en sus conciertos), tienen un ramillete de melodías condenadamente buenas como Bajo el agua, Beyond the Reefs… Ritmos que al instante te invaden de buenas sensaciones, que ahora mismo en pleno invierno, y mientras vas en el coche, escuchándolos en el reproductor CD, con el termómetro del salpicadero marcando siete grados, y los limpiaparabrisas echando a un lado capas y capas de granizo,  evocan a veranos en Somo, a estar sentando sobre la tabla en mitad del pico, a la espera de la próxima serie, mientras contemplas plácidamente el sol caer por detrás de Cabo Mayor.

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