sábado, 28 de abril de 2012

Surf or Die of Laughter 2. La maldición de las segundas partes

 "Surf or die…of laughter 2 mantiene la esencia gamberra e irreverente del primero libro, pero los relatos son más largos, los personajes están más desarrollados y creo que se alcanzan auténticos momentos de clímax delirantes muy en la línea de las comedias americanas de los años ochenta con las que me crié. Además, tiene de portada una obra de arte, del genial artista Antonio Gómez Bueno, que ha dado forma a Jon de manera magistral, con el mítico plumífero Rox, tan de moda en los ochenta y principios de los noventa".

Sinopsis: Jon Satrústegui vuelve, con fuerzas renovadas, en esta nueva entrega de la saga de humor surfrealista más descerebrada de la historia de la literatura universal. Diez brutales relatos en los que el surfista más xenófobo y pendenciero al norte del Río Ebro venderá  su cuerpo, su alma, droga, a su novia... lo que haga falta, con tal de seguir a ultranza una filosofía de vida tan maquiavélica como destructiva: El Surfing justifica siempre los medios.
Nº páginas: 224
Puntos de venta: Escuela Cántabra de Surf (Somo), Kuntiqi (Loredo), Tienda Full&Cas, Los Locos (Torrelavega), Escuela de Surf de San Vicente de la Barquera, Escuela de Surf Los Locos (Suances), Revista 3sesenta, Surfcantabria.com, o por aquí.

sábado, 21 de abril de 2012

Surf y Música: Supertubos

 En el campo de la música, el grado de impacto del surf en una generación de californianos  fue tan brutal que más allá de inspirar una canción, el nombre de un grupo, etc… inspiró un subgénero musical entero, bautizado desde entonces como Música Surf, honor que no tiene ninguna otra modalidad deportiva, ni tan siquiera el todopoderoso Fútbol. No obstante, esta  música instrumental cayó en el olvido durante lustros hasta que Tarantino la extrajo del baúl de los objetos perdidos para reivindicarla por todo lo alto en la magistral Pulp Fiction.  Al instrumentista John Blair se le atribuye la siguiente definición tan sencilla como precisa de lo que estos músicos trataban de conseguir con su arte: “lisa y llanamente se intentaba de transmitir qué sientes cuando te deslizas sobre una ola encima de una tabla”.  En Cantabria, podemos sentirnos afortunados pues disponemos de dos buenos grupos de música surf: Los Derrumbes y Supertubos. Estos últimos de enhorabuena, pues han sacado recientemente su nuevo disco, La Fórmula de Papini.
 
 Los Derrumbes son de sobra conocidos, pues han tocado en innumerables eventos surferos (Cosmic Children, inauguración de alguna edición del Santander Surf Film Classic). Los benjamines, Supertubos (fundados en el año 2006), son originarios de Reinosa, un dato pintoresco, si se tiene en cuenta que  la playa más cercana la tienen ni más ni menos que a unos 90 kilómetros aproximadamente. Pero esto no ha supuesto ningún obstáculo insalvable para los de Campoo, que con un estilo fresco, alegre y cierto toque gamberro consiguen, en sus imprescindibles y lamentablemente escasos conciertos, que sus seguidores se suban y bordeen esa Jeffreyesca ola a la que Blair hacía mención.
 Todo gran grupo de música surf que se preste se ha caracterizado por tener siempre un gran éxito por el que pasa a la historia. The Surfaris tenían Wipe out; Dick Dale, Misirlou; The Chantays, Pipeline; The Ventures, Hawai Five-0 y The Lively Ones, Surf Rider.  Supertubos, además de tener entre sus temas una pequeña joya del género como  Insolación en Mogro (una canción con tintes autobiográficos, tal y como ellos mismos cuentan en sus conciertos), tienen un ramillete de melodías condenadamente buenas como Bajo el agua, Beyond the Reefs… Ritmos que al instante te invaden de buenas sensaciones, que ahora mismo en pleno invierno, y mientras vas en el coche, escuchándolos en el reproductor CD, con el termómetro del salpicadero marcando siete grados, y los limpiaparabrisas echando a un lado capas y capas de granizo,  evocan a veranos en Somo, a estar sentando sobre la tabla en mitad del pico, a la espera de la próxima serie, mientras contemplas plácidamente el sol caer por detrás de Cabo Mayor.

domingo, 15 de abril de 2012

Flying vuelve

El siempre inquieto Florian Carlo, alma mater de la desaparecida The Flying Longboarder (Surf Shop, librería y Galería de Arte (3 en 1), que estuvo situada en Comillas), ha regresado recientemente a tierras cántabras con un proyecto distinto, original, nuevo y sobre todo valiente: Un taller artesanal de tablas, en la bucólica localidad de Ruiseñada. Los que conocieron su tienda se pueden imaginar la propuesta, su filosofía, las formas, texturas, materiales y colores de las surfboards… y los que no, pueden hacerse una idea visitando su nuevo bloq http://flyingsurfboards.blogspot.com/ y su facebook http://www.facebook.com/manufacturefloriancarlo.


 Carlo aplica sus ya conocidas sensibilidad, originalidad, creatividad e imaginación en el noble arte de la fabricación de artefactos deslizantes y el resultado es francamente sorprendente. De su mente ya han surgido deslumbrantes modelos bautizados con nombres tan poéticos como ‘Cacholot’, ‘Celeritas’, ‘Cuchilla’ y un largo etc. Unas tablas especiales para gente especial que huye de los preshapes y de las tablas estandarizadas; para esos raros sujetos que quieren tener en su quiver algo único y diferente, y que valoran el trabajo artesanal de los shapers, los últimos rebeldes que quedan en este mundo en el que acabaremos comprando tablas en la tienda de chinos de la esquina.
  La originalidad del sujeto se pone de manifiesto en la idea de que piensa contar con un modelo de cada tabla para que la gente pueda probarlos y así saber bien lo que se lleva a casa.  Exactamente igual que en un concesionario de coches cuando nos queremos comprar un modelo, pero aplicado al mundo del surfing. ¿Es original o no la cosa?