jueves, 28 de enero de 2021

¿Quién da los carnets de surfista?


DNI, carnet de conducir, tarjeta de Lupa, de Carrefour, de Eroski, del club Día, del club Cortefiel, de Sprinfield, del Corte Inglés, de BP, de CEPSA, de Repsol, de Decathlon, de Forum, de la biblioteca, tarjeta monedero del autobús municipal, tarjeta de transporte, de amigo del parque zoológico. Hoy en día se puede sacar un carnet de casi todo, pero de lo que todavía, gracias a dios, no se puede sacar carnet es de surfista. Por mucho que algunos se empeñen.

 

Cuanta mayor aceptación tiene el surfing y mayor es el número de personas que lo practican más habitual es la necesidad imperiosa que tienen ciertos individuos de redefinir, acotar y restringir el significado de la palabra surfista. Haciendo las delicias de los más reputados miembros de la RAE o licenciados en filología hispánica, estos lingüistas realizan, en sus ratos libres, exhaustivos estudios etimológicos o semióticos para diferenciar conceptos que antaño nosotros pobres mortales creíamos sinónimos como surfer y surfista, o surfista y pillador de olas. Estableciendo un sistema de castas y subcastas que ríase usted de la jerarquía social de la India.

Curiosamente todo esto ha llegado, tras un verano histórico en el que en los picos se ha colgado el cartel de lleno o no hay billetes como nunca antes hasta ahora. Algo perfectamente entendible, pues veníamos de un encierro domiciliario, y la gente, necesitada de aire puro, naturaleza y deporte, ha cogido la playa y el mar con muchas ganas. Algunos de estos aficionados de la semántica han querido ver en la llegada del otoño y de las borrascas el mejor aliado a la hora de refundar el nuevo significado de la palabra surfista.  No me parece peligroso establecer criterios objetivos para diferenciar quién es un surfista de quien no. Bastaría simplemente con establecer un criterio homologado por algún estamento internacional tipo el libro Guiness de los récords o la UFC que estipulase por ejemplo que ‘surfista es aquel que coge olas de más de 2,33 metros’ o ‘que un surfer es aquel que surfea un mínimo de 4 días a la semana o una cantidad igual o mayor a 221 días al año’, ‘o se ha ido al menos una vez en su vida de surfari a la conchinchina’ o ‘tiene una furgoneta de fabricación alemana con toldo lateral’.

Bromas aparte,  lo que me parece realmente peligroso es dejar la condición o no de surfista en manos puramente subjetivas o arbitrarias, pues se correría el riesgo de acabar como en los totalitarismos diciendo aquello de “surfista es el que yo lo diga”.

Mientras esperamos que alguno se decida a definir el término surfista y los requisitos que hay que reunir para que te expidan el carnet del mismo, yo me acojo a esa gran frase de Groucho Marx: “Jamás perteneceré a un club que me admita como socio”.

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