No soy nada partidario de los mal denominados libros de
autoayuda o crecimiento personal, género
que en los últimos años ha experimentado un considerable aumento y que salvo a la editorial y al autor dudo mucho que ayuden a nadie más; y sí
reconozco que me he leído Quién se ha llevado mi queso y El caballero de la
armadura oxidada. Pese a todo, decidí leer La Fabulosa Fórmula de la Felicidad de Mario San Miguel.
Por el título, podríamos pensar que la FFF es un título más dentro
de esta cada vez más amplia colección de los libros de autoayuda; y su autor, Mario San
Miguel, un coach o gurú más que intenta
llevarse su parte de ese jugoso pastel que las editoriales han descubierto en
los lectores occidentales ávidos de enseñanzas vitales. Nada más lejos de la
realidad.
A lo largo de toda mi
vida, cada vez que veía y escuchaba a alguien como Mario San Miguel, alguien que reivindica abiertamente
la felicidad, el carácter feliz de la vida, el valor terapéutico del amor, de
la risa y de los abrazos, el poco valor de lo material… Aparte de pensar que se
había fumado algo o de pequeño se había pasado con su exposición a dibujos como
Heidi, Marco, Los Osos Amorosos o la Aldea del Arce, invariablemente siempre decía lo mismo: “Este tío no
tiene problemas, tiene la vida solucionada, no tiene una jefa ni que pagar
hipotecas, ni una suegra…” Y ése ha sido mi error todos estos años, error que he descubierto
leyendo la FFF y teniendo la gran suerte de conocer a Mario San Miguel. Esta gente no es feliz, porque
no tenga problemas, pues claro que los tienen, y como todos (las novias les
dejan, las tías que les gustan pasan de ellos, el motor del coche se les peta y les
deja tirados en mitad de la autovía, los guardias civiles les multan por exceso
de velocidad, les cuesta llegar a final de mes, pisan excrementos de perros tamaño XXL en los parques…) son felices por cómo afrontan
estos y por cómo los viven e interiorizan. En primer lugar, desde un punto de
vista terminológico no los llaman “problemas”, y donde el común de los mortales
vemos uno, ellos ven una oportunidad de crecimiento, de avance y de
desarrollo personales. Una prueba con la que salir reforzados y mejorados.
Vivimos en una
sociedad en la que tendemos a subordinar la felicidad a una cuestión meramente
circunstancial. Con lo cual invariablemente siempre ponemos la posibilidad de
ser o no felices fuera de nosotros y nunca en nuestras manos. El ejemplo más
claro de esto es que nos toque la lotería. Depositamos nuestra felicidad y
nuestros sueños en el azar puro, duro e indiscriminado y en los cálculos de probabilidades más
remotas. La Fabulosa Fórmula de la Felicidad nos insiste que la felicidad no es
tanto una cosa circunstancial como personal, y como es algo que está en
nosotros, podemos trabajar a diario. Al igual que vamos al gimnasio, a la
piscina y hacemos running para trabajar nuestro cuerpo y éste esté sano, la FFF
nos da un montón de buenos consejos para que ejercitemos nuestro interior. Una buena
tabla de ejercicios para poder estar bellos y sanos por dentro; en algo que a
priori exteriormente no se ve como los bíceps o los torso tabletas, pero que tanto
nosotros como los que nos rodean acaban sintiendo, viviendo y beneficiándose.
Título: La Fabulosa Fórmula de la Felicidad
Subtítulo: Fórmulas, Claves y Frases
Autor: Mario San Miguel Montes
Editorial: Editorial del Vacío
Número de páginas: 304
Contacto: http://www.mariosanmiguel.com/
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