martes, 29 de diciembre de 2015

Nagai Puntiverio en 3Sesenta

Nagai, con su gun habitual.

En el número 181 de la revista 3sesenta aparece una entrevista a dos páginas del surfista de olas grandes Nagai Puntiverio. Nagai ha surfeando la legendaria ola de Mavericks.Acción que posterizó para la eternidad la prestigiosa revista Surfer. Recientemente, saltó también a la actualidad por participar en el Campeonato de La Vaca Gigante, donde además obtuvó el premio a la mejor ola del torneo. Uno de los surfistas de olas grandes  más activos de la actualidad y al que habrá que seguir los próximos años.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Supertubos, auténtico Rock Instrumental 'sin postureo'


Supertubos, rock instrumental hecho en Cantabria.


Supertubos ha hecho del eclecticismo su mayor virtud. En su repertorio, se suceden los registros sombríos y misteriosos, por momentos inquietantes, de temas como The Demeter o La flema, con otros más luminosos y alegres, que nos recuerdan a la mejor tradición de las surf partiesEllos mismos eluden las etiquetas y me rectifican varias veces, cuando intento encasillarlos dentro de la actualmente sobrepoblada escena de la música surf patria… ¡Mejor! Si, sin ser un conjunto de música surf al uso, son capaces de alumbrar auténticas joyas del género como Bajo el agua, Tablonazo matutino, Beyond the reefs, Insolación en Mogro… ¡No me quiero ni imaginar lo que harían si se dedicasen, en cuerpo y alma, a ello!  
Para seguir leyendo la entrevista visita: http://stafmagazine.com/news/supertubos/

lunes, 28 de septiembre de 2015

Cosas que tu shaper nunca te dice. Una teoría muy práctica.



Al título de este libro habría que añadirle “porque nosotros tampoco se lo preguntamos”. Porque precisamente esto, el no hacernos preguntas, es uno de los grandes males de nuestro tiempo, en el que tomamos decisiones de forma automática y autómata. Sin que intermedie un proceso de reflexión previo ni de plena consciencia en el que se diga: “YO quiero esto o YO deseo esto otro”…Un fenómeno al que la elección de una tabla de surf no escapa, pues como nos recuerda Bob Smith pocos son los surfistas que a la hora de comprar una tabla se hacen dos preguntas tan básicas como ¿qué clase de olas me gustan? y ¿de qué forma me gusta surfearlas?
  Esto me recuerda una anécdota de alguien que confesaba que de siempre le había gustado el surfing elegante y estilizado de Mark Richards (twin fin), pero luego invariablemente cuando llegaba la hora de comprarse una tabla de surf adquiría una como las actuales del circuito (thruster). Esto genera una total esquizofrenia en el agua. Un surfer que, por un lado, tiene un concepto de surf; y una tabla que tiene otro radicalmente opuesto, por el otro. Condenados a no entenderse.
 Podemos seguir la moda a la hora de comprarnos una determinada camiseta, gorra, gafas de sol o sudadera; pero si nos regimos por los mismos patrones a la hora de seleccionar nuestra tabla, las consecuencias, si eres surfista, son más bien penosas.
 Este libro no cuesta dinero, nos ayuda a ahorrarnos dinero… Dinero y tiempo, añadiría. Dinero porque cuanta más información tengamos, cuanto más sepamos, mas difícil será que nos equivoquemos o nos engañen (cuanto más ignorantes somos en una materia, más sencillo es que nos timen en las tiendas, en los talleres). Volvamos a la anécdota de Mark Richards. Si sabemos lo que queremos (muchos no lo saben, y ahí radica el verdadero problema), no nos gastaremos la pasta en una tabla inadecuada para el tipo de surf que nos gusta o para las olas que estamos acostumbrados a surfear. Pero lo más grave no es que nos gastemos el dinero a lo tonto, el dinero a fin de cuentas es algo que, con más o menos trabajo, podemos acabar recuperando; lo realmente dramático es que malgastemos nuestro tiempo. Este jamás regresa. Imaginemos que un buen día descubrimos que nos hemos pasado toda nuestra vida surfera con una tabla inadecuada y acto seguido empezamos a preguntarnos: ¿qué habríamos sido capaces de hacer en nuestra juventud, con todo nuestro potencial físico intacto, con una tabla perfecta y adecuada? Pregunta para la que no hallaremos respuesta. Hemos podido malgastar una parte de nuestra vida surfera utilizando tablas simplemente porque es la que lleva la mayoría, o porque es la que tienen mis amigos, o porque es la que me recomendaron en un foro de Internet o el dependiente de turno, no malgastemos la que nos queda…







Portada de la edición de bolsillo.

    En el prólogo, el autor ya se queja de la falta de interés que los surfistas demostramos por el funcionamiento de una tabla, o por los mecanismos que rigen los procesos de formación de las olas, en referencia a la obra de Willard Bascom ‘olas y playas”, que debería ser una Biblia para nosotros y un best seller. Estas cruzadas debemos abandonarlas ya, por estériles.  De nada sirve quejarnos de lo poco que le importa a la mayoría de los surfistas cuestiones tan esenciales del surf como shape, meteorología y ecología. Esto es así y es lo que hay. Aceptémoslo. Dejemos de maldecir el poco interés que despiertan y empecemos a dar gracias por la existencia de libros como éste, que es un lujo que tengamos en castellano. Libros que a parte de ayudarnos a hacernos preguntas también nos las resuelven.


 Título: Cosas que tu shaper nunca te dice
 Autor: Bob Smith
 Editorial: The Fishbone Project
 Nº de páginas:  61



jueves, 18 de junio de 2015

CRON Surfboards. Un sueño hecho realidad





https://es-es.facebook.com/cronsurf
“No es verdad que la gente para de perseguir sus sueños porque sean mayores, se hacen mayores porque dejan de perseguir sus sueños”. Según esta frase del inmortal Gabriel García Márquez, Bruno Sarañana  (Santander. 1975) tendría que tener bastantes años menos que los que marca su carnet de identidad. Apasionado del shape desde su más tierna infancia, Bruno ha conseguido hacer su gran sueño realidad, abriendo un taller de fabricación de tablas en la localidad cántabra de Hoz de Anero y creando su propia marca, Cron Surfboards.

Orígenes. Yo me he criado en Loredo. Mis padres tenían primero una caravana en el camping Rocamar y luego compraron un módulo. Conocíamos Xpeedin y comprábamos allí sus sudaderas serigrafiadas. Era cuando nadie hacía ropa y no había el boom textil que hay ahora. Teníamos un planking de madera y soñábamos con tener una tabla. Veíamos a la gente surfear y queríamos a hacer lo que hacían ellos, los emulábamos con cualquier cosa, con corchos, con lo que teníamos entre manos.  
 
-Todos los que cogen olas pueden tener claro más o menos lo que les llevó, en su día, a hacerse surfistas, pero ¿qué es lo que le lleva a alguien a hacerse shaper?
-Desde pequeño me picó la curiosidad de reparar la tabla que yo tenía. Con el tiempo he ido buscando gente que pudiera darme información y enseñarme a trabajar con el foam. Desgraciadamente, fue pasando el tiempo y no ha sido hasta ahora cuando he empezado a plasmar este deseo. Al final si persigues algo que quieres hacer, aunque sea tarde, lo consigues. El taller es una meta que perseguía desde pequeño.

-Entonces, se puede decir que la creación del taller y de la marca responde a la persecución de un sueño…
-(Con rotundidad) Completamente. Al final te das cuenta que te haces mayor y te tienes que dar prisa por intentar ‘por lo menos”  que tu sueño funcione.

-Y el origen del nombre, Cron…
-El origen es muy curioso, porque al principio no tenía ningún significado, al igual que el logotipo, que fue una imagen que se me pasó por la cabeza y fui remarcando en una hoja hasta darle forma. Investigué el significado y descubrí que es una medida de tiempo que se emplea en Arqueología y significa aproximadamente un millón de años; un cron, dos crones… Es una forma de reducir el tiempo que tienen los hallazgos prehistóricos que encuentran.

-¿Quiénes están detrás de este proyecto?
-Empezamos cuatro y ahora mismo quedamos dos dirigiéndolo económica y comercialmente. Yo (Bruno Sarañana) y Daniel Hernández, que es piloto de Iberia y anda a caballo entre Madrid y Cantabria. Nos sentamos y discutimos sobre cosas, qué podemos hacer, decisiones para que esto funcione. Su presencia en Madrid nos está ayudando también a la hora de darnos a conocer allí.

-¿Qué filosofía tenéis? ¿Qué creéis que aportáis de fresco y novedoso?
-El mundo del surf, al menos para mí, es por desgracia en ocasiones bastante hermético. La idea es darle un servicio de ayuda o asesoramiento a la gente que tiene dudas a la hora de comprar una tabla, un invento... De novedoso creo que aportamos el factor “personal”. Nosotros vendemos un producto, pero en el producto vamos nosotros. Queremos que la gente esté a gusto y se fíe de nosotros. Que nuestra casa sea su casa. No queremos ser herméticos ni que haya el hermetismo de otros sitios. “Tú hasta aquí, pero de aquí no pases”. La gente puede entrar en nuestro taller, ver nuestras tripas, no escondemos nada. Somos como somos y hacemos lo que podemos hacer. No somos grandes empresas, ni tenemos el poder adquisitivo para ello, llegamos hasta donde llegamos, pero lo hacemos con la mayor profesionalidad, con materiales de primera y a un precio razonable. 

 -¿Cómo veis el futuro del shape?
-Creo que, como me pasó a mí, es un mundo que atrae a mucha gente. Gente que se preocupa primero en conseguir que alguien les dé una formación y luego comienza a experimentar. Desde ese punto de vista, es un mundo en el que cualquiera que quiera venir es bienvenido, porque hay venta para todos; pero uno de los problemas que hay es que hay gente que lleva mucho tiempo en ello y cuando ve intrusismo abarata costes. Tiene una infraestructura más o menos amortizada y una producción industrializada y contra eso no se puede competir.

-¿Crees que la producción en cadena en países del extremo oriente puede acabar con los pequeños talleres locales?
-Esos países fabrican lo que el resto del mundo demanda. Para que los chinos o quien sea lleguen a hacer tablas como las nuestras hace falta una dirección ingeniera o un shaper que gobierne un i+d en China y que gestione una planta de fabricación. Claro que podrían abaratar el producto muchísimo y hacer daño, pero de momento creo que nos salvamos porque el surfista busca un producto de calidad. Si alguien fuese tan ambicioso y tuviese la suficiente información y la formación claro que podría llevarse allí la producción.

Bruno Sarañana en pleno proceso de trabajo.

-Desde siempre se nos ha vendido una imagen del shaper un tanto romántica de tipos que cuando hay buenas olas, cierran el taller, dejan los pedidos a medias y se van a la playa. ¿A vosotros os puede la profesionalidad o vuestro lado más surfero?
-Si hay olas el taller sigue funcionando si hay trabajo. Las olas están bien cuando se puede, pero cuando no se puede, no.

-Y siguiendo con esta imagen de los shapers un tanto estereotipada. En El gran miércoles, Bear acaba arruinado, limpiando la playa; en Los amos de Dogtown, Skip Engblom, propietario de Zephyr, pierde el taller y pasa a ser un empleado raso… ¡No es una imagen muy halagüeña para cualquiera que quiera dedicarse a esto!
-Yo sí que conozco casos de gente que no ha acabado tan mal, pero sí que ha acabado dejándolo. Que yo creo que es hasta más triste tener que dejar un trabajo que te genera alegría… El crear algo con tus manos. El shaper de hoy en día a parte de un artesano, como esos ejemplos que tú me dices, es un poco emprendedor y empresario. Gente que invierte en nueva tecnología, productos; que busca que sus tablas estén en la calle y que su negocio funcione.


jueves, 4 de junio de 2015

La nueva moda de las reservas del surf



El sello de “Reserva del surf” se extiende por muchas de las playas de la geografía nacional casi tanto como antaño lo hacía el de las banderas azules. Una figura que, más que actuar como verdadera protección con validez jurídica  de los spots, es un mero elemento publicitario o un reclamo turístico con el que promocionar una determinada playa en ferias de turismo o en oficinas turísticas locales.
Hasta ahora siempre que los surfistas imaginábamos cuáles eran los grandes peligros que acechaban a nuestras olas pensábamos en dragados, construcciones de grandes diques, puertos deportivos, vertidos incontrolados, desastres ecológicos como el del Prestige, etc… Como si las principales agresiones procedieran exclusivamente de puertas para fuera y nunca de puertas para dentro. Pero a día de hoy una de las mayores amenazas que se ciernen sobre el surfing proviene del propio mundo del surf, y no es otra que el turismo descontrolado y  la promoción salvaje que convierten los spots en una especie de parques temáticos donde se premia al visitante un millón. Efectivamente, las olas pueden perderse para siempre por la construcción de un puerto deportivo que impida la entrada de los swells (por desgracia a lo largo de la historia hay muchos ejemplos de ello), pero también una playa, un ambiente surfero, una tradición, una paz y un entorno inigualables pueden evaporarse en dos décimas de segundo cuando se promociona de forma indiscriminada sin tener en cuenta conceptos como sostenibilidad o  punto de saturación, al igual que un parque nacional o natural perdería su razón de ser si no se tuviese en cuenta que su frágil equilibrio medioambiental puede verse afectado por un número elevado de excursionistas.
 Por todo ello, este sello de ‘reserva del surf” puede resultar muy útil como un paraguas protector de todas las amenazas que se ciernen sobre las olas, sobre las playas y sobre la actividad del surfing; siempre y cuando tenga en cuenta tanto las amenazas externas como las internas, sin ningún tipo de omisión partidista e interesada.

martes, 28 de abril de 2015

Nueva exposición de Gómez Bueno

Desde el otro lado del charco, el pintor español Antonio Gómez Bueno, autor entre otras cosas del cartel del Festival de Salinas durante tres ediciones (2010, 2011 y 2012), anuncia que estará presente en otra exposición colectiva. Se trata de la bautizada como 'A way we go' y tendrá lugar en la galería Parlor de New Jersey.

Queridos amigos,
Me complace comunicarles que el próximo sábado día 2 de Mayo, se inaugurará de 7 a 11 de la noche la exposición colectiva 'A Way We Go'  en la Parlor Gallery de Asbury Park, New Jersey.
Yo presentaré 6 pinturas de la serie 'Cloud Hunters' y una escultura.

martes, 24 de marzo de 2015

Manel Fiochi en Staf Magazine

Todo lo que se pueda escribir para intentar preservar la leyenda de Manel Fiochi para las generaciones futuras es poco. En cada entrevista, en cada charla, Manel me sorprende con nuevas reflexiones. Reflexiones que más que hablarnos del surf nos hablan directamente de la vida. Por encima de un discurso un poco galimatías y no  muy lineal, siempresobresale una idea. Una idea que por su claridad y su sencillez nos resulta perturbadora. En la última entrevista que aparece en Staf Magazine, me quedo con la síntesis que hace para  resumir la historia de todo atleta (profesional o aficionado) en su deporte. Un aviso para navegantes y para los que proclaman a los cuatro vientos que surfearán hasta que mueran. Y que está directamente emparentado con el que sale en el Gran Miércoles y que a los surfistas de pro, de tatuaje, furgona y gorra volcom, tanto exacerba: "Nadie surfea siempre".   Experiencia vital frente  teorización pardillesca.
http://stafmagazine.com/news/manel-fiochi/


-Empiezas a subir y luego alcanzas una meseta, hasta que por ley de vida bajas. Pero ésa es la historia de todo deportista y en todos los deportes. Y yo como no soy  Superman me ocurre lo mismo.
Pincha aquí para leer la entrevista. Muchas gracias.

domingo, 22 de marzo de 2015

Durmiendo con el enemigo




Últimamente, viene surgiendo en la prensa, cada cierto tiempo, noticias que no hacen sino mostrar la intención de las administraciones locales (ayuntamientos) de meterse a regular (más bien fomentar), en profundidad, la práctica del surfing en las playas.
Seguramente, alguien, al leerlas, habrá gritado: “¡Aleluya!”; pues fundamentalmente, en los meses de verano, la necesidad de regular la actividad es imperiosa. Pero a mí francamente al venir de quién viene, este tipo de noticias de regular y fomentar el surfing  lejos de tranquilizarme no hacen sino generarme desasosiego. Dicho de otra forma, me suscitan un sinfín de dudas. Dudas como las siguientes: ¿Qué criterios se van a fijar para regular? Si éstos son los mismos que han utilizado en los últimos 20 o 30 años en temas urbanísticos, nos podemos echar a temblar. A la hora de fijar estas pautas hablan de sostenibilidad, pero ¿de qué desarrollo sostenible hablan? Si este va a ser el mismo que el empleado para desarrollar las edificaciones en primera línea de playa tal vez sea mejor que dejen las cosas tal y como están. Si el espejo o el mejor vaticinio de lo que nos deparará a los surfistas los meses de verano, en los próximos veinte años, es el caótico y heterogéneo modelo urbanístico (megabloques, macrourbanizaciones, callejuelas) y turístico (de terrazas, chiringuitos) que impera en las ciudades costeras, es motivo más que suficiente para que un escalofrío sacuda nuestra columna cuando leemos estas noticias.
No nos llamemos a engaño el progreso de este deporte es una realidad imparable y no podemos ni debemos poner puertas al mar. El mismo derecho tenemos de disfrutar de este deporte y de descubrirlo los que empiezan hoy que los que lo hicieron hace 20 años, pero no podemos olvidar la propia idiosincrasia del surfing. En este caso, la amnesia selectiva resultaría suicida. La masificación incontrolada mataría el encanto y nuestra propia pasión por las olas al igual que la proliferación de chalets en los noventa y principios del s.XXI mató el de muchos de nuestros favoritos rincones de la costa. Lo asesinó, para no volver. Los que empiezan a surfear hoy se merecen un mínimo de condiciones (y no de olas, sino de tranquilidad, seguridad y paz) para que puedan disfrutar del surfing como nosotros disfrutábamos hace veinte años. Ir a hacer surfing no debe convertirse en ir a la guerra ni en algo que nos genere ansiedad, estrés, mala leche o nerviosismo, para eso ya tenemos los atascos, la oficina o actividades de la vida diaria, para las que el surfing siempre ha sido el mejor bálsamo.
 Los gobernantes ahora han creído descubrir en el Surfing una nueva gallina de los huevos de oro, al igual que antes lo descubrieron en otras actividades, pero la gallina, a parte de recogerla los huevos, requiere una serie de cuidados, para no matarla. Entre las toscas y ya casi románticas pintadas callejeras de Locals Only, que han desaparecido como por arte de magia de la playa (intuyo que muchos de los que las hicieron, en su día, ahora han hecho de la actividad de mostrar los secretos de sus spots, al antaño odiado turista, su modus vivendi), y los pulcros actuales carteles oficiales de bienvenidos en varios idiomas deberíamos buscar un equilibrio o un punto medio; de lo contrario corremos el serio peligro de que el surfing se vulgarice –que no democratice- hasta extremos insostenibles. Ojalá que los surfistas, como conocedores de su deporte, de su filosofía e historia, sepan gestionar este desarrollo de forma sostenible, en equilibrio y armonía, sin necesidad de ingerencias ajenas de legisladores en cuyo diccionario los términos regular y fomentar son sinónimos.
Puedo resultar demagógico o perroflauta, pero vivimos en un país con cientos de problemas y más graves; nuestros representantes deberían ponerse manos a la obra para solucionar las grandes cuestiones que preocupan al ciudadano de a pie y dejar el surf tranquilo. Si lleva sin ingerencias 60 años, puede pasarse perfectamente sin ellas otros sesenta. En cambio, si los políticos se meten a regularlo, puede ocurrir como las diputaciones, las cajas de ahorro, la educación, la sanidad…
Por favor, dejen el surfing tranquilo 

sábado, 7 de febrero de 2015

Deconstruyamos el Surfing



Ahora que el término 'deconstruir' está tan de moda, gracias a la gastronomía, sería interesante preguntarnos si en el surf podría hacerse algo parecido. El auténtico significado de la palabra, no es lo más importante aquí, porque lo realmente interesante del término deconstruir es lo que genera a su alrededor; la ruptura de conceptos establecidos, la generación de diferentes visiones sobre un mismo asunto, la puesta en duda de dogmas, la abolición de los límites... Algo que en definitiva repercute en el increíble momento creativo que vive la cocina, donde algo tan a priori fijo e inamovible como las texturas, los sabores e incluso ingredientes, evolucionan y mutan hasta unos límites casi tan infinitos como la imaginación de los propios cocineros. Creatividad, revolución, innovación, investigación, desarrollo… Son frutos de este concepto tan de moda.
 El surfing no tiene nada que envidiar  del momento de gloria y de enorme popularidad que vive la gastronomía. Todo lo contrario. Pero tal vez debamos preguntarnos si la democratización del surf va de la mano de una mayor creatividad, imaginación, originalidad, heterogeneidad por parte de sus practicantes… O si por el contrario va unida a una homogenización y a una falta de personalidad cada vez más alarmantes.
Tal vez si extrapolamos algo de la deconstrucción culinaria al surf podamos sacudirnos de encima algo del pensamiento dominante y homogéneo imperante hoy en día. De esa visión monolítica del surf, donde la rica y vasta filosofía de antaño ha quedado simplificada casi a los esloganes publicitarios de cuatro grandes marcas. Donde el balido disonante de la oveja negra del rebaño ha quedado silenciado por el ruido monocorde generado por un rebaño de presuntas ovejas negras impostoras que destiñen con el agua salada. Donde la rebeldía como actitud ante la vida ha quedado caricaturizada a una pose de viernes noche a domingo. Donde el continente ha fagocitado el contenido…
 Quizá haya llegado la hora de que cada uno se haga su propia pregunta sobre lo que es para él el surf y halle su propia respuesta, para que al final haya tantas respuestas como surfistas. Que cada surfista sea de un padre y de una madre, en lugar de parecer todos paridos en el laboratorio de clones de la Oveja Dolly. Tal vez esta experimentación en esencias, texturas y formas no pase  necesariamente por obtener algo nuevo, revolucionario e iconoclasta, sino que nos haga retornar a unos orígenes de los que cada día estamos más alejados.
Deconstruyamos el surfing, amigos.