domingo, 28 de abril de 2013

Portada Surf or Die... of Laughter by Alfonso Piñeiro




  El macarra esqueleto de la portada de Surf or die… of laughter es obra del dibujante e ilustrador santanderino Alfonso Piñeiro. Un creador con más de treinta años de trayectoria profesional que se autodenomina como “un artesano”,  pues todo lo que realiza “está hecho a mano, dibujado, recortado, pintado con el aerógrafo y retocado con pincel sobre la misma superficie a pintar, sin ayuda de ningún medio mecánico ni informático”.
  Muchas de las obras de Piñeiro forman parte del paisaje cotidiano de nuestro entorno y las hemos visto mil veces sin reparar, posiblemente, en la identidad de su autoría. Un ejemplo serían el solemne e imponente jefe indio y las motocicletas que decoran la fachada de la conocida discoteca santanderina Indian, situada en la calle Casimiro Sáinz. Los letreros del Wendal, La hora Bruja o la fachada de la celtic Tavern The Sanson en El Astillero también han salido del aerógrafo de este ilustrador.
 Parte del innumerable trabajo de Alfonso Piñeiro se puede apreciar en su página web: www.eltejo.com

martes, 9 de abril de 2013

Rescata una camisa de flores del fondo de tu armario



 Ahora que la ropa surfera  de surfera solo tiene el nombre o la marca; que cuando vas al parking y ves a los surfistas, piensas que son participantes de algún reality de la MTV titulado Gandia On-Shore o Jeffrey’s Shore… quizá haya llegado la hora de reivindicar, desde aquí, la genuina ropa surfera, la auténtica, la de toda la vida. Prendas que no pueden faltar en el armario de todo el que se precie de llamarse surfista. Auténticos artículos vintage que se podrán llevar lo mismo hoy que dentro de cincuenta años; o que incluso podríamos llevar puestos, en una visita turística al pasado, en el improbable caso de que Doc Brown nos llevase con su DeLorian a 1955, porque no desencajarían.
  La primera prenda que reivindicamos es la camisa de flores, también conocida como camisa hawaiana. Este clásico imperecedero, sancta sanctorum del ropero surferil, es un auténtico todoterreno. Perfectamente válida para un día de verano. Tanta para esas jornadas playeras interminables, con olas de medio metro, nevera portátil con cervecitas, fiambrera con tortilla de patata y filetes empanados y longboard. Como para salir luego por la noche, después de una ducha, en una juerga loca y descontrolada.
Estampados como estos hablan por sí solos.


  En el mundo del surf, su uso cada vez es menos frecuente, más improbable, incluso anecdótico o testimonial diría, limitándose a los festivales retro o a los concursos de longboard. Por el contrario, este icono se lo están apropiando, cada vez más, sectores ajenos a la playa como los guiris juerguistas, los participantes de despedidas de soltero, los ludópatas adictos a los casinos de juego o aquellos turistas que para sus periodos vacacionales  siguen aquella máxima del inolvidable jugador del Manchester United George Best: "Tenía una casa en la costa, pero para llegar a ella había que pasar por un bar. Nunca llegué a ver el mar".  Razón por la cual hoy en día el que lleva una camisa floreada se expone más a que le confundan con un marinero de la Sexta Flota de permiso o un cliente asiduo de lupanares, a que le identifiquen con un Greg Noll del Siglo XXI.

  Por todo ello, para que las camisas estampadas con dibujos de orquídeas vuelvan a ser patrimonio exclusivo de los surfers pedimos desde aquí que rescates esa camisa hawaina del fondo de tu armario y la lleves puesta en tu próxima visita a la playa, entrevista de trabajo, salida de copas o cuando tu nueva novia te lleve a conocer a sus padres…