A vueltas con las diferentes tipologías de practicantes del
deporte de las olas y tras realizar un estudio exhaustivo del paisanaje que
frecuenta los aparcamientos de las playas, se llega a la siguiente reveladora
conclusión: en lo relativo al vestir hay dos clases de surfistas.
Por un lado, están los surfistas ‘fashion victims’. Estos
tipos se caracterizan por llevar siempre lo último y asemejarse a un maniquí
viviente y parlante de los que hay en los escaparates de las boutiques surferas
o en la planta joven de El Corte inglés. Viéndoles, puedes llegar a
conclusiones tales como “este año se llevan los colores vivos y chillones y los
dibujos en forma de ameba en las cazadoras”, “esta temporada los jerséis son de
punto y de rombos y no de rayas a lo Freddy Krueger ”, “vuelven las gorras de béisbol, pero hay que
llevarlas ligeramente ladeadas”, “las allstar pasaron a la historia y lo que
hace furor son las Nike 5.0”,
“los colgantes de bolas de madera con los colores de la bandera de Etiopía
pasaron a la historia y ahora hay que colgarse el candado pitón de la vespino” o
“este verano se sigue llevando el sombrero borsalino pero de fieltro gris en
vez de mimbre”.
Del otro lado, están los surfistas dejados, los devotos del
look “sin techo” o “homeless”. Aquellos que desconocen o pasan del concepto
moda y son capaces de bajarse del coche y plantarse en mitad del parking de la
playa, escuchando a Cat Stevens, mientras llevan una sudadera con capucha del
instituto conjuntada con unos pantalones multibolsillos To the limit del año de
Maricastaña y unas playeras GEOX. Gracias a dios, estos tipos, entre los que me
incluyo, no abundan mucho, pues si de ellos dependiese la economía se hundiría
un poco más si cabe.
Según en qué situaciones, es peligroso presentarse con un look "sin techo". |
Ser así tiene sus inconvenientes, pues, por lo general, el
surfer con apariencia de sin techo sufre todo tipo de presiones de su entorno más
cercano, que intenta cambiarle a base de frases del tipo: “cómo puedes llevar
esa sudadera, pareces un vagabundo”, “conmigo no vas con esa ropa”, “para ir a casa
de mis padres te pones unos zapatos, unos dockers y un jersey de vestir”, “como
no tires esa hoodie de una vez, lo dejamos”. Además son mal vistos por
ancianas, niños o mujeres clasistas-superficiales y tienen todas las papeletas del mundo para ser
parados, identificados y cacheados en un control policial.
Si eres un surfer con
look de sin techo, para no parecer un visitante del tiempo que viene del pasado,
un protagonista salido de la serie cuéntame, un Alcántara que hace surfing…, lo
mejor es pasar de comprarse cosas de temporada que dentro de seis meses estarán
pasadas de moda y comprar artículos vintage. La prenda más socorrida es, sin
duda, la sudadera con capucha, hoodie, en el inglés original. Hay que tener
cuidado con el estampado de las mismas, pues alguna vez si éste está muy
borrado por efecto de los multilavados o es de una marca que hace años quebró
puede alertar al prójimo (los fashion victim son los que mejor detectan estas
anomalías temporales) sobre la antigüedad de la misma. En este sentido, por
ejemplo, no es recomendable ir por la playa con una sudadera de la marca NO
FEAR o BAD BOY o retrocediendo más en el tiempo una Tropic Cotton, con el
dibujo del gorila surfero o del conejo amarillo con gafas de sol. Esto es
válido también para los pantalones, siempre vaqueros lisos, los legendarios Levis
501 de toda la vida, y nunca esos descoloridos, o manchados de pintura, degradados
o decolorados, amplios o caídos, que en su momento te pueden hacer el más
moderno del sitio, pero más tarde pueden provocar que seas visto como un
politoxicómano que vende clínex o ser hostiado por ser confundido con el ladrón
de turno que está reventando los coches del personal mientras surfea.
Prenda arquetípica de un surfista "homeless". |
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