miércoles, 26 de julio de 2017

Mirka Martín Solar, una surfista de leyenda


 
Los medios de comunicación generalistas apenas hacen caso al surf. Y algunas veces, cuando lo hacen, (ataque de tiburón a surfista, incendio en un taller de tablas, ahogamientos, etc...), casi es mejor que lo siguiesen ignorando. No han sido pocas las veces que algún medio de comunicación ha hablado del deporte de las olas para acusarle de un supuesto sexismo y para denunciar campañas publicitarias por el uso que se hace del cuerpo de la mujer. Resulta muy curioso que los mismos medios que denuncian este supuesto sexismo luego a la hora de informar sobre una competición dediquen mayor profusión de páginas, imágenes o minutos para hablar de las pruebas de los chicos y omitan o reduzcan a la mínima expresión el espacio dedicado a las competiciones protagonizadas por mujeres. Es cierto que una determinada marca puede pecar de sexista a la hora de elegir la forma de promocionar su marca o sus modelos de bikini, pero la auténtica desigualdad y discriminación entre mujeres y hombres en el surfing no está o estaba en los anuncios de zapatillas Reef, sino en como los medios silencian las gestas de nuestras atletas. Los primeros hace tiempo que desaparecieron, pero por desgracia la desigualdad informativa a la hora de tratar una competición de chicos y de chicas continúa. Algo de esto se vivió el pasado mes de diciembre en el Torneo de olas grandes de La Vaca, donde la competición de chicos gozó de una gran repercusión en los informativos televisivos, en los periódicos, pero la prueba de chicas, y eso que era pionera en España, no obtuvo la misma relevancia. La participación de la surfista Mirka Martín Solar supuso sin dudarlo uno de los grandes hitos de la historia del surf en España, donde las surfistas de olas XXL no es que abunden precisamente. Además estuvo rodeada de una serie de circunstancias que le dieron una dimensión más épica si cabe. Mirka, pese a su impecable trayectoria deportiva con cinco campeonatos de España, jamás había surfeado olas XXL, tuvo por tanto su bautismo de fuego en la propia prueba.  Pasar de surfear olas convencionales a olas gigantes necesita un proceso de adaptación y Mirka realizó este proceso de aprendizaje por inmersión y por la vía rápida. Para darle a todo un tinte más de película, a su tío Pablo, que también participaba, se le rompió la tabla y como la compartían, Mirka tuvo que meterse en el agua con una tabla prestada que nunca antes había probado. Pese a todas las adversidades, como en una de esas películas de biografías deportivas que tanto les gustan a los americanos y que aquí importamos, como si aquí no hubiese buena materia prima para hacer unos cuantos guiones, la surfista cántabra consiguió pillar unas cuantas olas y quedar segunda en la prueba; aunque como ella mismo reconoce en la entrevista que aparece en el número 191 de la revista 3sesenta, el puesto es lo de menos, pues "el haber entrado y haber cogido varias olas quedará marcado en la historia del surf femenino en Cantabria".



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