Cuando uno hace una lista de películas, libros o canciones siempre comete alguna injusticia, excluyendo algún titulo significativo. Yo no he sido una excepción y algo similar me ha pasado al hacer el top ten de mejores películas de surf de la historia, al no incluir injustamente la producción australiana de 2013, Drift, de los directores Morgan O`Neill y Ben Nott. Drift es una buena película y se merece estar en el listado, por lo que podríamos titular el post anterior como: "Las diez mejores películas de surf de la historia +Drift". De hecho el coautor de la lista, el gran Fran Díez, quiso meterla con toda la razón, pero yo opté por incluir "Mi vida en Palos Verdes", que no es en absoluto superior.
La mencionada obra australiana es una película extraña, pues su argumento responde a un insólito y original híbrido entre El Gran Miércoles y Trainspotting. Y me explico. El argumento narra la historia de dos hermanos que intentan abrirse paso, en el floreciente negocio de la fabricación de tablas, trajes de neopreno y ropa de surf de principio de los años setenta en un pueblo costero australiano. En su lucha por poner su negocio a flote, tendrán todo tipio de dificultades, desde las habituales de no conseguir crédito bancario por parte de un director de sucursal, chapado a la antigua, que no ve viabilidad económica ni futuro en lo de vender tablas, hasta otras mucho más originales y que hacen de Drift una cinta única en su género, como con la policía del pueblo, que les hace la vida imposible al confundirles con unos hippies vendedores de drogas, y con un grupo de moteros que se dedican al tráfico de heroína. Sustancia de la que uno de los amigos de los hermanos protagonistas queda enganchado.
Si Drift es una buena película y con un argumento interesante y original, ¿por qué no se ha convertido en una película de culto en el mundillo del surf o es más conocida por los círculos cinéfilos? La respuesta es sencilla. Si bien tiene buenas actuaciones y las escenas de surf son sin lugar a dudas de las mejores que se han rodado después de El Gran Miércoles, Drift plantea y despacha problemas como la adicción a las drogas, la rivalidad de los surfers protagonistas con una peligrosa banda de moteros que trafica con heroína procedente de Indonesia, el triángulo amoroso y la competencia que libran los dos hermanos por conquistar el corazón de la misma mujer... Pasando de puntillas por todos ellos. No quiere profundizar ni mancharse. Es como una versión de Trainspotting producida por Walt Disney, en la que siempre se tratase de imponer el lado amable de las cosas y el soleado paisaje de la costa australina por encima de la obscuridad del mundo de las drogas y de los camellos. Nada que objetar, pero si quieres hacer una película de olas y bañadores y torneos hazla y no nos pongas el caramelo en la trama de la banda de camellos que claman venganza y luego... No voy a hacer spoiler.
Drift una buena película de surf, con un original guión; pero que podría haber sido mejor si hubiese explotado y profundizado más las subtramas paralelas.
1-El Gran Miércoles (1978)
2- Persiguiendo Mavericks (2012)
3-En el filo de las olas (2002)
4-North Shore (1987)
5-Los Amos de Dog Town (2004)
6-Breath (Respira) (2017)
7-Lilo & Stitch (2002)
8-Mi vida en Palos Verdes (2017)
9-En las manos de Dios (1998)
10-Le llaman Bodhi (1991)
10+1-DRIFT (2013)*
*Drift podría perfectamente entrar en la lista en sustitución de alguno de los títulos que hay del 8 al 10.
Si el top ten de películas de surf estaba hecho en colaboración con el periodista Fran Díez, para realizar esta lista hemos optado por la decisión salomónica de que cada uno diese sus cinco obras cinematográficas de deportes favoritas. Yo he pecado de una falta de originalidad total, pues he seleccionado títulos archiconocidos, mientras Fran se ha ido a unos más desconocidos y actuales.
Mis cinco películas:
1-Hoosiers: más que ídolos
2-Rudy, reto a la gloria
3-Rocky IV
4-Una mujer en la liga
5-Titanes, hicieron historia
Cinco películas de Fran Díez:
1-Million Dollar Baby
2-En busca de Bobby Fischer
3-El desafío
4-The way back
5-The Dammed United
P.D. No hemos puesto El Gran miércoles al haberla incluido recientemente en otro top ten, el de mejores películas surferas de la historia.
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| Marieta San Román, shaper de La Mala Surfboards. |
Seguimos con las colaboraciones en revistas, aunque no son ni mucho menos tantas como nos gustaría. En esta ocasión, se trata de una entrevista realizada a Marieta San Román (Segovia, 1979), propietaria del taller de tablas La Mala surfboards, y que aparece en el número invernal del magazine 3sesenta. Marieta tiene la particularidad que regenta su taller desde la localidad castellana de Los Angeles de San Rafael (Segovia), a varios cientos de kilómetros de distancia de la playa. Además es mujer en un mundo, el de los shapers, mayoritariamente y tradicionalmente masculino.
La Mala Surfboards,
lijando barreras geográficas y de género en el surf
Tierra de sabor. Bajo esta denominación se recogen los
numerosos productos agroalimentarios procedentes de Castilla y León. Lo que
nunca podíamos suponer los surfistas es que desde esta región de interior y tan
alejada de la costa podían proceder también tablas de surf. Detrás de este
fenómeno un tanto insólito se encuentra Marieta San Román Quebrada (Segovia,
1979), que, desde su taller ubicado en la localidad segoviana de Los Ángeles de
San Rafael y con su marca La Mala
Surfboards (www.lamalasurfboards.com ), lija, a golpe de cepillo eléctrico, las barreras geográficas y las de género
existentes en un mundo, el de los shapers, donde los hombres son mayoría.
-¿Cómo fue el camino
que te llevo a hacerte tus propias
tablas de surf, y a hacérselas a los
demás?
-Pues la verdad es que se alinearon un poco los planetas… Coincidió
que me había quedado en paro, que llegó la hora de cambiar de corcho a tabla de
fibra, y al tener un pequeño taller en casa, mi pareja, que es ebanista y
luthier de instrumentos, me animó a hacerme mi primera tabla… Y después
vinieron los amigos, los conocidos…
Algo pasa en las películas de surf con la figura del shaper.
Y me explico. Si en 'El Gran Miércoles' es el inquietante Bear el que acaba
perdiendo su negocio de tablas y vagabundeando por la playa con su trabajo de barrendero,
afirmando, a los cuatro vientos y a todo aquel que desee oírle, que no es más que “una
basura”, en Los amos de Dogtown es ni más ni menos que Skip Engblom (Heath Ledger), el alcohólico
dueño de una tienda de surf llamada Zephyr y mecenas del skate moderno,
con su patrocinio a los z-boys (Stacy Peralta, Tony Alva y Jay Adams), el que termina perdiendo las
riendas de su negocio y pasando de empresario de éxito a simple empleado.
Es precisamente una escena que demuestra esta decrepitud o
decadencia mi favorita de Los amos de
Dogtown. Una película más bien mediocre, pero que consigue salvar el expediente
y ser recordada, gracias a la grandiosa interpretación del tristemente
desaparecido Heath Ledger, que está colosal. En la mencionada escena Zephyr ha
perdido su negocio, que ya no lleva su nombre, sino que se llama West Coast Wave,
aparece shapeando en el taller de la trastienda y el dependiente le pregunta
cuándo estará una tabla lista. Tras responderle que “estará para el sábado,
jefe”, Skip se toma un descanso, parece abatido y meditabundo, como si por su
mente pasara la secuencia de acontecimientos que le ha hecho acabar así, pero
de repente enciende la radio, suena ‘Maggy may” de Rod Stewart y, como por arte
de magia, se pone a shapear. Todo ello con lingotazo de la botella de whisky
incluido. Una grandiosa escena que junto
a alguna de surf en el embarcadero y de localismo salvaje son de las pocas
salvables en una película correcta, pero que a veces peca de frialdad y de
carencia de profundidad en sus interpretaciones, salvo en la de Heath Ledger, claro
está.
El gran miércoles y Los amos de Dogtown dos películas muy
diferentes, pero que coinciden a la hora de describir el negro futuro que les
aguarda a los shapers. Para que se lo piensen dos veces los que se quieren
dedicar a hacer tablas.
Recientemente, si ya lo sé, soy así de lento, me he enterado que el director de cine Howard Hawks filmó 'Río Bravo' en contraposición a otro gran western, concretamente 'Solo ante el peligro' de Fred Zinnemann. Hawks quedó horrorizado del mensaje del western protagonizado por Gary Cooper, que se veía literalmente solo y abandonado por todo un pueblo a la hora de enfrentarse a una banda de maleantes. Río Bravo es por tanto todo lo contrario y en ella su protagonista John Wayne encuentra el respaldo inquebrantable de un grupo de amigos incondicionales que no pegan la gran espantada, cuando el sheriff encierra a un poderoso terrateniente y un ejército de bandidos a su servicio asedian la cárcel para rescatarlo. Wayne junto a los grandes Dean Martin y Walter Brennan y Ricky Nelson son la exaltación de la amistad a cualquier precio y dificultad; porque… ¿Para qué están los amigos si no es para las situaciones difíciles?
Algo similar a esta contraposición entre Solo ante el
peligro y Río Bravo he sentido al ver la película de surf de Simon Baker 'Breath (respira)', a la
que consideró sin ninguna duda la antagonista de la obra maestra de John Milius El Gran
Miércoles. Esta última desde que empieza
hasta que acaba es una exaltación de los valores de la amistad y la camaradería sin límites de espacio y tiempo.
No hay más que fijarse en su increíble estructura circular, en la que empieza
con Leroy 'El masoquista' y Jack Barlow
ayudando a bajar las escaleras que dan acceso a la playa a un resacoso Matt
Johnson y concluye con el mismo trío de inseparables amigos subiendo las mismas
escaleras, tras un baño épico, esta vez ayudando a subir a un magullado
Johnson. Por el camino no podemos olvidar la escena en que Leroy y Barlow no dudan en
arrojarse a las peligrosas aguas cuando Matt sufre un terrible Wipe out y
frases antológicas como la que dice el shaper Bear el día de su boda: “los amigos son para cuando no tienes razón.
Cuando la tienes, no necesitas nada”.
Breath (respira) es todo lo contrario y supone desde que empieza hasta que acaba todo un
decálogo de la traición entre amigos. No quiero destripar la película por si
alguien no la ha visto, pero empieza con las críticas despiadadas de un
supuesto amigo ante el miedo y el autobloqueo que sufre otro ante las olas
grandes, y continúa con eso tan habitual en la vida real y en las relaciones entre humanos ( a todos nos ha pasado) de que vayas a buscar a un colega y descubras
que se ha ido de surfari a Indonesia sin avisarte. Por el camino no mencionaré
la gran traición a la amistad con la que se desquita este amigo que se queda en
casa…
Para algunos Solo ante el peligro y Breath no es más que la cruda y dura realidad y El Gran Miércoles y Río Bravo un ejercicio de fantasía o de optimismo antropológico porque, por desgracia, en la vida real no existen amigos como los de estos dos filmes. Yo no sé lo que piensan ustedes pero yo lo tengo muy claro, a mí desde luego que la vida me resulta mucho más grata pensando que existen amigos como Matt Johnson, Leroy y Barlow...
No ha sido muy difícil realizar una lista de las 10 mejores películas de surf de todos los tiempos, pues no abundan las producciones cinematográficas de temática surfera; prácticamente, tratar o que aparezcan olas a lo largo del metraje ya te hace entrar en el listado directamente. Este Top Ten ha sido realizado conjuntamente con el periodista y escritor Fran Díez, autor del libro de películas de surf-terror 'Suelta el sucio tentáculo de mi tabla'.
La presente lista pone de manifiesto dos cosas. La primera que, a pesar de los pobres resultados en taquilla, se siguen realizando películas de surf puntualmente; muchas de la lista han sido estrenadas a lo largo del siglo XXI; la segunda, que ninguna logra desbancar del puesto más alto al clásico dirigido por John Milius, 'El Gran Miércoles', que sigue siendo La película de surf por antonomasía. Un mito que 42 años después de su estreno continua teniendo vigencia y estando de plena actualidad, pues se hace preguntas tan recurrentes en la vida de todo surfista de ayer, hoy y siempre como si surfearemos toda la vida o en algún momento lo dejaremos...
De los últimos años destacar tres títulos, Mi vida en Palos Verdes, Persiguiendo Mavericks y Respira. Filmes muy dispares entre sí pero con el deporte del surfing como denominador común.
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1-El Gran Miércoles (1978)
2- Persiguiendo Mavericks (2012)
3-En el filo de las olas (2002)
4-North Shore (1987)
5-Los Amos de Dog Town (2004)
6-Breath (Respira) (2017)
7-Lilo & Stitch (2002)
8-Mi vida en Palos Verdes (2017)
9-En las manos de Dios (1998)
10-Le llaman Bodhi (1991)
Lanzamiento provincial de Surf or die... of laughter 5 (Esta es la buena)
¿No hay olas? ¿El pico está atestado de Peña? ¿Llueve? ¿Hace un frío que te cagas? ¿Hay una plaga de carabelas portuguesas? Surf or die... of laughter... Lo mejor en lo que puedes invertir tu tiempo y dinero... Después del surf, claro.
Sinopsis: Igual que no hay dos sin tres, no hay quinto malo. O al menos esto debió de pensar el autor cuando decidió sacar a la luz este Surf or die… of laughter V, esta es la buena. Un cuatro en uno, pues es libro de relatos, manual de técnica surfera, tratado de supervivencia playera y obra de autoayuda. Atrévete a seguir los sabios consejos y enseñanzas de Jon Satrústegui, un coach visionario que fusiona las filosofías del Cholo Simeone con las de John Rambo, para aplicarlos en la playa y en la vida. Como diría el gran Pedro Erquicia, Surf or die… of laughter, “para contarles en profundidad las cosas que pasan” a surfistas “como usted”.
De venta en: Escuela Cántabra de Surf, Full&Cas, Kun-tiqi, La Surfería...
Pedidos en: Surfordieoflaughter@gmail.com
Continuamos con las colaboraciones en la revista 3sesenta. ¡Y que no falten! En esta ocasión, entrevisto al periodista y escritor Fran Díez (Santander, 1974), que nos habla sobre el género cinematográfico surf-terror, del que es una autoridad mundial. Díez nos saca del frecuente error que tenemos muchos surfistas a la hora de considerar que se han hecho muy pocas películas relacionadas con el deporte de las olas. Nos sacan de El gran miércoles, Le llaman Bodhi y no conocemos más filmes. A través de su libro titulado "Suelta tu sucio tentáculo de mi tabla" el periodista cántabro nos descubre un porrón de títulos (más de un centenar) que mezcla el surfing con todo tipo de bestias subacuáticas, zombies, seres mutantes y las más variadas monstruosas criaturas. Anécdotas curiosas, directores, biografías de actores, efemérides... completan esta obra amena y divertida, indispensable para los amantes del séptimo arte y de las olas.
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| Fran Díez, con su libro en la mano. |
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| Portada de la nueva obra de F. Díez. |
Tras descubrinos a muchos todo un subgénero cinematográfico, el surf terror, en Suelta tu sucio tentáculo de mi tabla, el escritor y periodista Fran Díez vuelve a la carga y parece que le ha cogido gusto al séptimo arte, publicando ahora Turismo de cine en Cantabria. Un originalísimo enfoque que fusiona las guías de viajes tipo Lonely Planet con los libros de cine y que nos invita a conocer la geografía de Cantabria a través de las películas que se han rodado en ella o las personas vinculadas al cine que han tenido alguna relación con alguno de sus municipios.
Díez no se ha podido resistir a tocar el tema del surfing en el nuevo libro y la obra dedica un capítulo completo a Somo, donde si bien no se han rodado muchas películas se nos cuenta que fue la cuna o donde tuvo el bautizo de olas todo un oscarizado. Se trata ni mas ni menos que del uruguayo Jorge Drexler que recibió la preciada estatuilla en 2005 por su canción Al otro lado del río que aparece en el film Diarios de motocicleta. Drexler recibió clases de surf en la mencionada localidad perteneciente al municipio de Ribamontán al Mar y desde entonces está enganchado a este deporte. Además a semejanza de Hollywood Somo cuenta con su particular paseo de las estrellas, éstas dedicadas a figuras influyentes o carismáticas del deporte de las olas.
El libro está salpicado de decenas de anécdotas a cada cual más curiosa y divertida, como aquella que ubica en la playa de Covachos el rodaje de una película que era la versión patria de Conán, en un intento de emular el cine de magia y espada tan de moda en los ochenta, además presenta marchas, rutas, visitas y planes que hacer en los municipios y rincones que han tenido el privilegio de salir en la gran pantalla. Todo, como es habitual en la producción literaria de Fran Díez, en un tono ameno y sencillo que hace que se lea rápido y que al final de este Turismo de cine en Cantabria te quedes con ganas de más.
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| Ejemplares del mítico 'Suelta tu sucio tentáculo de mi tabla'. |
Título: Turismo de cine en Cantabria.
Editorial: DXT
Autor: Fran Díez.
Número de páginas: 199
Puntos de venta: principales librerías de Cantabria y por internet
https://edicionestantin.com/producto/turismo-de-cine-en-cantabria/
Cuanta mayor aceptación tiene el surfing y mayor es el
número de personas que lo practican más habitual es la necesidad imperiosa que
tienen ciertos individuos de redefinir, acotar y restringir el significado de la palabra
surfista. Haciendo las delicias de los más reputados miembros de la RAE o
licenciados en filología hispánica, estos lingüistas realizan, en sus ratos libres, exhaustivos
estudios etimológicos o semióticos para diferenciar conceptos que antaño nosotros
pobres mortales creíamos sinónimos como surfer y surfista, o surfista y pillador
de olas. Estableciendo un sistema de castas y subcastas que ríase usted de la jerarquía
social de la India.
Curiosamente todo esto ha llegado, tras un verano histórico
en el que en los picos se ha colgado el cartel de lleno o no hay billetes como nunca antes hasta
ahora. Algo perfectamente entendible, pues veníamos de un encierro
domiciliario, y la gente, necesitada de aire puro, naturaleza y deporte, ha
cogido la playa y el mar con muchas ganas. Algunos de estos aficionados de la
semántica han querido ver en la llegada del otoño y de las borrascas el mejor
aliado a la hora de refundar el nuevo significado de la palabra surfista. No me parece peligroso establecer criterios
objetivos para diferenciar quién es un surfista de quien no. Bastaría
simplemente con establecer un criterio homologado por algún estamento
internacional tipo el libro Guiness de los récords o la UFC que estipulase por ejemplo que ‘surfista
es aquel que coge olas de más de 2,33 metros’ o ‘que un surfer es aquel que
surfea un mínimo de 4 días a la semana o una cantidad igual o mayor a 221 días
al año’, ‘o se ha ido al menos una vez en su vida de surfari a la conchinchina’
o ‘tiene una furgoneta de fabricación alemana con toldo lateral’.
Bromas aparte, lo que
me parece realmente peligroso es dejar la condición o no de surfista en manos
puramente subjetivas o arbitrarias, pues se correría el riesgo de acabar como
en los totalitarismos diciendo aquello de “surfista es el que yo lo diga”.
Mientras esperamos que alguno se decida a definir el término
surfista y los requisitos que hay que reunir para que te expidan el carnet del
mismo, yo me acojo a esa gran frase de Groucho Marx: “Jamás perteneceré a un
club que me admita como socio”.
